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PSICOPOLÍTICA Y ESTADO PUNITIVO

POR: JOSÉ GUILLERMO MÁRTIR HIDALGO

El filósofo surcoreano Byung-Chul Han publica “Psicopolítica: neoliberalismo y nuevas técnicas de poder” en el dos mil catorce1. Dicho autor sostiene que, bajo la férula del neoliberalismo la libertad es un espejismo y la revolución es imposible.

En los actuales tiempos tecnológicos ha surgido el Big Brother digital que se encarga de vigilar y controlar a los sujetos. El aparato estatal obtiene información de los sujetos por voluntad propia a través de teléfonos smart y demás dispositivos electrónicos. El neoliberalismo se enfoca en la psique, se ocupa que el individuo actúe y reproduzca por sí mismo las acciones que se le han impuesto.

La psicopolítica neoliberal no opera con amenazas, no emplea medicina amarga, opera con estímulos positivos, con mecanismos que agradan al sujeto, para sugestionarlo a su antojo. El poder es proyectivo, permisivo y prospectivo. Se maximiza el consumo, los sujetos no se sienten vigilados y las personas entregan su información de manera voluntaria. El régimen neoliberal utiliza las emociones para incrementar la productividad y el rendimiento. La psicopolítica se inserta en las emociones de las personas, para influir en sus acciones.

La filosofía de nuestro tiempo es que todo puede medirse y cuantificarse, lo cual podría servir para prevenir y predecir acontecimientos futuros. El mercado o Big Data, acumula información de las personas y vigila sus preferencias, para ofrecernos productos mediante la publicidad y así venderlos.  La política neoliberal es una técnica de dominación por medio de la programación y controles psicológicos. La alianza entre el Estado vigilante o Big Brother y el mercado o Big Data, ha conducido a la aparición de la sociedad digital.

Lafayette Ronald Hubbard fue un escritor norteamericano de ciencia ficción y fundador de la Dianética y la Cienciología. Nos presenta el texto soviético “Manual de Lavado de Cerebro”, cuyo contenido original está escrito en lengua rusa2. El manual comienza definiendo Psicopolítica como el arte y la ciencia de mantener el dominio sobre ideas, lealtades y la conquista de naciones enemigas a través de la “curación mental”. La Psicopolítica es una división de la Geopolítica, su objetivo es producir el máximo caos en la cultura del enemigo mediante la desconfianza, la depresión económica y la agitación científica.

Cualquier gobernante ha necesitado la obediencia de sus súbditos para lograr sus fines. La psicopolítica utiliza métodos para alinear y afianzar lealtades de personas y masas. La misión de la psicopolítica es alinear a los individuos a la obediencia y objetivos del Estado. El cambio de lealtad consiste en la erradicación de lealtades existentes, mediante un adoctrinamiento firme e ininterrumpido del individuo. Si la propaganda falla se recurre a la coacción emocional, a la descarga eléctrica y a la neurocirugía.

La obediencia es el resultado de la fuerza y con la fuerza está la crueldad. Solamente cuando una persona ha sido golpeada, castigada y martillada despiadadamente, el hipnotismo sobre ella puede ser garantizado con eficacia. El hombre es fácilmente manejado por mecanismos de estímulo-respuesta. Solo es necesario instalar un estímulo en la morfología mental del hombre para responder a una fuente exterior. Un estímulo suficientemente instalado permanecerá como mecanismo de policía dentro del individuo.

Bajando la resistencia a una persona, grupo o nación por difamación y degradación constantes, es posible inducir un estado de conmoción en la que recibirán cualquier orden dada. Cada individuo que se rebela debe ser considerado una persona trastornada y debe tener el tratamiento de un psicopolítico con la apariencia de que es por su sanidad mental.

“El hombre en busca de sentido” es un libro escrito por el psiquiatra austriaco Viktor Emil Frankl, publicado en Alemania en 19463. El hombre en busca de sentido relata las vivencias personales del autor en los campos de concentración. El libro se divide en dos partes, en la primera el autor presenta el internamiento en el campo, la vida en el campo y después de la liberación. En la segunda parte, el autor plantea conceptos básicos de la logoterapia.

Empieza contando lo que ocurría cuando se hablaba de traslados a otros campos de concentración. Todos sabían que el destino era la cámara de gas, por lo que no había tiempo para consideraciones morales o éticas. No se dudaba ni un momento en arreglar las cosas para que otro prisionero ocupara su puesto. Se empleaba la fuerza bruta, el robo, la traición o lo que fuera con tal de sobrevivir. Lo que caracteriza esta primera fase es el shock, un horror al que paso a paso los prisioneros se iban acostumbrando.

La primera selección era para poner a los prisioneros en la fila de la izquierda o en la de la derecha, lo que significaba la muerte o los trabajos forzados. Las reacciones más comunes eran una extraña clase de humor, un tanto macabro y la curiosidad. Lo desesperado de la situación hacía pensar en lanzarse contra la alambrada eléctrica a una gran mayoría.

