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Washington / Prensa Latina
Varios estados norteamericanos relajan las medidas de distanciamiento social adoptadas para enfrentar el coronavirus SARS-Cov-2, pese a que expertos insisten en la importancia de incrementar las pruebas de diagnóstico antes de reabrir el país.
Territorios como Colorado, Mississippi, Minnesota, Montana y Tennessee se unen esta semana a otros que ya comenzaron a reanudar negocios y aliviar algunas restricciones, aun cuando pueden carecer de todos los medios necesarios para detectar sistemáticamente a las personas infectadas, según señaló al respecto el diario The New York Times.
En días pasados Georgia, Oklahoma, Alaska y Carolina del Sur dieron pasos para reiniciar sus economías después de cierres obligatorios que han paralizado al país y provocaron 26 millones de solicitudes de subsidio por desempleo en cuatro semanas.
Uno de los casos más controversiales ha sido el de Georgia, el cual presenta una de las tasas más bajas de pruebas de diagnóstico en el país, pero donde se autorizó desde la semana pasada la apertura de gimnasios, tiendas de tatuajes, peluquerías, estudios de masajes y boleras, entre otras instalaciones.
Asimismo, el lunes comenzaron a funcionar de forma limitada en ese estado otros sitios como los teatros y los restaurantes, a pesar de las críticas de diversas voces contra esa medida, incluyendo la de la alcaldesa de Atlanta, Keisha Bottoms, quien pidió ignorar la decisión del gobernador de Georgia, Brian Kemp.
Quédense en casa, escuchen a los científicos, no hay nada esencial en ir a una bolera o hacerse una manicura en medio de una pandemia, instó el viernes pasado a los residentes de la capital y mayor urbe del estado.
Oklahoma, a su vez, permitió la reapertura de salones de belleza y servicios de cuidado de mascotas; Alaska autorizó el funcionamiento de restaurantes y tiendas minoristas; y Carolina del Sur y Florida comenzaron a reabrir sus playas.
En general, esos y otros territorios que actuarán del mismo modo esta semana se concentran en el sur, el Medio Oeste y partes montañosas del oeste del país, donde los brotes del coronavirus han sido menores que en el noreste, y la mayoría son liderados por gobernadores republicanos.
Los restaurantes de Tennessee vuelven a abrir sus puertas el lunes, cuando expiró la orden de quedarse en casa que estaba en vigor en Mississippi, y cuando además pueden retomar sus actividades las empresas de Montana si limitan la capacidad de personas y practican el distanciamiento social.
Además, Minnesota preparaba las condiciones para el regreso al trabajo de 80 mil a 100 mil empleados de puestos industriales y de oficinas; y en Colorado funcionarán en los próximos días los salones de bellezas, tiendas minoristas, restaurantes y cines.
Podría pensarse que tales movimientos son una buena noticia para la economía de Estados Unidos, cuando la Oficina de Presupuesto del Congreso prevé que se contraerá a una tasa anual de casi un 40 por ciento en el segundo trimestre del año.
A ello se une que, según el asesor económico de la Casa Blanca, Kevin Hassett, la tasa de desempleo para el mes de abril probablemente sea de 16 por ciento o más, una gran subida en comparación con antes de la pandemia, cuando estaba en un 3,5 por ciento, la más baja en medio siglo.
Pero diversos expertos en salud y economistas han advertido de que una apertura apresurada, con un incremento de las interacciones humanas y los negocios, podría llevar a un nuevo repunte en el número de contagiados y muertes, lo cual también pondría la economía en una situación aún peor.
De acuerdo con la cadena de televisión CNN, las reaperturas en diferentes estados van en contra de un modelo de la Universidad de Washington que sugiere que ningún territorio debería abrir sus economías antes del 1 de mayo, y muchos deberían esperar todavía más tiempo.
El presidente del país, Donald Trump, se ha mostrado ansioso por reabrir la economía lo más pronto posible, cuando está en juego su propia continuidad en el cargo, ya que buscará la reelección en noviembre próximo.
Sin embargo, miembros del equipo de trabajo sobre coronavirus de la Casa Blanca como el doctor Anthony Fauci, jefe del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, ha reiterado la necesidad de aumentar significativamente la capacidad de pruebas para contener eficazmente el brote.
Incluso, la coordinadora de la respuesta al coronavirus en la mansión ejecutiva, la doctora Deborah Birx, dijo ayer que el distanciamiento social debería continuar durante el verano en el país más golpeado por la pandemia, donde suman más de un millón los casos confirmados y más de 55 mil muertes.
