Diario Co Latino 134 años comprometido con usted
Artículos relacionados
Alma Vilches
@AlmaCoLatino
La investigadora y activista de los Derechos Humanos, Celia Medrano, comparó la política anti migratoria de Estados Unidos con el Régimen de Excepción en El Salvador. Donald Trump vendió la idea que las deportaciones masivas serían de migrantes con perfiles criminales, mientras Nayib Bukele afirmó que el régimen era para combatir las pandillas.
“Aquí se nos dijo que el Régimen de Excepción es sólo para criminales, que irán a la cárcel altos criminales, pero se nos ocultaron dos cosas, una que los liderazgos y élites pandilleriles quedaron fuera de este tipo de aplicaciones punitivas, y dos, que el Régimen de Excepción va dirigido a acallar y atacar cualquier voz crítica o disidente”, manifestó Medrano en el espacio Encuentro con Julio Villagrán.
Asimismo, enfatizó que Donald Trump no ha deportado solamente a criminales, sino a miles de migrantes trabajadores con 15, 20 años o más de laborar en Estados Unidos, las personas allá tienen temor de ir a los centros comerciales e incluso enviar a sus hijos a la escuela, la celebración del
del día del salvadoreño americano en Estados Unidos ha sido suspendida.
Según Medrano, ahora a escala internacional los oídos están más abiertos a escuchar cuando se dice que en El Salvador a cualquier opositor o voz crítica, le pueden aplicar el Régimen de Excepción, no por estar vinculado con alguna acción criminal o de corrupción, sino porque puede ser acusado de ese tipo de delitos, debido a que el órgano judicial está cooptado totalmente.
“El Régimen de Excepción es el instrumento de represión política para acallar, anular y encarcelar cualquier voz disidente, y Donald Trump dijo que las políticas anti migratorias iban a ser dirigidas únicamente a migrantes criminales, pero en la práctica hasta niños escolares son objeto de estas políticas, detenidos injustamente, familias separadas de manera inhumana, y nos demuestra que estas políticas van en contra de todos”, sostuvo.
A la vez, manifestó que toda persona migrante es objeto de ser víctima de estas políticas, al igual que en El Salvador, quien diga abiertamente su descontento o su desacuerdo con decisiones que se están tomando en lo económico, político o ambiental, en este país puede ser objeto de una detención ilegal, arbitraria e injusta.
A criterio de Medrano, hay una crisis en la credibilidad del sistema de protección y de las autoridades, muchos salvadoreños están siendo deportados desde Estados Unidos, sin que la Oficina de Acceso a la Información Pública de la Dirección General de Inmigración brinde datos de cuántos son, el sexo, edades, tiempo transcurrido entre la detención y deportación, cuántos años estuvieron en el país norteamericano.
Hasta septiembre del año pasado, la Dirección General de Migración dio acceso en esa información y respondió enviando los datos, no se está pidiendo detalles sino estadísticas generales para comprender el fenómeno.
La activista de derechos humanos explicó el caso de un venezolano de la comunidad LGTBI, quien huyó de su país por ser potencialmente víctima de un crimen de odio y estaba pidiendo asilo y protección en Estados Unidos, pero fue deportado y está en El Salvador.
“Ha habido un aumento aproximadamente del 30% de vuelos de personas deportadas desde Estados Unidos, hacia El Salvador, Honduras y Guatemala, pero esto se sabe porque organizaciones estadounidenses como Voces de la Frontera acceden a los protocolos de vuelo de estas deportaciones, informan públicamente ha habido un aumento de vuelos de personas deportadas en el 2025”, manifestó.
Medrano externó que los deportados no son los migrantes detenidos cruzando la frontera y tenía más de un mes de estar en Estados Unidos, ahora están viniendo personas que tenían 15 años, 20 o más en aquel país, siempre han venido ese tipo de vuelos, pero no en la cantidad que hoy en día.
Agregó que las autoridades migratorias estadounidenses, habían sido claras en plantear que el foco de las deportaciones no sería gente trabajadora, estudiantes, sino focalizarse en personas que realmente pueden representar un riesgo para los Estados Unidos, con perfiles altos de criminalidad, pero un niño o adolescente que es buen estudiante, un trabajador honrado que paga impuestos no debería de ser una prioridad.
TPS
“El Salvador todavía tiene un tiempo más del TPS, gracias a una decisión tomada en el último mes de gobierno de Joe Biden, de lo contrario, en marzo hubiese terminado para alrededor de 200 mil salvadoreños que están bajo este estatus de protección temporal allá”, afirmó.
La cancelación del TPS para Honduras y Nicaragua ya había sido anunciada, fue una promesa electoral del presidente Donald Trump con respecto a finalizar todo tipo de programa que favorezca a la migración de diferentes países.
La fragilidad de estatus temporales de regularización migratoria en Estados Unidos depende del Ejecutivo, es decir, el presidente Trump tiene la facultad de cancelar programas de protección específicos para población venezolana, haitiana, salvadoreña, nicaragüense, hondureña.
Para Medrano, independientemente que a El Salvador todavía no le ha sido cancelado el TPS por el presidente Trump, hay muchos salvadoreños que ya están enfrentando el problema de no poder renovar sus permisos de trabajo.
Los empleadores estadounidenses no entienden que hay TPS específicos para hondureños, venezolanos, salvadoreños, solo escuchan que fue cancelado ese programa de protección y asumen que es para todos.
“La mayoría de salvadoreños en Estados Unidos están en condición irregular, alrededor de un 8% apenas son los que están bajo algún tipo temporal de irregularidad migratoria o de protección, incluyendo el TPS; hay muchas personas que independientemente de la condición migratoria, podían tener acceso a algunos programas públicos de salud o escolaridad, pero todo eso está siendo recortado de manera brutal dentro de la escalada de una política anti migratoria”, recalcó.
