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Para dónde va la economía mundial y el capitalismo

Tomado de Carta Económica
www.cartaeconomica.com

Todo este proceso histórico de los últimos 9 años, case sale ha permitido que la Bolsa, salve después de una fuerte contracción que llevó el DOW JONES a bajo de los 7000 puntos,  recupere su tendencia a la especulación, llevando de nuevo la creación de capital ficticio a niveles históricos superiores a los 18,000 puntos, que permite inferir la proximidad de una nueva crisis. Esto se sustenta en que los activos cotizados en Bolsa han expandido su valor de mercado sin tener una correspondiente base de capital subyacente que respalde dicho incremento de precios. Esto significa que los precios de los activos financieros se encuentran sobrevalorados en relación al movimiento del capital real.

En el gráfico a continuación se muestra, en índice, la brecha entre el despliegue financiero y el desenvolvimiento de la economía real estadounidense, lo que se denominaría como capital ficticio. Tomando como base el tercer trimestre de 2007, periodo inmediatamente anterior al estallido de la crisis inmobiliaria,  es posible observar que, a partir de la crisis la brecha disminuyó cerca del 54% para el Dow jones y 48% para el S&P.  Sin embargo, a partir de entonces y gracias a las inyecciones de liquidez, los mercados financieros recuperan su tendencia al alza y  para el último trimestre de 2013 han alcanzado niveles similares a los del tercer trimestre de 2007. La expansión de la bolsa ha seguido incrementando hasta presentar una caída relativamente importante, de casi 10%, en el tercer trimestre de 2015. Posiblemente, esto comience a manifestar las tendencias recesivas próximas.

Para complementar nuestro análisis y salirnos de los esquemas institucionales del FMI, Banco Europeo, etc., queremos suponer el siguiente escenario. Los activos de la Reserva Federal, constituyen un stock de bonos gubernamentales, bonos del Tesoro y seguros respaldados por hipotecas, mientras que los dólares que emite para adquirir estos activos son sus pasivos correspondientes. Las emisiones o expansión de la oferta monetaria (Quantity easy -QE-) suponen  entonces una fuerte expansión en ambos lados del balance de la FED.

La mayoría de sus activos son a largo plazo (bonos y deuda hipotecaria), mientras sus pasivos (circulante) son todos a corto plazo, pasivos corrientes, lo que quiere decir que tienen un problema de encalce, es decir, de alto riesgo de liquidez si los intereses actualmente deprimidos, por manipulación de la FED, fuera de la realidad del mercado financiero se incrementan, aunque la FED puede emitir y resolver ese problema. Los dólares emitidos, con los que se adquieren los activos tóxicos, los bancos privados pueden exigirlos en cualquier momento, o sea, que la FED monetiza deuda privada. Los préstamos de mayor vencimiento pagan rendimientos más altos que los de corto plazo. En la medida que las tasas sigan bajas, la FED puede continuar endeudándose a corto plazo y prestando a largo plazo.

El rendimiento de un bono de 10 años es del 2%. Este es el interés que la Reserva Federal recibe de sus préstamos, los cuales son sus activos a largo plazo. Por otro lado, la Reserva Federal no debe más del 0.25% de sus depósitos a corto plazo, los cuales son sus pasivos a corto plazo. Eso es una ganancia del 1.75% anual. Se han comprado aproximadamente 2.8 billones de deuda a largo plazo, así que eso equivale a aproximadamente $49,000 millones en ganancias anuales para la FED, siempre y cuando las tasas se mantengan bajas.

Supongamos que la tasa de interés de la Reserva Federal se elevara al 1%, dado que  la economía entra en una deflación fuerte y la reserva le apuesta con más fuerza a la inflación. En lugar de pagar 0.25% de sus pasivos a corto plazo, tendría que pagar el 1%. Esto le disminuiría su ganancia del 1% año sobre año, si los bonos a 10 años aún dieran un rendimiento del 2%. Eso equivale a una caída de más de un 40%, pero aún tendría un ingreso neto positivo. ¿Qué pasa si las tasas continúan elevándose de vuelta a sus normas históricas, del 1% al 2.5%, o aún más? Entonces la Reserva Federal tiene un gran problema. Si sus activos producen 2% pero tienen que pagar 2.5% de sus pasivos, entonces tiene un flujo negativo y carece de liquidez. En lugar de ganar agradablemente $49,000 millones al año, ahora tendría una pérdida de $14,000 millones anuales. Este proceso ya se inició a finales del año 2015, con el anuncio de la FED de abrir el proceso de incremento de la tasa de interés, que supuestamente en el año 2016 aumentaría 1%, y así seguiría hasta el 3% el año 2018 o antes.

Además, en el lado de los activos, cuando los rendimientos de los nuevos bonos del Tesoro de a diez años se elevan, baja el precio de los bonos existentes, que han adquirido a un rendimiento más bajo. Esto es porque los bonos adquiridos previamente deben ser descontados a la tasa actual del mercado, si se venden en el mismo precio –no a la tasa a la que originalmente los compraron-.

