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Liberación de tortugas en la Playa El Espino, Usulután, de la Asociación de Tortugueros y OIKOS Solidaridad, para preservar las especies marinas. Foto Diario CoLatino /Alfredo Carías

“Cuidar de las tortugas es dar oportunidad a la vida marina”: Daniel Alas, de OIKOS

Gloria Silvia Orellana

@DiarioCoLatino

En una carrera por la vida alrededor de 400 tortugas golfinas de apenas 50 pulgadas de largo y 45 de ancho, que caben perfectamente en la palma de la mano, inician su ciclo de su existencia en busca del fondo del océano, para regresar una década después para desovar en donde nacieron.

Su instinto ancestral les permite recién nacidas emprender su camino en aguas profundas y a merced de pequeños y grandes depredadores, que incluyen las redes de la pesca industrial que elevan el nivel de peligro de extinción de esta especie marina.

“Yo recuerdo que hace mucho tiempo -tengo 53 años- mi papá era el que salían a tortugüear (colectar huevos de tortuga) no habían viveros, todo se vendía, pero ahora, hemos cambiado, vendemos los huevos que encontramos los anidamos en este vivero para asegurar que se reproduzcan las tortugas marinas”, comentó Ana Julia Martínez, del cantón El Espino.

“Aquí solo vivimos de la pezca, el curileo y el puncheo, somos casi 500 familias las que vivimos acá y tenemos una organización (Asociación de Tortugueros) que nos hemos unido, somos como 65 socios y salimos entre 7 de la noche a la 6 de la mañana a recolectar los huevos para alimentar el vivero y así, asegurar que muchas tortugas vuelvan al mar”, afirmó.

Daniel Alas, Coordinador de OIKOS Solidaridad, señaló que este trabajo en conjunto con las comunidades permite el cuidado de las tortugas marinas por su delicado nivel de sobrevivencia en las aguas saladas. “Es de aclarar que su porcentaje de vivencia es bien mínimo, ronda 2 del 100% de los nacidos, por esto es importante que cuidemos el medio ambiente y no tirar basura al océano porque esa es una de los obstáculos que enfrenta la vida marina para reproducirse”, afirmó,

“No importa que la actividad sea pequeña, pero con esto logramos construir una cultura de no uso de plásticos, de pajillas y a la vez, apoyamos la vida de esta especie en peligro de extinción”, agregó Alas.


Ana Julia Martínez, integrante de la Asociación de Tortugueros de playa El Espino, afirmó que los viveros les han permitido tomar conciencia de la importancia de dar proteccion a las especies marinas. Foto Diario CoLatino /Alfredo Carías.

Asimismo, expresó, que se debe controlar el “uso excesivo de agroquímicos” en los cultivos que por los ríos que tributan a los océanos, terminan contaminándolos, así como, botar plásticos botando o utilizarlo como basurero.

“Esta playa de El Espino tiene como 15 kilómetros de longitud, y lamentablemente, solo tenemos este vivero y por ahora, hay muchos huevos que irán a parar al mercado negro, porque no hay otro lugar para lograr nidadas para preservar la especie. Es una playa tan amplia que gente que viven por los Arcos del Espino, se encuentra muy lejos para venir a dejarlos a este vivero, por cuestiones de falta de dinero para el transporte, entonces, la gente los vende”, acotó.

“La situación de las tortugas marinas debería demandar mucha atención (de las autoridades), porque el porcentaje de sobrevivencia es bien mínimo, y pese a que este año ha sido buena temporada solo septiembre y principios de octubre se ha tenido bastante recolección de huevos y nos entusiasma que entre más huevos incubados más tortugas irán al océano y mejoramos la protección de las especies”, consideró Alas.

Las tortugas marinas que desovan en El Espino son en su mayoría Golfina y Prieta, aunque también llega la Baule y la carey. Foto Diario CoLatino /Alfredo Carías

En las costa marina de El Salvador anidan cuatro especies de tortugas marinas: la Golfina, Baule, Carey y Prieta, que les permite por temporada de anidamiento la visita hasta de 200 tortugas diarias, un proyecto que OIKOS Solidaridad y la Asociación de Tortugüeros apuestan durante 6 meses para preservar las especies.

“Aquí anida la Golfina y la Prieta mucho más seguido que las otras dos, como son 10 años como promedio para que vuelvan a desovar en la playa, tuvo que registrarse tiempo atrás una buena cantidad de estas dos especies para que ellas vuelvan a la costa en donde nacieron. Aunque, también hemos visto tortugas Baule, a veces hemos tenido la suerte de verla”, reafirmó.

“Con la liberación de este día (viernes 14 de octubre) seguiremos con otra nidada, porque no habíamos podido incubar porque teníamos muchos nidos llenos, ahora ellas salen y vamos a tomar las nuevas nidadas de las tortugas que lleguen a la playa, para seguir el ciclo del cuido y liberarlas posteriormente”, sostuvo Alas.

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