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Ana Cecilia tiene derecho a que sus hijos la cuiden, los siguientes incisos del artículo 142 del Código Civil establece la obligación de prestar asistencia a los padres bajo el término “alimentos entre parientes”. Por alimentos se entiende todo lo que es indispensable para el sustento, habitación, vestido y asistencia médica. Foto Diario Co Latino /Patricia Meza.

Ana Cecilia pide silla de ruedas para seguir sobreviviendo

Vende en el atrio de la iglesia Asunción en Mejicanos

Patricia Meza

Redacción Nacionales

“Mi mamá siendo yo su hija me regaló cuando nací,  pero gracias a Dios a mi me tocó cuidarla después cuando estaba enferma a punto de morir”, así inicia el relato de su vida Ana Cecilia Martínez, de 70 años, quien vende papel higiénico, pasta, fósforos y jabón en el atrio de la parroquia Nuestra Señora de la Asunción, en Mejicanos.

Sentada en una vieja silla de ruedas, ya que perdió su pierna izquierda cuando la atropelló un microbus de la ruta 23, la humilde mujer ofrece estos productos, ya que de la venta  depende su sustento diario y el pago de transporte.

Sus recuerdos se entrecruzan, entre la muerte de su madre a quien tuvo que enterrar y cuando sufrió el accidente. Sin embargo, lo que más le duele y le causa tristeza, en el presente que vive, es el hecho de que su hija de 46 años y su  hijo, de 48 años, no le ayudan y la han “tirado a la calle” literalmente.

Ana Cecilia forma parte de un número significativo-no hay cifras oficiales-de adultos mayores que enfrentan vulnerabilidad económica, y que recurren a la venta ambulante como medio de subsistencia, situación que  se agrava por la falta de acceso a servicios básicos y la desprotección social, también al abandono de sus hijos.

Nacida en la Colonia las Margaritas, su vida no ha sido tan fácil y sigue luchando, porque es una mujer de fe. Ahora tiene 71 años, va a cumplirlos en diciembre.

El accidente

Sobre el accidente recuerda con tristeza que venía del mercado de trabajar y como siempre se apuraba a subir al bus y  ponerse de primero para bajar mientras la demás gente se quedaba parada en el microbús.

Pero ese día el motorista atiende una llamada y la gente le dice aquí nos nos vamos a bajar, donde era la parada, si no más adelante, y paró  de repente, Ana Cecilia resultó con una grave lesión en su pierna.

Recuerda que en el hospital, le intentaron salvar la pierna,  le pusieron platina, pero no se pudo, porque el cuerpo no la aceptó y  amputaron.

“Yo vivo solo por la voluntad de Dios”, reflexiona Ana Cecilia,  quien nunca juzgó a su mamá por el abandono, si no que le ayudó cuando la necesito. Contrario a los que sus hijos hacen con ella.

“A mi mi hija me echó de la casa, porque  ella no podía cargar conmigo, ella se iba a ir a agarrar un lote para hacer su casita y no podía andar cargando conmigo”, afirma la septuagenaria mujer, mientras vende una pasta dental, a dólar.

Luego fue a buscar a su hijo a Santa Ana, él trabaja en el CAM, quien al verla allí en la puerta de su casa le dijo que no podía hacerse cargo y espero a que le pagaran para irla a dejar de nuevo a Mejicanos.

Y sobre el responsable de su accidente, nunca le ayudó, ella solo recuerda que es un motorista canoso “el más viejito de todos, todavía trabaja allí”, cuenta la humilde mujer,  que  no recuerda cómo se llamaba solo que fue responsable de lo que le pasó y huyó, mientras los otros pasajeros llamaban a la ambulancia para ser llevada al hospital, donde estuvo ingresada por meses.

“Yo no quería que me quitaran mi pie, pero gracias a Dios superé  eso”, dijo Ana Cecilia, y agrega que la silla de ruedas, en la que permanece sentada casi todo el día, no es cómoda, ya le queda estrecha.

Ana Cecilia, cuando era joven trabajó por más de 35 años como vendedora del mercado, también estaba vinculada a la iglesia católica, ahora solo pide que le ayuden con una mejor silla, para trasladarse y poder trabajar vendiendo.

“Quisiera que hubiera un alma caritativa que me ayude, esta silla que tengo es muy estrecha y por eso con mi única pierna que tengo se me hincha, por la mala circulación”, es el llamado de Ana Cecilia, que puede ser ubicada en la iglesia o  en el pasaje Las Brisas, casa número 17, en Mejicanos.

Hijos obligados a proteger a sus padres

En El Salvador, existe una obligación legal de los hijos de cuidar a sus padres,establecido principalmente en el Código de Familia y en el Código Civil.

Esta obligación se refiere a la asistencia y el cuidado, incluyendo elementos básicos como comida, vivienda, vestido y atención médica.

El Código de Familia y la Autoridad Parental:

  • A su vez, los hijos tienen la obligación de cuidar y asistir a sus padres cuando estos lo necesiten, especialmente si se encuentran en una situación de vulnerabilidad o incapacidad.

Obligaciones específicas de los hijos:

  • Alimentos:

Los hijos deben proporcionar a sus padres todo lo necesario para su sustento, vivienda, vestido y atención médica, según lo establecido en el Código Civil y el Código de Familia.

  • Precaución:

Esta obligación implica la atención a las necesidades básicas de los padres, así como su bienestar general, incluyendo aspectos emocionales y sociales.

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