De modo que si las tasas se elevaran lo suficiente, la Reserva Federal incurriría pérdidas en ambos lados de su balance.

¿Cómo respondería el resto del mundo a una institución financiera atrapada en esta posición? La Reserva Federal podría perder toda credibilidad a los ojos del sistema financiero mundial. A su vez, el dólar estadounidense perdería credibilidad porque está a cargo de la Reserva Federal. Los bancos mundiales no sólo se alejarían y posiblemente desecharían ellos mismos los bonos gubernamentales estadounidenses, sino que probablemente abandonarían también al dólar en favor de otro activo más seguro, vendría entonces lo que le pasó a la libra esterlina en la segunda mitad de la década de los veinte del Siglo XX, la pérdida de confianza, y, por lo tanto, la desaparición de la hegemonía del dólar como le pasó a la libra esterlina, esto sin duda no se puede dar abruptamente dada la todavía alta incidencia del dólar en el funcionamiento de la economía mundial.

Este proceso  ya se vive  y algunos analizan que la crisis del dólar y del sistema financiero mundial  se daría en el año 2016, lo que significaría pérdidas superiores a los 10 billones de dólares (millones de millones) que se perdieron en la crisis del 2008, con la caída del Dow Jones que se prevé que en el  año 2016 caerá un 50%, de los 18,117 puntos que tenía el primero de Marzo del 2015 (Paul B. Farrel Columnista del MN MarketWatch). Esto parece comenzar a dejar de ser una predicción y convertirse en una realidad con la caída en los mercados del DW, Nasdag y S&P, a principios de enero del 2016.

El 15 de Enero del año 2016 el DW llega a los 15,988 puntos una caída del 11.8% en relación al pico del primero de Marzo del 2015, equivalente a una caída de 2,129 puntos, es más sólo entre el primero y el 15 de Enero del  2014 el precio del DW ha caído 8%. Según el gráfico a continuación, tomado del ECONOMISCAHOY.MX, el Dow Jones se acerca a los 15,370 puntos que alcanzó el mes de Agosto del año 2015. La tendencia igual se marca en Nasdag que se prevé una caída hasta del 11% en relación al precio de los 4,238 puntos que presentó el 13 de Enero del 2015. En este contexto en la misma fuente se habla de un potencial alcista de hasta 18% en el DW que llegaría a los 19,271 puntos, y el Nasdaq con un potencial del 26% con perspectivas o precio objetivo de 5,237 puntos.

En esta lógica copiamos textualmente de la misma fuente la visión pesimista el mes de Enero del 2016: “Las voces pesimistas con la idea de un escenario bajista son constantes. Con el recelo porque una recesión en EU pueda estar cerca, Albert Edwards, estratega global de Société Générale, no solo prevé caídas para el S&P 500, sino que atisba un escenario en el que podría desplomarse un 75% desde los máximos en los 2,100 puntos, lo que lo arrastraría hasta los 550 puntos. Es decir, en torno a un 71% por debajo de los niveles actuales. Este precipicio recuerda al que sufrió el S&P tras la crisis de Lehman Brothers, cuando se hundió hasta los 676 puntos. Edwards apunta a que sería catastrófico para la economía y que arruinaría todo ´el trabajo de la FED´”.

“Los principales mercados de Estados Unidos cayeron más del 2% el 15 de Enero, dejándolos cerca de sus niveles más bajos en más de un año. Se espera que los inversionistas estadounidenses podrían salvarse, lo peor de la retirada fue ocasionado por substituciones resultado de las predicciones de que las pérdidas podrán  ser peores. Los descensos ya han ocasionado pérdidas por más de $ 1 billón en la riqueza de los dueños  de las acciones de las 500  compañías más importantes de Estados Unidos” y 8 billones en todos los mercados de la bolsa de los EE.UU .

Las acciones de tecnología se han visto afectadas aún más, con el Nasdaq compuesto bajó un 8,2% en los primeros catorce días del 2016 y 13.5% de relación a su  pico más alto en las últimas 52 semanas. Analistas permanecen perplejos en la tendencia, en la tecnología, dado que estas acciones no tienen históricamente ninguna correlación con los precios del petróleo, y en teoría, energía más barata debería significar, gastos de capital en tecnología inferior, como resultado de la reducción de los costos de combustible. Sin embargo, las expectativas tanto de los ingresos y ganancias para muchas empresas de tecnología están cayendo junto con el precio del petróleo.

Por otra parte, la deuda de las grandes corporaciones está disminuyendo y los costos financieros para las grandes empresas aumentan. La tendencia es resultado en parte, de un temor de contagio—dado que el petróleo es demasiado barato, para las empresas de energía perforar el suelo ya no es rentable; así se verán obligadas a declararse en bancarrota. Si esto  ocurre, los titulares de deuda perderán los pagos de principal e intereses, alimentando más la tendencia hacia una nueva crisis económica. Igualmente las empresas dependientes  del sector energético,  verán una caída en sus ingresos, y en la industria del petrolero los trabajadores perderán sus empleos, y la tendencia del desempleo volverá al alza .

