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Dramas, redes e injusticias que afrontan los Migrantes

German Rosa, s.j.

Las migraciones se incrementan día a día. La migración es un fenómeno universal y, al parecer, continuará la tendencia ascendente de la movilidad migratoria.

Presentar solo una parte del rostro desfigurado de los migrantes, puede ser una tendencia de la época de la posverdad, que se caracteriza por hacer afirmaciones sin basarse en hechos objetivos, para apelar a las emociones, creencias o deseos del público (Cfr. https://www.elespectador.com/noticias/actualidad/la-rae-incluira-en-su-diccionario-la-palabra-posverdad-articulo-700726). Esta tendencia es reforzada por políticos y los partidos que representan, medios de comunicación y grupos de personas que muestran una falta de sensibilidad humana ante los dramas de los migrantes. No es verdad que los migrantes son en su mayoría ladrones, narcotraficantes, delincuentes, vagos, etc., porque nos percatamos que estos grupos de personas son una mínima representación de los millones de migrantes en nuestra era. La otra parte que muestra el rostro de los migrantes es muy diferente. Son muchos más los migrantes trabajadores, luchadores, ejemplos de dignidad humana, modelos de ciudadanos, son muchos más los migrantes que se reconocen por sus talentos, que pagan impuestos y que contribuyen al fisco millares de dólares y euros, son muchos los migrantes que aportan al crecimiento y al desarrollo de los países destinos adonde han llegado para construir el propio sueño de una vida humana digna. Toda esta riqueza humana y productiva, realmente que no son “fake news” (noticias falsas).

Las últimas noticias escalofriantes del abandono de grupos de migrantes en México en furgones cerrados, expuestos a las altas temperaturas, sin agua, ni posibilidades de escapar, nos muestran ejemplos de quienes se lucran inescrupulosamente de las grandes necesidades de estos sectores sociales vulnerables de la población global (https://elpais.com/internacional/2017/07/30/mexico/1501386672_038210.html). En estos ejemplos se muestra simbólicamente cómo hay muchos que asfixian los sueños y las esperanzas de quienes buscan únicamente encontrar un lugar para vivir y para trabajar con dignidad.

Paradójicamente, el grupo de los “dreamers” (soñadores) no solo existen en Norte América, sino que están en todas partes del mundo. Y los migrantes, siendo uno de los grupos más vulnerables de la humanidad, se han convertido en una de las reservas de esperanza más importantes de este mundo roto y fragmentado, ofreciéndonos su capacidad de soñar una vida digna y un mundo distinto, y también constituyéndose en uno de los más grandes desafíos ante la crisis global de la imaginación política retándola para responder adecuadamente a este fenómeno universal con dignidad humana (Cfr. https://www.diariocolatino.com/migrantes-rostros-suenos/).

Reflexionemos sobre los dramas, las redes y las injusticias que tienen que afrontar los migrantes.

a) El migrante se ha convertido en el activo más codiciado y más rentable de quienes se lucran de sus desgracias. Un ejemplo es lo que ocurre con los migrantes centroamericanos que deciden emprender el viaje buscando el sueño americano, a quienes apenas empezando esta aventura, la ruta se les convierte en una pesadilla. Los polleros o coyotes les ofrecen un viaje por rutas riesgosas que les garanticen el éxito de su llegada al país destino: “Cualquiera que sea la ruta, los migrantes deberán recorrer más de 2,500 kilómetros, si es que se dirigen a Nuevo Laredo; o cerca de 4,000, si se trata de llegar a Tijuana” (Gilberto Hernández García, “Caridad en la ruta del infierno”, Revista Vida Nueva, Núm. 2,823, PPC Editorial, Madrid, Del 10 al 16 de noviembre de 2012, p. 10).

Los costos son variables entre 3000 y 6000 mil US dólares o más, pero son más caros que un viaje ordinario por vía aérea en clase económica o en primera clase. Es posible que los costos se incrementen para llegar a los Estados Unidos porque la construcción del muro hará más difícil atravesar la frontera. Para realizar esta aventura los migrantes venden sus pocas pertenencias o se endeudan. Y los que no logran cruzar las fronteras quedan de brazos cruzados porque no tienen ni dónde vivir o “dónde caer muerto” como dice nuestra gente.

Uno de los dramas que más impactó en Europa el año 2013 fue la tragedia del naufragio en aguas de la isla de Lampedusa: viajaban cerca de 500 personas dejando más de 200 víctimas que se ahogaron frente a la isla y 150 desaparecidos; tras el naufragio ocurrió posteriormente el incendio de la embarcación (Cfr. El Diario de Hoy, El Salvador, 4 de Octubre de 2013, p. 30).

