César Ramírez
@caralvasalvador
Así sucedió en 1932: “EL gobierno golpista del General Martínez no se excluye del proceso electoral, sus brazos largos envían emisarios a la elección de diputados, es una situación elemental de un gobierno golpista el control de la Asamblea Legislativa, así existen denuncias de fraudes, cacicazgos, imposición de compadres, una cortina de ilegalidades que acompañan a un gobierno que se inició mal y continuaría así por más de una década”.
El gobierno golpista sin reconocimiento internacional
“Estados Unidos no reconoce a la administración del Gral. Martínez, pero continúan pronunciamientos en niveles internacionales, caso de Alejandro Alvarado Quirós de Costa Rica” (Diario Latino 12ENE932).
¿Qué dice explícitamente el gobierno de Costa Rica en 1932?
Notas del artículo: “Política interna y doctrina de relaciones internacionales: la postura de Costa Rica en el reconomiento1923-1934” Richard V. Salisbury [1]
(Fragmentos)
“El 2 de diciembre de 1931, líderes militares salvadoreños, insatisfechos con la jefatura del presidente Arturo Araujo, montaron un golpe de estado y obligaron al ejecutivo a exiliarse. Como resultado de esta revuelta, el vicepresidente Maximiliano Hernández Martínez asumió el poder, formó un nuevo gobierno, e inmediatamente buscó el reconocimiento de los Estado Unidos y de los otros gobiernos centroamericanos. El gobierno de Estados Unidos respondió indicando que la política norteamericana relativa al reconocimiento se guiaría por los requerimientos establecidos en los pactos de 1923. Esta información fue transmitida a lo largo de las naciones centroamericanas por medio de los representantes diplomáticos norteamericanos en esos países. El Departamento de Estado, sin embargo, no tomaba ninguna decisión inmediata respecto a la situación salvadoreña, y no fue sino hasta el 20 de diciembre que el secretario de Estado Henry L. Stimson, después de recibir informes sobre el movimiento revolucionario, concluyó que Martínez ciertamente había estado involucrado en el golpe de estado. Los Estados Unidos, consecuentemente, informaron a las autoridades salvadoreñas que el reconocimiento norteamericano no sería otorgado. El encargado norteamericano en San José fue instruido para comunicarle al gobierno costarricense la decisión, con esperanza de que Costa Rica seguiría la misma política. Esto fue precisamente lo que sucedió, pues el 23 de diciembre el presidente Cleto González Víquez, después de sostener una reunión especial con su gabinete para discutir el asunto salvadoreño, tomó la decisión de no reconocer al gobierno del Martínez. Al hacer pública esta política, González declaró que su gobierno había decidido “limitarse al texto de los tratados de Washington”. No hubo ninguna otra explicación o elaboración pública de la política salvadoreña de Costa Rica. Detrás de esta nítida declaración pública, sin embargo, subyacen importantes consideraciones políticas. Por una parte, no eran secretas, en San José, las ambiciones presidenciales de Manuel Castro Quesada, las cuales podrían verse frustradas por Ricardo Jiménez si las elecciones se realizaban tal y como estaba acordado, en febrero de 1932, mientras que podrían verse cumplidas como resultado de un golpe de estado. Los oficiales costarricenses razonaron que si las actividades revolucionarias de Martínez, en El Salvador, obtenían la gratificación del reconocimiento oficial, entonces Castro bien podría decidirse a seguir la misma ruta para obtener el poder en Costa Rica. Por otra parte, el presidente González estaba ansioso por evitar aparecer como que seguía ciegamente los dictados de la política norteamericana, y había estado renuente a hacer una admisión pública de la adherencia costarricense a los pactos de Washington, hasta tanto otros gobiernos centroamericanos no hubieran realizado un compromiso similar. Cuando el 27 de diciembre de 1931, los gobiernos de Guatemala y de Honduras hicieron pública su decisión de tomar posición según las provisiones de los Tratados de Washington con respecto al reconocimiento del gobierno de Martínez, las autoridades costarricenses se sintieron libres para actuar y rápidamente seguirlos en el acuerdo…
(…) “El embajador norteamericano también estaba supuesto a informarle a las autoridades costarricenses que Martínez había indicado que se mantendría en el poder hasta junio (1932) solamente, y que permanecía en el poder durante ese tiempo únicamente para completar la estabilización del país, y para asegurar que posteriormente no habría ningún peligro de un nuevo brote de insurgencia comunista.”.
(…) “el primero de enero de 1934, cuando los Tratados de Washington dejaron de tener validez para Costa Rica, el gobierno costarricense reconoció a El Salvador”.
Ahora en 2025 “Expresidentes de países iberoamericanos condenan “reforma inconstitucional” en El Salvador
Repetimos aquella historia del siglo pasado.
27 expresidentes advierten que esa acción daña la alternancia y la institucionalidad de la República.
En artículos anteriores hemos descrito ese pasado tenebroso que nos amenaza con: prisión, desaparición forzada, exilio, muerte civil, difamación, amenazas a muerte etc. pero continuamos en esta labor informativa.
El paralelo histórico puede consultarse en los artículos o la serie completa Intimissiun: filosofía plebe: “El pasado imita al futuro 1932-2022 I-II-III” publicados en Diario Co Latino[2].
En conclusión: estamos condenados a vivir el pasado en la dictadura del presente. amazon.com/author/csarcaralv
[1] file:///C:/Users/cesar/Downloads/Dialnet-PoliticaInternaYDoctrinaDeRelacionesInternacionale-5075844%20(2).pdf
[2] https://www.amazon.com/-/es/C%C3%A9sar-Alberto-Ram%C3%ADrez-Alvarenga-ebook/dp/B0CPMHNDF9/ref=sr_1_1?__mk_es_US=%C3%85M%C3%85%C5%BD%C3%95%C3%91&crid=1JN0N3B3881CR&dib=eyJ2IjoiMSJ9.yeZspjBaJHrwtFlEy76k9A.LU9DX2w1HCfTAkpjibvQAiBg4e5uEZhkCffvNe6xa7k&dib_tag=se&keywords=intimissimun+filosof%C3%ADa+plebe+III&qid=1754432631&s=books&sprefix=intimissimun+filosof%C3%ADa+plebe+iii%2Cstripbooks-intl-ship%2C3782&sr=1-1
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