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Después del 1 de mayo 2021 ¿dónde estamos?

César Ramírez
@caralvasalvador

Tomaremos las propuestas del BID para el desarrollo de un Estado -wikipedia- entre las funciones fundamentales de un Estado: “Estabilizar la economía con altos niveles de crecimiento económico, empleo y haber una inflación moderada; mitigar los equilibrios verticales y horizontales; ser eficiente en la designación de recursos y suministros de servicios; controlar las acciones depredadoras de los sectores públicos y privados mediante la presentación del orden público, el control de abusos y arbitrariedades; prevención de la corrupción. Estas funciones son vitales para fomentar un crecimiento sostenible y reducir la pobreza”.

Estos principios no se cumplen en El Salvador, concepto por concepto nuestra condición se deteriora por el factor incertidumbre en todos los sectores nacionales; si bien la pandemia ha desestabilizado la realidad nacional, la actual administración no tiene un plan económico que brinde confianza a la inversión nacional e internacional; mientras la ciudadanía no tiene posibilidad de acción, observa impotente el anuncio del Bitcoin como una moneda de uso legal, obligatoria  y decretada como  Ley de la República… pero esta moneda virtual o medio de intercambio electrónico no ofrece beneficio alguno para los empobrecidos sectores populares; en estas circunstancias  las poblaciones no tienen una Corte Suprema de Justicia imparcial debido a  la renuncia obligatoria de los Jueces de la Sala Constitucional y el Fiscal el 1 de mayo, la Asamblea Legislativa impuso a funcionarios leales al presidente, por lo tanto no existe una justicia que ampare las demandas de la ciudadanía.

El estado democrático se encuentra desvirtuado, puesto que no existe legitimidad desde el momento de la ruptura constitucional del 1 de mayo 2021, todo se convierte en un teatro donde las decisiones se elaboran desde Casa Presidencial, se legislan en la Asamblea Legislativa y finalmente la Corte Suprema omite estos procesos inconstitucionales, al igual que su ilegal nombramiento, es una degradación democrática hacia el autoritarismo unipartidista.

Nos aproximamos a eventos conocidos en la Historia, es pronosticable el evento dramático y trágico de las Reformas Constitucionales el próximo mes de septiembre 2021; se iniciará con el llamado a una Asamblea Constituyente, la reelección presidencial por seis años, la supresión de garantías constitucionales etc. Además, es posible que esos términos se prolonguen a nombre de una emergencia nacional por largos años… es el sendero recorrido de las dictaduras y las violaciones a los derechos humanos conocido por los salvadoreños.

Este es el grave momento nuestra democracia.

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