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Utensilios para alimentar a los bebés

A. CARACTERÍSTICAS DEL FRASCO, BOTE O BOTELLA

Como se ha titulado el libro Un Niño Sano, debemos tratar los elementos que llevan a un niño a enfermarse con mucha frecuencia, lo cual puede comenzar desde el primer momento en que se usa un biberón y ocurre comúnmente al nacer el bebé y darle el primer sorbo de agua.

Hay acuerdo entre muchos pediatras de experiencia, que el biberón es un gran factor de riesgo de enfermedades, no tanto por algunas de las características que se describirán, sino por el mal uso que hacemos de este instrumento ya que con él usualmente alimentamos a los niños estando acostados.

1) MATERIAL DEL FRASCO

Son hechos de vidrio o plástico flexible. El vidrio es fácil de lavar, es durable, no se quema en la esterilización y no se deforma. Es transparente por lo que es fácil observar su contenido. Sus desventajas son su fragilidad, quebrándose con frecuencia o se agrietan y ya no se deben usar. Su peso es mayor que el frasco de plástico, al lavarlos se ponen lisos con el jabón, fácilmente se caen y casi siempre se rompen.

Comparte desventajas con el frasco de plástico, por el contenido de aire que se acumula al fondo y que el bebé traga, (aerofagia), junto al líquido servido.

Si el niño bebe el líquido estando acostado o semi-sentado, (medio sentado) cuando el aire tragado, que se encuentra en el estómago, busca salir expulsado con el eructo arrastra también el contenido del estómago hacia afuera, con su expulsión se corre el riesgo de una aspiración hacia los pulmones o que el líquido se expulse por la nariz o penetre al oído medio a través de la trompa de Eustaquio. Ver Fig. 35, 36, 37, 38 y 39

En el caso de que la expulsión del líquido provoque una aspiración pulmonar y como frecuentemente sucede, no hay quien auxilie al niño, esto puede llevar a una verdadera emergencia y comprometer la vida del bebé. El niño se pone pálido, morado, sudoroso, angustiado pudiendo fallecer (muerte súbita en la infancia), siempre debe estar alguien acompañándolo y atento a un accidente. Si no hay nadie que lo acompañe es mejor esperar otro momento para ofrecerle el biberón y dárselo asistido en brazos.

El biberón, por siempre, ha sido usado incorrectamente para que los niños se alimenten ellos solos, esta es la mayor razón para abandonarlo como instrumento de una vez y para siempre. Los cementerios están poblados por niños que se alimentaban solos, sin vigilancia, y sin asistencia (muerte súbita en la infancia).

Un médico, ante un niño enfermo, nunca puede estar seguro de que el biberón no tiene que ver en la enfermedad de un niño. Esta es la mayor razón por la que los médicos no estamos a gusto, hasta que la madre o a quien le corresponda hacerlo quite todos, hasta el último biberón, como instrumento para alimentar a los niños, por cierto, el último biberón y a veces el único es el que le ofrecen al niño antes de ir a dormir y siempre lo toman ya acostados, luego se duermen.

Por esta razón estoy dando otra alternativa para alimentarlos sin el biberón y cuyos resultados son observados al poco tiempo de la suspensión, pero se hace la advertencia de que la mejoría no se tendrá hasta que la recomendación se cumpla al 100 %.

El frasco de plástico: este material tiene sus ventajas, pesa menos, es más resistente a la caída, es flexible. Las desventajas en comparación al frasco de vidrio son: no es transparente, su limpieza es menos confiable, resiste menos a la esterilización, ya sea con vapor o con agua hervida; y al igual que el frasco de vidrio, el niño traga aire que distiende el estómago produciéndole dolor, hipo, eructo o vómitos.

Los vómitos se pueden evitar no poniendo al niño a comer acostado, como ya lo hemos aconsejado, y provocando el eructo del aire acumulado en el estómago a intervalos de la ingestión del líquido, digamos a medio biberón y al final del biberón. Por lo menos debe eructar el aire en tres ocasiones. Querida Madre, asegúrese que esto sea así, no acueste a dormir al bebé inmediatamente de darle el biberón ni mucho menos acostarlo a dormir boca abajo después de comer, por el riesgo de que eructe o vomite estando dormido y se produzca una aspiración a los pulmones, asfixia y muerte; muerte súbita se le nombra.

2) y 3) TAMAÑO Y VOLUMEN DEL FRASCO BIBERÓN

Por el tamaño del frasco, por la cantidad y peso del líquido que agarra me gustaría hacer algunas observaciones:

Lo usual es que tengan desde 4 onzas hasta 8 onzas. Su tamaño variará según la forma que le den los fabricantes. El frasco de 4 onzas pesa menos, sin contar que sea de plástico o de vidrio, que el frasco de 8 onzas. En el caso de que se prepare leche para llevar a algún lugar o incluso darla en casa, no es conveniente usar el frasco de 8 onzas. La leche fácilmente se descompone o fermenta. No debe de administrarse después de dos horas de preparada y si al inicio no la toma de un solo descarte la leche residual, para no correr el riesgo de que se enferme de gastroenteritis o sea vómitos y diarrea. Es mejor perder dinero descartando la leche que sobra, a que el niño se enferme. De esto podemos deducir que es mejor usar frascos biberones de 4 onzas, ya sea que le sirva al niño agua, jugo o leche. Si el niño quiere más prepare otras 4 onzas en otro frasco-biberón. No se usa el mismo.

Si lo que le sirve es leche espere un momento, pues por ser la leche muy pesada puede vomitar. Puede ser que al pasar un corto tiempo ya esté satisfecho y no sea necesario servirle más leche. No hay nada más violento y preocupante que el ver a un niño vomitando por sobrealimentación. También el frasco biberón de 8 onzas pesa más, si es de vidrio, y como es liso se cae fácilmente, quebrándose.

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