El profesor Chavarría, un hombre de fe y entrega solidaria con todo aquel que lo necesita, es un seguidor del Cristo Negro, en Esquipulas, Guatemala, tierra desde donde partió el pasado 1 de octubre, con la misión de visitar todos los santuarios dedicados al Cristo Negro y que están dispersos por las cinco naciones centroamericanas, incluyendo a Panamá.
Iván Escobar
Colaborador
“Tras las huellas del primer peregrino de Esquipulas por Centroamérica” se llama la peregrinación que ha iniciado el profesor Edwin Chavarría desde Guatemala hasta Panamá, un recorrido de 2000 kilómetros que caminará entre octubre y diciembre de este año, en busca de los santuarios dedicados al Cristo Negro Esquipulas.
El profesor Chavarría, un hombre de fe y entrega solidaria con todo aquel que lo necesita, es un seguidor del Cristo Negro, en Esquipulas, Guatemala, tierra desde donde partió el pasado 1 de octubre, con la misión de visitar todos los santuarios dedicados al Cristo Negro y que están dispersos por las cinco naciones centroamericanas, incluyendo a Panamá.
Una travesía que cuenta, según el mismo peregrino, con la bendición de Dios, de su familia y de todos aquellos con quienes comparte la fe cristiana y conocerá en estas próximas semanas.
El Salvador ha sido el primer país visitado. El profesor Chavarría es conocido en tierras salvadoreñas por ser un pilar importante en el trabajo que desarrollan los Peregrinos Caminantes Guadalupanos, que año con año viajan a Esquipulas, en gratitud por los milagros del santo patrono. Es por ello, que el pasado fin de semana, una delegación recibió al profesor Chavarría, con quien compartieron y acompañaron en su visita a la Parroquia Nuestro Señor de Esquipulas ubicada en Colón, La Libertad.
“En Lourdes, previo a Colón, fui recibido por unos buenos amigos de los Peregrinos Caminantes Guadalupanos Salvadoreños, quienes me llevaron almuerzo, caminaron conmigo los últimos kilómetros hasta Colón y al final me llevaron a cenar y compartieron conmigo, mil gracias Doña Sofia, Don Juanito, Don Pepe Gómez y mi gran amigo organizador en El Salvador, Francisco Gómez, gracias a él por la logística de la Peregrinación en este país”.
Desde Esquipulas, el peregrino pasó por Santa Ana, en el occidente salvadoreño, donde fue recibido por familias y algunas personas que ha conocido, y le han brindado alojamiento, y comida en gratitud por su caminar. El sábado llegó a Colón, donde descansó y partió este 6 de octubre, con destino al oriente de El Salvador, específicamente a San Miguel.
“Así es amigos, y Scouts en la Ruta de Oro a San Miguel frontera El Amatillo, acá voy y si pueden apoyarme, mil gracias”, anunciaba a tempranas horas de este lunes 6 de octubre, en sus redes sociales, su paso por tierras salvadoreñas con destino a la hermana república de Honduras, como segundo país de destino.
“De Esquipulas a Santa Tecla (en El Salvador) que son como 200 y algo de Kilómetros, me los hice en cuatro días, del 1 de octubre al 4, ayer cinco descansé y hoy comencé de nuevo, ya llevo como 28 kilómetros, y me encuentro a 179 kilómetros de la frontera El Amatillo, así es que a marcar paso, el ritmo, el camino está bastante bueno, subidas pero extendidas, pero está todo bonito. Así es que en tres o cuatro días, máximo estaría por allá, así es tras las huellas del Primer Peregrino seguimos”, manifestaba en sus redes sociales, Chavarría, quien a sus espaldas lleva una imagen del Cristo Negro de Esquipulas, un acompañante, y la energía de muchos que desean ver cumplido este sueño.
“El equipo del Centro de Atención al Visitante de Esquipulas trabajando al máximo en apoyo a los visitantes en Esquipulas y en apoyo a mi peregrinación por Centroamérica”, agradece el peregrino, en referencia a los diversos apoyos que está recibiendo por su caminar.
“La visita a la Parroquia Nuestro Señor de Esquipulas en Colón, El Salvador, era el objetivo en este país; ahora…llegar a la Frontera El Amatillo entre El Salvador y Honduras, de esta manera iniciar el recorrido como en unos 8 días en dicho país”, detallaba este lunes, el peregrino.
Una de estas noches, el peregrino compartía que “cansado, pero con la bendición de Dios y personas amable en el camino logró cumplir la etapa de cada día…un amable guardia de seguridad, Don Oscar Trigueros, de una gasolinera me dio donde dormir a la orilla de una caseta, pero al ver que caía la lluvia, me permitió dormir en el área que tienen para ellos los guardias, mil gracias”.

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