Luego, se experimentaba una añoranza por la casa y por la familia, seguida de una repugnancia por toda la fealdad que les rodeaba: hielo, fango y excrementos. Los sentimientos quedaban embotados. Asco, piedad y horror eran emociones que los prisioneros no podían sentir, era el necesario mecanismo de defensa frente al dolor, la injusticia, la crueldad y la irracionalidad. Padecían un alto grado de desnutrición, se comía una sola vez un pequeño trozo de pan y un agua de sopa, por lo que el deseo de conseguir alimento era el instinto más primitivo. Tenían que realizar trabajos durísimos y el deseo sexual brillaba por su ausencia. Había prisioneros que sentían una profunda inquietud religiosa. Estas personas resistieron mejor el campo de concentración, al aislarse del entorno y remontarse a su vida anterior, a su riqueza intelectual y a su libertad espiritual. Otros prisioneros se aferraban a la imagen de sus mujeres, de un hijo, de la persona que más amasen. Había vida interior en los prisioneros, a veces muy intensa, que les hacía apreciar la belleza del arte o de la naturaleza como nunca. En el campo de concentración era posible practicar el arte de vivir, aunque el sufrimiento estuviera omnipresente. Se añoraba de una manera muy intensa la intimidad. Otro sentimiento muy frecuente era la irritabilidad. La experiencia de la vida en un campo de concentración demuestra que, el hombre tiene capacidad de elección. Aun en esas circunstancias, se puede conservarse la dignidad humana. Es precisamente esta libertad interior la que nadie nos puede arrebatar, la que confiere a la existencia una intención y un sentido.

Lo que les ocurría a los prisioneros liberados era una “despersonalización”. Todo parecía irreal, improbable, como un sueño y temían que al despertar les llegase la dura realidad. Muchos de los prisioneros que habían experimentado en carne propia la brutalidad solo querían reproducirla. Solo muy lentamente se podía volver a la verdad de que nadie tiene derecho a obrar mal, aunque a él le hubieran hecho daño.

Otras dos experiencias mentales que podían dañar el carácter del prisionero liberado eran la amargura y la desilusión que sentía al volver a su antigua vida. Amargura ante la reacción de indiferencia de los otros ante su sufrimiento y la terrible experiencia y desilusión hacia su propio destino. El hombre que durante años había creído alcanzar el límite absoluto del sufrimiento se encontraba ahora con que el sufrimiento no tenía límites y todavía podía sufrir más y más intensamente. No estaban preparados para sobrellevar su experiencia.

En el artículo periodístico “Joven estuvo preso por negarse a inculpar a sus vecinos”, el fotoperiodista salvadoreño Francisco Rubio, nos cuenta la historia de Antonio N., quien reside en una zona de guerra de pandillas4. Por tal motivo, la presencia de la Policía Nacional civil era persistente. Con el régimen de excepción, dicha presencia se incrementó. El régimen de excepción trajo más seguridad, al mismo tiempo, arrestos injustificados de habitantes de la zona. Como era menor de edad, Antonio fue arrestado en tres ocasiones y posteriormente liberado, sin antes haber sido golpeado y asaltado por policías. Al llegar a la mayoría de edad, la policía se hizo presente en casa de sus padres. Llegaron preguntado por una persona que no vive con ellos. Y en aquel momento, detuvieron a Antonio y lo trasladaron a la Delegación de Cuscatancingo.

Un policía le mostró fotos de sus vecinos y le pidió que señalara a los que actuaban en algún grupo delictivo. Ante su negativa fue trasladado a la Delegación de la Zacamil y en seguida, al Penal de Izalco. Sus hermanas fueron a solicitar ayuda a la Procuraduría de los Derechos Humanos y a buscar a un abogado privado. El Tribunal Contra el Crimen Organizado de San Salvador ordenó su liberación, aun así, Antonio no salió de la cárcel.

Testifica un sinfín de tratos inhumanos. Su celda era una habitación oscura, sucia y con muchos enfermos. En ella se encontraban seis cientas personas.  El desayuno y la cena comprendían una ración de frijoles y tortillas delgadas. En el almuerzo se les proveían arroz y macarrones. Otra opción alimentaria era comprar en las tiendas penitenciarias al triple del precio.  Los paquetes de alimentos, proporcionados por familiares eran abiertos y su contenido dividido entre el personal de la prisión. Meses después, Antonio fue liberado del Penal de Izalco. Su aspecto físico se describía por los huesos pegados a la piel, llena de ronchas y furúnculos.

Antonio intenta recuperar su aspecto físico anterior al encarcelamiento, tiene problemas para integrarse a la sociedad, por el daño psicológico causado por esta experiencia traumática.

(Endnotes)

1 Han, Byung-Chul. Psicopolítica: neoliberalismo y nuevas técnicas de poder. En: https//sf18ca3c42db5f3c8.jimcontent.com/byung-chul-han-psicopolc3adtica.pdf

2 Hubbard, Lafayette Ron.  Manual de lavado de cerebro. En: https://rafapal.com/wp-content/uploads/2012/04/Manual-de-Lavado-de-Cerebro.pdf

3  Frankl, Viktor Emil. El Hombre en Busca de Sentido. En: https://archive.org/details/hombreenbuscadel0000fran

 

4 Rubio, Francisco. Joven estuvo preso por negarse a inculpar a sus vecinos.  En: https://www.elsalvador.com/noticias/nacionales/centro-preventivo-y-de-cumplimiento-penas-izalco-apopa-troncal-del-norte-policia-custodio-centros-penales-regimen-excepcion-pnc-/1141948/2024/

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