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@arpassv
La histórica celebración del Día de la Clase Trabajadora, drugstore el pasado 1º de mayo, cialis mandó un deseado y esperado mensaje: la unidad pueblo, partido y gobierno para la búsqueda de cambios estructurales en el país. Unidad no en el sentido de fusionar o hacer de varias cosas una sola, sino de articular y coordinar.
Los sectores oligárquicos, aferrados en mantener el actual estado de cosas socioeconómico y político, no esperaban que un mismo acto fuera encabezado por el Presidente de la República, la alta dirigencia del FMLN y los representantes sociales y sindicales.
El actual momento político destaca, en primer lugar, por la vinculación partido-gobierno, algo que no pudo darse durante la administración anterior. La poca coordinación, las divergencias y hasta la confrontación en varias ocasiones, fue la constante entre el FMLN y el gobierno del ex presidente Mauricio Funes (2009-2014).
Y, en segundo lugar, el acercamiento que partido y gobierno buscan con el movimiento popular. Dicho acercamiento responde a la doble convicción que marca el proceso de profunda autocrítica que ha comenzado en la izquierda gobernante: la profundización de los cambios es “ahora o nunca” y, dada la nueva correlación legislativa, esto sólo será posible con movilización y presión social.
Avanzar en la reforma fiscal progresiva, la democratización de las comunicaciones, depuración del sistema judicial, reversión del grave deterioro ecológico y demás urgencias de país, pasa por la decisión política del Ejecutivo, la lucha parlamentaria del FMLN y la movilización de todas las organizaciones revolucionarias, progresistas y democráticas que apuestan por un El Salvador más justo, equitativo y sustentable.
En el célebre acto del 1º de mayo, Presidente Salvador Sánchez Cerén, representación sindical y dirigencia efemelenista, coincidieron en la urgencia de contrarrestar con lucha institucional y social a la derecha oligárquica para desmantelar el modelo neoliberal. Todos criticaron fuertemente a la Sala Constitucional cuyas últimas resoluciones atentan contra la institucionalidad, la soberanía popular, la gobernabilidad y los mismos principios constitucionales que en teoría defiende.
Así, el mensaje de vinculación pueblo, partido y gobierno, que el Presidente Sánchez Cerén, dirigencia del FMLN y representantes sociales y sindicales, enviaron en la multitudinaria manifestación del pasado 1º de mayo, es bienvenido. El país lo necesita y el momento histórico lo requiere.