Por otro lado, el multimillonario inversor George Soros ha verbalizado las preocupaciones que están castigando con fuerza a los mercados en el arranque de 2016. “Cuando miro los mercados financieros, veo serios desafíos que me recuerdan a la crisis de 2008”, aseguró el empresario en un congreso económico en el que participó en Sri Lanka. “La crisis de 2008 se desató con la caída de Lehman Brothers y dio lugar a la Gran Recesión, de la que solo ahora se empieza a salir .”

Esta situación de la bolsa a comienzos del año 2016, es un proceso global, dada la interdependencia de los mercados de capitales en el Sistema Financiero Mundial, lo que le determina contagios instantáneos entre las diferentes economías. Así podemos ver en el Cuadro que sigue el nivel de caída de las principales bolsas de los países desarrollados, los emergentes y los subdesarrollados.

Es así que  la crisis del Petróleo marca una mayor profundización de la tendencia bajista durante el 2016, escuchándose voces de caídas hasta los $20 americanos o menos, si a este análisis le agregamos los problemas estructurales subyacentes en la economía global, incorporando el tema de  la deuda de los diferentes agentes económicos, la emisión monetaria y los derivados financieros que tiene los Estados Unidos, Europa, Inglaterra y Japón,  los cuales ya superan la cifra de $814,773 billones, que equivalen al 10.54% del PIB mundial,  las perspectivas de la crisis del Sistema Financiero Mundial y la Economía Capitalista en su conjunto sin duda son de una tendencia clara a una crisis,  que como dicen muchos analistas será superior a la que se vivió en el 2008, lo que marca un proceso de transición a una economía postcapitalista, que ya expresa la existencia de un fascismo encubierto en las cuatro economías mencionadas en este párrafo, fascismo que además ya tiene presencia a nivel mundial y que está destinado a frenar las irrupciones sociales que cada vez serán superiores en las diferentes sociedades y presionarán por desarticular el esquema político ideológico que ha dominado el mundo occidental bajo el dominio del capitalismo.

Así para los analistas del sistema capitalista el problema es China, mientras que para otros es el petróleo, la FED, la deuda; otros  dicen que los keynesianos, antikeynesianos, mientras que otros  manifiestan que los Estados, los bancos, el fracking o aceite que se obtiene de las conchas, el dólar; para otros, el problema es el mercado de valores la bolsa y su especulación, la guerra económica del imperialismo americano que en la coyuntura la está profundizando en los países dependientes del petróleo que han estado buscando salidas de corte socialista u otras que en el marco del poder mundial buscan crear un poder paralelo al del imperialismo americano y sus aliados estratégicos de Europa y Japón, así han logrado profundizar las crisis económicas y políticas en Venezuela, Rusia, Brasil, Argentina, luchan en esa misma línea por debilitar China Popular, Bolivia, Ecuador, etc. No encuentran salida ni explicación de fondo, por estar en una visión fenomenológica, o sea, que ven las puntas de los diferentes iceberg que manifiesta la crisis del capitalismo, que sólo la podrían entender si con el instrumental marxista se dieran cuenta que la crisis de sobreproducción y la tendencia decreciente de la tasa de ganancia, que se profundiza por la lógica de concentración y centralización del capital y que no puede ser resuelta ahora ni con el marco de políticas keynesianas y monetarias.

El Sistema Capitalista está en  una crisis de deterioro, que para corregir algunos de sus iceberg actuales, tendrán que desarticular el imperialismo del dólar y el sistema financiero actual, eso traerá una crisis de grandes proporciones donde los hogares y las empresas sufrirán significativas pérdidas y, por lo tanto, la pobreza y el desempleo se profundizarán, los Estados como todos los agentes económicos entrarán en incapacidad de pago, lo que sin duda profundizará la convulsión social. Acá es donde sale la visión geopolítica de la profundización del Fascismo en el Siglo XXI, que tendrá un carácter mundial y que ya está en total desarrollo en las cuatro economías dominantes teniendo efectos ya en todo el mundo. Sin duda, el capitalismo va a su destrucción la cual requerirá varias décadas para que se exprese universalmente, pero  sin duda la desarticulación del imperialismo del dólar, es una expresión clara de su avance, y la construcción de un sistema monetario con un enfoque multipolar en lo financiero y en la construcción de un sistema de monetario y de divisas que como hemos explicado presenta varias posibilidades, todas dolorosas para los que poseen dólares y están amarrados con dicha moneda o están dolarizados totalmente, que son los que más sufrirán estos efectos.

http://www.washingtonpost.com/people/jonnelle-marte, Washington Post
Economy Watch 14 de Enero 2016
Tomado de Expansión por C.R.G.NUEVA YORK.

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