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Limitan visitas a la Ceiba de Guadalupe por pandemia

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Iván Escobar

Através de las redes sociales se ha informado a la población católica salvadoreña, por parte de la Pastoral de Comunicaciones Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe Religiosos Somascos, que debido a la pandemia del COVID-19, este 2020, las peregrinaciones y actos alusivos al 489 aniversario de apariciones de la “morenita del Tepeyac”, se limitarán a una controlada visita al templo, bajo estrictas medidas de bioseguridad.

“Estimados peregrinos y feligreses. Este año, las celebraciones a la morenita del Tepeyac, nuestra amada Virgen de Guadalupe, constarán solamente de la fila de veneración, con un recorrido corto dentro de la Iglesia, los días 11, 12 y 13 en horario de 6:00 a.m. a 6:00 p.m.”, expresaron las autoridades religiosas, del principal templo de veneración cada diciembre, a través de una red social.

La Ceiba, ubicado en el municipio de Antiguo Cuscatlán, en la víspera del 12 de diciembre, fecha en la cual se recuerda en el calendario católico, el Día de la Virgen de Guadalupe recibe a miles de personas de todo el país, incluso provenientes de países vecinos que llegan con ofrendas, con sus hijos y familiares vestidos de indígenas, en recuerdo a Juan Diego, indígena mexicano que habría presenciado en 1531, la aparición de la virgen morena.

Durante los primeros días del mes de diciembre, las ventas de comida, golosinas y recuerdos alusivos a la virgen, rodean el pequeño templo que data de los años 50s, y que es un punto de referencia para recordar los milagros y favores de la Virgen de Guadalupe. Este año la actividad comercial está suspendida en el lugar, las calles alrededor del templo no tienen el bullicio de la época.

En esta ocasión, y debido a que los contagios por COVID-19 continúan en El Salvador, y el mundo en general, las autoridades religiosas han suspendido misas, y la serenata a la virgen, que se ofrece en la madrugada del 12 de diciembre. Solo habrá misas en horarios ordinarios.

La feligresía que asista a las visitas este fin de semana, deberán cumplir con estrictos controles biosanitarios, así como portar mascarilla, no permanecer mucho tiempo en el lugar, guardar la distancia, entre otras medidas que el templo estará implementando para evitar concentraciones que a futuro den paso a más contagios.

Este año debido a la pandemia en El Salvador y el mundo, las distintas actividades religiosas, culturales a escala mundial se han suspendido. En México, país en el cual nació la tradición, desde noviembre pasado se anunció que el templo principal de veneración de la Virgen de Guadalupe, estaría cerrado, y en otros lugares las actividades se llevarán a cabo de manera virtual.

Un templo con gran historia

“La Ceiba” como es conocido por los salvadoreños, es un templo construido por el arquitecto Augusto César Baratta del Vecchio, quien en mayo de 1951 inició los trabajos para culminar la obra en 1953, de acuerdo a datos históricos. El templo tiene características de estilo colonial, y hoy en día es un gran atractivo religioso y patrimonial, forma parte de la herencia arquitectónica de Baratta en El Salvador.

Se sabe que el templo, fue encargado desde 1921, cuando al cantón La Ceiba llega el Presbítero Antonio Brunetti, quien quería beneficiar espiritualmente al vecindario con la construcción de un nuevo templo.

Para el año de 1922 se trasladó la santa imagen, y el 12 de diciembre de 1923, un año después exactamente, se le dio el nombre de “La Ceiba de Guadalupe”.

Una tradición perdura en el tiempo

La historia relata que fue en México el epicentro de la tradición y veneración a la Virgen de Guadalupe. También, algunos estudios dicen que su fervor tiene a la base la mezcla de tradiciones religiosas y propias del continente Americano, cuando se dio la conquista española, y por ende el sometimiento de la religiosidad sobre las poblaciones indígenas.

La tradición hacia la Virgen de Guadalupe está ligada a los milagros y bendiciones en la cotidianidad de las poblaciones latinas, que a lo largo de la historia han sufrido desplazamiento, marginación, pobreza y persecución. Hoy en día, es una tradición fuerte que cada año, moviliza a millones de feligreses que acuden a los principales templos, en México, el principal. Y en Centroamérica, es en El Salvador donde acuden miles de familias, en gratitud a la “morenita del Tepeyac”.

Las festividades de este año, debido a la pandemia, no serán iguales. La masividad y expresiones culturales alrededor de la tradición religiosa, se limitará a algunas visitas controladas, al seguimiento a través de las redes sociales religiosas, así como especiales en la radio y televisión católica. Lo que sí queda claro, es que una vez más los católicos, pese a las adversidades se mantienen firmes en sus tradiciones, y no dudan en acompañar las festividades en este mes dedicado a la Guadalupana.

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