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César Ramírez
@caralvasalvador
Las protestas de la Alianza de Oposición, unida a los colapsos del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Honduras, además de la manipulación externa de los procedimientos electorales expresados por la OEA, envían una grave señal para el futuro de la democracia en la región centroamericana, que enciende la tea de la desobediencia civil contra la dictadura, como en el siglo pasado.
El próximo año 2018 celebraremos elecciones de diputados y alcaldes, con un modelo nuevo del TSE salvadoreño, por primera vez se integrarán juntas electorales de ciudadanos “químicamente puros”, es decir, que no tengan filiación partidaria, ¿quién puede demostrar eso?; hablamos de un evento magno, como lo afirma el magistrado presidente Julio Oliva: “se deben integrar aproximadamente Juntas Receptoras de Votos (JRV) con 94,220 personas; 9,442 mesas de votación; 1,595 centros de votación, las JRV deben estar integradas por lo menos con tres personas”, es un escenario complejo y mucho más si consideramos la figura del voto fraccionado en el momento de la elección a diputados, lo cual puede conducir a severos retrasos en el resultado final, confuso, impugnado o rechazado.
De existir una cascada de fallos en el proceso electoral en sus diversas etapas: no conformar todas las JRV, inasistencia de los elegidos para las mesas electorales, rechazo a integrarse al evento electoral con justificación o por escepticismo, fallo del sistema de recuento electrónico de votos, discusiones de actas irregulares, votos impugnados etc. se debe considerar que ese escenario ha sido inducido por intereses políticos que se aferran a leer la Constitución a su manera y no a la tradición escrita, de ahí surge el voto fraccionado que es una aberración aritmética y política… un voto no es uno, sino una fracción de elección, la suma de ello tampoco es la unidad. ¿Qué se pretenden con ello? En todo caso, el modelo de la igualdad no funciona; así un ciudadano igual a un voto, pero ahora un voto es igual a una fracción, y si lo observamos desde la igualdad social, tampoco, parece que profundizamos la desigualdad democrática al pervertir a los votantes puesto que su voto puede ser ampliado hasta x número de veces con igual valor.
Honduras nos muestra el futuro a considerar en las próximas elecciones, con un escenario insurreccional y resistencia civil legal e ilegal.
Nosotros hemos llegado a esta etapa después de los Acuerdos de Paz, la defensa de la democracia será esperar los resultados con una paciencia de santos, considerando todos los escenarios posibles, incluso si llegan con dos semanas de retraso… más esperó nuestra nación en silenciar los fusiles que solo reclamaban el respeto a la voluntad popular electoral.
www.cesarramirezcaralva.
