César Ramírez
@caralvasalvador
En diversos círculos sociales salvadoreños se comenta el estado de algunos ciudadanos liberados del modelo de prisión de la administración del presidente Bukele, esos ciudadanos han experimentado prisión por largos meses, su imagen divulgada en medios de información “prepago” han destruido toda su vida social, su nombre es asociado con hechos delictivos que no cometieron, fueron exhibidos en cárcel, acusados sin pruebas demostrables, obligados a declararse culpables para limitar su tiempo en cautiverio y finalmente restringidos en su movilidad después de mucho tiempo de encierro, es una muerte civil: “Se trata de un concepto jurídico que implica la pérdida de los derechos civiles y políticos de una persona, usualmente como consecuencia de una sentencia judicial”1… La muerte social: “es un concepto más amplio que la muerte civil, que se refiere a la exclusión o aislamiento de una persona de la sociedad, a pesar de no haber perdido sus derechos civiles. La muerte social puede ocurrir por diversos motivos, como la discriminación, la pobreza, el aislamiento o la falta de oportunidades…”2
Los pocos ciudadanos liberados que han sufrido este acontecimiento no tienen oportunidad de rehabilitar su imagen, viven a la sombra de sus familias, los amigos continúan fieles, pero muchos enajenados enceguecidos por la propaganda negativa les acusan y evaden su presencia corroídos por el veneno de las difamaciones anónimas.
Hasta este momento no existe un amparo de este atropello ¿dónde encontrará empleo un ex privado de libertad en la administración Bukele? ¿podrá emigrar hacia otra nación? ¿y las consecuencias familiares: abandono de hijos, alimentación?
¿Quién juzga a los sicarios reproductores de infundios?
Por diversos medios se identifican a siniestros personajes que son responsables de decenas de estas “muertes civiles”, entonces acontece un espejo a la inversa, estos personajes tienen por trabajo: difamar, calumniar, multiplicar falsos testimonios, acosar a cualquier adversario, incluso se conocen sus centros de divulgación y paradójicamente sus familias, las cuales no están exentas de este odio generado entre ciudadanos.
Los sicarios mediáticos de redes sociales recurren al anonimato o por medio de terceras personas, son directores intelectuales de estos eventos, es significativo que estas acciones se activen contra una persona o institución democrática, por ejemplo contra exfuncionarios, sacerdotes, ciudadanos demócratas, personalidades internacionales etc. a muchos ciudadanos se les acusan de sobresueldos, enriquecimiento inexplicable e incluso relación con acontecimientos de guerra civil o complot terrorista, pero con un resultado visible: prisión, exilio o arresto domiciliar por años y negación de participación política.
Existe la resurrección de la muerte civil
El 18 de julio 2025 aconteció la liberación de 252 venezolanos del CECOT, los cuales eran “muertos civiles y sociales”, se les acumuló de todo tipo de maldiciones, su vida había terminado, como hemos observado las familias y amigos se mantuvieron firmes, mientras otros les abandonaron como a seres contagiados de lepra, a pesar de todo no existió un día que continuara esa campaña mediática que generaba odio hacia los jóvenes inmigrantes, agregando las calificaciones de la administración Trump; así durante meses el caso parecía cerrado.
El día de la resurrección 18 de julio 2025 y derrota de la muerte civil
Un día de la manera tan sorpresiva como su llegada, se anunció su salida del CECOT, una situación muy parecida a los finales felices de Disney, mientras la derrota de muerte civil era evidente, así al llegar a su país inicia la magnífica oportunidad de divulgar su inocencia, su defensa o su historia para iniciar otro camino junto a sus seres queridos, además confirmando los inmigrantes no son delincuentes.
¿Será posible la resurrección de la muerte civil en El Salvador?
La respuesta es afirmativa, aunque necesitaremos un Nuevo Testamento en nuestros zapatos. amazon.com/author/csarcaralv
2. Idem
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