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VOTACIÓN REMOTA, PRÁCTICA INÉDITA PARA EL SISTEMA ELECTORAL SALVADOREÑO

Luis Arnoldo Colato Hernández
Educador

La semana pasada, el TSE ha anunciado la ejecución de las pruebas para viabilizar el sistema electrónico electoral.

Estas darán soporte a la participación de la diáspora, y nos aseguran que así el sistema responde al interés ciudadano, lo que anima al TSE a generar las garantías que legitimen el evento electoral.

Vale subrayar que lo arriba señalado es relativo al voto electrónico, porque en el territorio donde el grueso del voto se ejecutará no se realizan esfuerzos equivalentes para procurar que la ciudadanía participe, pues por ejemplo no se ha entregado a la oposición electoral los recursos financieros a los que por ley tiene derecho.

Por otro lado, el oficialismo no solo cuenta con los recursos referidos, tienen además a su favor la crasa totalidad de los recursos estatales, sin auditar, así como, podemos asegurarlo, la totalidad de los recursos provenientes de los proyectos que ha iniciado el régimen en medio de sendas celebraciones, sin continuarlos y menos finiquitarlos, anulando así a la oposición, que por otro lado, tampoco hizo la tarea de consolidar un frente común que ofertara al soberano una opción aceptable en términos electorales.

Entonces tenemos una oposición dispersa, sin credibilidad y sin mensaje, que para colmo participa con las manos y un pie amarrados a la espalda, y no es capaz de proyectarse y menos de ser creíble.

Tenemos por otro lado al oficialismo, que de entrada y gracias a la permanente campaña denunciada por REUTERS meses atrás, gastó un promedio de entre 1,2 a 1,8 millones de dólares diarios los últimos tres años para promoverse, agenciándose por esta vía la preferencia electoral de la población bajo el supuesto de haber generado el Edén salvadoreño, una realidad inexistente y mediática a la que solo las élites pueden acceder, logrando sin embargo la preferencia electoral, a lo que hay que añadir, las celadas e intrigas con las que ha enmadejado al soberano.

Pero además y sobre el voto electrónico, ¿cómo se garantiza su auditoría si ni los EEUU tiene los recursos o la capacidad para así hacerlo?, y, ¿conque medios los partidos asegurarán que no se suceda el fraude electoral que todos esperamos?

Ni lo uno ni lo otro, simplemente estamos a merced de un recurso que supera a las capacidades técnicas disponibles, y que claramente está diseñado para asegurar al régimen su ventaja.

En estas condiciones la seguridad manifiesta por la presidenta del TSE responde a garantizar por estos medios la continuidad del oficialismo con su impunidad y las ilegalidades que ello supone y de la que está y sus compañeros son cómplices.

Quizás se asegure que “ellos, el tribunal, sólo ratifican lo que el pueblo positivamente desea”, pero no solo es ilegal, también supone un acto criminal.

 

Así, las pruebas, discursos, fanfarrias y recursos dilapidados, son solo parte del teatro montado para darle apariencia de legalidad al muñeco que adornan, donde el soberano apenas es un accesorio para justificarlo, y el régimen se acomoda para darle continuidad al circo.

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