El papa Francisco oró por las personas víctimas de esta tragedia: “Recemos junto a Dios por los que han perdido la vida, hombres, mujeres, niños, por los familiares y por todos los migrantes” (La Prensa Gráfica, El Salvador, 4 de Octubre de 2013, p. 52). El papa Francisco en el mes de julio de ese mismo año estuvo en la isla de Lampedusa para orar por los migrantes y expresó que se había perdido el sentido de la responsabilidad fraterna, Además expresó: “La cultura del bienestar (…) nos vuelve insensibles a los gritos de los demás, nos hace vivir en una burbuja de jabón, bella, pero vacía” (Diario Co Latino, El Salvador, 9 de Julio de 2013, p. 10). También dijo: “los migrantes que han muerto en el mar en barcos, que en vez de ser un camino de esperanza se ha transformado en camino de muerte” (Diario Co Latino, El Salvador, 9 de Julio de 2013, p. 10).

Se calcula que en los últimos 20 años han perdido la vida unos 25,000 migrantes que trataban de llegar a Europa en pateras, botes o cayucos.

La respuesta institucional de la Unión Europea ha sido diseñada por la comisión Juncker que ha sido impulsada por un grupo de seis países (Alemania, Suecia, Países Bajos, Francia, Italia y Austria), los cuales han acogido el 75% del flujo migratorio que ha sido de 600 mil migrantes en el 2014 y casi el doble en el 2015.

El tema del flujo migratorio continuo plantea a la Unión Europea la necesidad de definir políticas a mediano y largo plazo en los siguientes términos: armonizar los procedimientos de protección en el territorio de la Unión Europea; la gestión rigurosa de las fronteras comunes dentro del marco de la libre circulación; la cooperación exterior con los países de origen, de tránsito y de readmisión desde la óptica de luchar contra las causas del éxodo migratorio (persecución, guerra o miseria social); la agenda de políticas de asilo con la gestión de flujos migratorios. Se debe tener en cuenta que la población en edad activa en Europa decrece con un promedio de 1,75 millones de personas por año, y continuará así desde 2017 hasta el 2025 según las proyecciones. De hecho, los migrantes son un respiro demográfico para Europa. Hay que definir y organizar las vías de una migración regular legal si se quiere evitar que la vía del asilo sea la única manera de acceder al mercado del trabajo europeo, y no atraiga los migrantes sin derecho de permanencia en suelo europeo. Solamente sobre la base de una migración organizada se puede garantizar el aprendizaje de la convivencia recíproca intercultural, la integración y el bien común, para propiciar una región hospitalaria (Vignon, J. Juin 2017. Calais, question française réponses européennes. Études, pp. 33-44).

b) Las redes del crimen organizado conciben a los migrantes como sujetos potenciales de ingresos nada despreciables porque les secuestran, extorsionan sus familias, incluso, construyen redes de prostitución o les reclutan para participar en estas redes delincuenciales, sufren violaciones y en el peor de los casos son asesinados. En estas situaciones dramáticas las organizaciones humanitarias, instituciones religiosas que han ido abriendo albergues para dar ayuda a los migrantes han sido víctimas de amenazas, porque defienden a los migrantes de todos estos actos inhumanos y exigen el respeto de sus derechos humanos: “En especial, los defensores de las personas migrantes se enfrentan con el hostigamiento constante del crimen organizado, que ven en las Casas del Migrante un obstáculo para los negocios ilícitos que sostienen. La insistente declaración de los abusos que sufren los migrantes, tanto por parte del crimen organizado, como de particulares o de las diversas corporaciones policiales y de agentes de migración, ha dado como resultado que los defensores de los derechos humanos del migrante y los voluntarios que atienden los albergues sean objeto de escarnio, calumnias e incluso ataques físicos, al punto de tener que solicitar medidas cautelares para los implicados” (Gilberto Hernández García, “Caridad en la ruta del infierno”, Revista Vida Nueva, Núm. 2,823, Op. cit., p.12).

Otra triste inclusión perversa en este paradigma individualista y utilitarista que explota las personas, se da porque las redes de mafias comercializan sexualmente a las personas migrantes; estas redes se globalizan extendiéndose en distintas regiones del mundo; por ejemplo, en el sur de Italia se encuentran muchas jóvenes nigerianas que caen en las redes de la prostitución: “Italia es el principal destino donde han ido a parar 10,000 mujeres nigerianas, entre muchas otras miles que varias organizaciones de tráfico de personas han distribuido, sobre todo desde Benin City, en el sur de Nigeria, a ciudades europeas” (José Carlos Rodríguez Soto, “La esclavitud del siglo XXI”, Revista Vida Nueva, Núm. 2,843, PPC Editorial, Madrid, Del 13 al 19 de abril de 2013, p. 10).

