POE

Mario Castrillo

Escritor

Poe fue un incomprendido en su época. Su vida tormentosa y su literatura hablan mucho de él. Una de las características de sus escritos ha sido la obsesión y el terror. Abordó otros temas, salve tales como la ciencia ficción, los temas policiales y algunos de humor. En este escrito nos centraremos en la temática de la obsesión y el terror.

El miedo, que es una cualidad natural del ser humano, es la antesala del terror. El terror es suscitado por un suceso extraordinario y participa de lo estético, de lo sublime. De ello nos habla Kant (1724-1804) en su ensayo Observaciones sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime. En este ensayo analiza las distintas “tonalidades afectivas” de lo sublime, entre ellas, lo sublime terrorífico. Lo sublime es lo informe en tanto que es infinito y se refiere a la razón.

Obsesión proviene del latín obssesio y se trata de una perturbación del ánimo por la presencia incisiva de una idea fija de la cual el sujeto no puede librarse y que lo puede llevar a cometer un crimen o conducirlo a su propia destrucción.

Una obsesión en Edgar Allan Poe es la muerte.  No la muerte natural, sino la muerte provocada por propia mano o por la acción de terceros. “El gato negro” es un cuento en que la muerte se pasea enseñoreándose en la escena, como un pavorreal. En este cuento encontramos también rasgos acentuados de sadismo. La obtención del placer a través del dolor o la destrucción de otros, eso es el Sadismo. La muerte, cuya etimología proviene del latín mors, mortis es el fin y  a la vez el principio de algo distinto y desconocido. La muerte ha intrigado al ser humano desde tiempos inmemoriales. Ya los egipcios la consideraban como una deidad y los griegos le denominaban  Moira, y los romanos Parcas: Nona, Décima, Morta. En “El gato negro”, Poenos dice: “Fue ese insondable anhelo del alma de exasperarse a sí misma –de resistirse contra su propia naturaleza- de hacer el mal tan solo por hacerlo –lo que me empujó a continuar y, finalmente, a consumar el tormento que había infligido al inocente animal. Una mañana, a sangre fría, le puse una cuerda al cuello y lo colgué, en la rama de un árbol”.

Charles Baudelaire (1821-1867) escribió un ensayo titulado Edgar Allan Poe. Baudelaire consideraba a Poe como un poeta, un crítico, un novelista, y algo más, un filósofo. Baudelaire considera a Poe un ser delicado y a la vez brutal. Para un hombre así –afirma Baudelaire- es comprensible que “la vida se convirtiera en un infierno y que terminara mal”, y añade que “solo se asombra de que pudiera aguantar tanto tiempo”. Edgar Allan Poe murió alcoholizado el 7 de octubre de 1849, en el hospital de Baltimor, en donde unos agentes lo había llevado después de recogerlo tendido en la calle. Apenas había vivido treinta y siete años.

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