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@guevara_tuiter
Licda. Norma Guevara de Ramirios
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Una agenda marcada para obstruir los cambios debe ser abandonada para abrir paso a una sociedad sin violencia y menos desigual, sale da la impresión que los pasos de la derecha apoyada en medios y en la Sala de lo Constitucional, se orienta a producir un nuevo sistema político en el que se mantenga estancada o disminuida la carga tributaria, se perpetúe la impunidad, se debiliten los partidos políticos, el pluralismo y la institución que más lo refleja, como la Asamblea Legislativa.
Hay que recordar declaraciones de FUSADES afirmando que la reforma política no se produce en la Asamblea Legislativa sino en la Sala de lo constitucional. Lo lógico es que los partidos y las instituciones políticas sean receptoras y representantes de expectativas de cambio; es imperativo romper la tentación a negarlo o detenerlo cuando es una fuerza progresista y de izquierda, la depositaria de la confianza para gobernar. Este es el desafío presente para que tengan éxito los llamados a dialogar y construir juntos soluciones a problemas de grave impacto como la violencia.
Recursos financieros y voluntad política de todos son necesarios para producir soluciones más pronto. Los cambios que la población requiere son los asociados a la raíz de sus problemas, el principal de ellos es la desigualdad. En ella se engendró pobreza estructural, violencia e impunidad. Se habla con frecuencia de los efectos pero se ocultan las raíces de los mismos o se impone la negativa a tratarla siquiera. En un quinquenio con un gobierno de cambio se logró reducir en cinco centésimas la desigualdad y aunque se redujo la pobreza existe todavía en abundancia.
La desigualdad se expresa en las condiciones ventajosas para unos pocos y desventajosas para una mayoría en materia de oportunidad laboral, ingreso, crédito, oportunidad de acceder a educación media y superior. Romper estas brechas requiere de un empeño y disciplina desde las instancias del estado, especialmente del Órgano Ejecutivo a través de diferentes carteras; pero sobretodo requiere de la cooperación de la ciudadanía y de las fuerzas políticas que toman decisiones y tienen la capacidad de vetar o facilitar que los procesos y programas se desarrollen, los partidos de derecha y la Corte Suprema de Justicia deberían apostar al cambio positivo.
Así como la calentura es una manifestación de que hay una bacteria, un virus o un desequilibrio en nuestro cuerpo; la violencia expresa de modo más brutal esa desigualdad acumulada a lo largo de nuestra historia, algo que debemos identificar y erradicar proveyendo con fortaleza del estado, sus instituciones y con la fortaleza de la participación social, es el camino para una solución real. Cuando Monseñor Rosa Chávez afirma con gran convicción afirmó que “la Violencia sí tiene solución” hay que escucharlo y sentirlo como el llamado a hacer cada quien la parte que corresponda para que esa solución sea un sueño realizado y vivido entre todos.
Llena de esperanza, por ello el empeño del Presidente en desatar la energía social y política que nos coloque en la avenida de la esperanza, de la autoestima como nación, de la capacidad de creer en nosotros, en el deseo de afincarnos en lo positivo en vez de ser “pregoneros de la desesperanza” como en algún momento lo dijera el Presidente de la República para referirse a los mensajes de fatalidad propalados en medios de comunicación.
Si un joven tiene oportunidad de estudiar 12 años, de aprender otro idioma, de introducirse al mundo de la informática para usarla como herramienta de conocimiento y trabajo, estará en mejores condiciones de resistir cualquier invitación a incorporarse a grupos que cometen delito para obtener dinero y poder de sojuzgar a otros. En la conformación del Consejo Nacional de Seguridad se presenta una enorme oportunidad que debemos saber aprovechar.
Si a la par se desarrollan los planes de inversión social y económica, de potenciar la salud, la educación, nuestro país avanzará. En el terreno de la legislación sería inconsecuente negar el apoyo a municipios en recursos financieros para despegar procesos de prevención de violencia como el ofrecido por Alemania por 22 millones de dólares, postergar la ley que permita disminuir el hacinamiento carcelario ya sea usando brazaletes en caso de reos de menor peligrosidad o mediante construcción de granjas y penales apropiados; sería inconsecuente privar a la pequeña empresa turística su fortalecimiento con entrenamiento y desarrollo de nuevos destinos o dejar perder el apoyo para la innovación de la industria.
Pensar en un futuro con más igualdad y en paz requiere cambiar la agenda de la desestabilización y pasar a otra con la que se crean oportunidades para el pueblo. Las fuerzas políticas de oposición tienen la palabra, el espacio y la invitación a potenciar lo positivo, está a la vista.