c) Estas mafias están operando en Colombia, China y distintas partes del mundo, etc. Según el Departamento de Estado norteamericano, de 200,000 a 400,000 mujeres trabajan en la prostitución en España; al menos el 90% de ellas son víctimas del tráfico de personas. Joan Cantarero, periodista, publicó un informe sobre los rendimientos titulado Los amos de la esclavitud en España. El autor afirma que la prostitución reporta la cantidad de 18,000 millones de euros al año (Cfr. José Carlos Rodríguez Soto, “La esclavitud del siglo XXI”, Revista Vida Nueva, Núm. 2,843, Op. cit., p. 11).

d) Además existen actividades cruzadas, es decir, los que se dedican al tráfico de personas para la prostitución también se dedican a la comercialización de la droga. Las mujeres que han sido cooptadas por estas redes y cadenas criminales de la prostitución, viven insertas en estas porque les infunden un terror a través de la intimidación, la violencia; también les obligan a pagar grandes sumas de dinero para salir de estas redes, si no se les amenaza con la muerte (Cfr. Ibídem., pp. 11-12). Este tipo de redes criminales se asientan en las leyes inherentes del sistema capitalista, las leyes del mercado que son expresión del utilitarismo individualista económico: “conseguir la máxima ganancia en la relación coste-beneficio a cualquier precio. Aunque sea a base de mantener en condiciones de verdadera esclavitud a millones de personas (sobre todo mujeres) que proceden de los lugares más pobres del mundo” (Cfr. Ibídem., p. 13).

Las células del cartel de los Zetas son las que controlan el tráfico, la trata y el secuestro de migrantes en los municipios mexicanos de Reynosa, Matamoros, Nuevo Laredo, Miguel Alemán, Gustavo Díaz Ordaz y Ciudad Mier, en Tamaulipas. El grupo de los Zetas es el que cometió la masacre de 72 migrantes centroamericanos en un rancho en el municipio San Fernando, en Tamaulipas, México (Cfr. El Diario de Hoy, El Salvador, 10 de Junio de 2013, p. 8).

e) Las consecuencias inesperadas llevan a los migrantes a cometer algún tipo de delito y muchos son deportados. Por ejemplo, la Dirección General de Migración y Extranjería de El Salvador, informó que entre enero de 2009 y febrero de 2013 Estados Unidos deportó a 76,828 salvadoreños. De estos 31,459 tenían antecedentes penales en aquel país (Cfr. La Prensa Gráfica, El Salvador, 19 de abril de 2013). Y las deportaciones masivas continúan en la actualidad.

El círculo vicioso del individualismo utilitarista determina las relaciones de quienes encuentran en los migrantes una cantera para explotarlos en este proceso de deshumanización. El papa Francisco hace una fuerte denuncia al respecto y dice lo siguiente: “El rechazo, la discriminación y el tráfico de la explotación, el dolor y la muerte se contraponen a la solidaridad y la acogida, a los gestos de fraternidad y de comprensión. Despiertan una gran preocupación sobre todo las situaciones en las que la migración no es solo forzada, sino que se realiza incluso a través de varias modalidades de trata de personas y de reducción a la esclavitud. El “trabajo esclavo” es hoy moneda corriente. Sin embargo, y a pesar de los problemas, los riesgos y las dificultades que se deben afrontar, lo que anima a tantos emigrantes y refugiados es el binomio confianza y esperanza; ellos llevan en el corazón el deseo de un futuro mejor, no solo para ellos, sino también para sus familias y personas queridas” (Mensaje del papa Francisco para la Jornada Mundial del Emigrante y el Refugiado 2014, Ciudad del Vaticano, 5 de agosto de 2013).

Los migrantes continúan interpelándonos. Cuestionan nuestras conciencias, los gobiernos y los Estados del mundo, y las políticas que se aplican en la actualidad para responder a estos clamores que los mismos migrantes nos hacen, y muchos de entre ellos refugiados.

El papa Francisco ha hablado en repetidas ocasiones de los migrantes, haciendo gestos proféticos de acogida y hospitalidad. El papa Francisco ha expresado con claridad que debemos tener una política de hospitalidad y de solidaridad con los emigrantes y los refugiados: “A la globalización del fenómeno migratorio hay que responder con la globalización de la caridad y de la cooperación, para que se humanicen las condiciones de los emigrantes. Al mismo tiempo, es necesario intensificar los esfuerzos para crear las condiciones adecuadas para garantizar una progresiva disminución de las razones que llevan a pueblos enteros a dejar su patria a causa de guerras y carestías, que a menudo se concatenan unas a otras. A la solidaridad con los emigrantes y los refugiados es preciso añadir la voluntad y la creatividad necesarias para desarrollar mundialmente un orden económico-financiero más justo y equitativo, junto con un mayor compromiso por la paz, condición indispensable para un auténtico progreso” (Papa Francisco, mensaje para la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado 2015: «Una Iglesia sin fronteras, madre de todos», Vaticano, 3 de septiembre de 2014).

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