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Héctor Carrillo -director de Acceso a la Justicia de FESPAD- señaló que para responder a los problemas sociales y económicos de actualidad debe hacerse a través, de profundizar los Acuerdos de Paz. Foto Diario Co Latino/FESPAD

Acuerdos de Paz, una base para atender la problemática social de país

Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino

Héctor Carrillo -director de Acceso a la Justicia de la Fundación de Estudio para la Aplicación del Derecho (FESPAD)- está convencido que los Acuerdos de Paz firmados en Chapultepec, México, el 16 de enero de 1992, deberían profundizarse en el actual contexto que vive el país.

“Los Acuerdos de Paz representaron la decisión de abandonar la violencia política, para abordar los problemas de la sociedad, y también el compromiso de todos los actores y sociedad con la vida republicana”, declaró en una entrevista exclusiva con Diario Co Latino.

-¿Qué implicaba la firma de los Acuerdos de Paz?

Uno de los puntos importantes es el respeto al Estado de Derecho, el respeto a los derechos fundamentales y el respeto al marco de libertades de la población, que era necesario para la construcción de una sociedad más justa.

En ese sentido, negar la importancia de los Acuerdos de Paz significa abrir esa puerta peligrosa fuera del marco democrático para abordar los problemas de la sociedad, que avala la posibilidad de que la violencia política, sea la que marque el escenario de la sociedad. Es peligroso es volver al pasado.

-¿Por qué negarlo, esa resistencia a los Acuerdos de Paz?

Es que al negar la relevancia de los Acuerdos de Paz, también implica abandonar la vida republicana en El Salvador, y mucho más preocupante desconocer la importancia del respeto a la legalidad y respeto a los derechos fundamentales de la población.

Por eso, insistimos que los Acuerdos de Paz, lejos de desconocerse, deben profundizarse en materia de justicia transicional, en atención adecuada a las víctimas, que para el Ejecutivo implica articular los programas y acciones necesarias para atender a las víctimas con la aplicación integral del Decreto Ejecutivo 204, ese es un compromiso.

Y para la Asamblea Legislativa significa emitir la Ley de Reconciliación para el órgano Ejecutivo. Y claro el órgano judicial su responsabilidad de impartir pronta y cumplida justicia a las víctimas y similar a la Fiscalía General de la República, que debe asignar un equipo adecuado y recursos para investigar los graves casos de violación a los derechos humanos de la población del conflicto armado.

-¿Por qué las víctimas han sido relegadas desde el Estado?

Bueno, yo creo que esto es parte de la debilidad institucional, porque los Acuerdos de Paz representan un punto de partida para la república de El Salvador, porque -si buscan- en su historia de país, no van encontrar desde su fundación, no van a encontrar un punto de referencia para la construcción de la institucionalidad que no sean los Acuerdos de Paz, es decir, -si hablamos- de una república, de una institucionalidad en los años noventa, es con los Acuerdos de Paz, antes de eso no había nada.

Porque el principal logro de los Acuerdos de Paz, es cesar la violencia política como mecanismo para abordar los problemas de la sociedad y allí comenzó a un largo camino y en ente ellos, la atención adecuada a las víctimas del conflicto armado que ha sido sistemáticamente pospuesto por años, y es una deuda del Estado salvadoreño.

-¿Por qué obstaculizar la justicia a las víctimas?

En principio fue ARENA quien puso los obstáculos, recién firmados los Acuerdos de Paz, con la Ley de Amnistía, que duró hasta el 2016, cuando la Sala de lo Constitucional saca de la vida jurídica esa Ley de Amnistía; eso implicó todo un proceso construcción institucional del órgano Ejecutivo y Judicial, este último que llegó al punto de tener la madurez y el valor de eliminar esa normativa injusta.

Es un largo proceso -uno desearía que fuera rápido- pero ha tardado y como sociedad debemos de apostarle a construir esa institucionalidad y fortalecerla, no ha desconocerla o eliminar los pocos avances.

Porque si hablamos que la república nace en 1992, con los Acuerdos de Paz, muy mal haríamos con desconocer ese punto de partida, lo que ha implicado por parte de los diferentes actores -es el poco interés- por satisfacer las necesidades de las víctimas, pero esos procesos -como sociedad- debemos de romper y terminar con ese ciclo de una institucionalidad que no responde a la población.

-¿Cuándo habla de profundizar los Acuerdos de Paz, cómo aplica a las víctimas?

Deben profundizarse los Acuerdos de Paz en la justicia transicional (respuesta a las violaciones sistemáticas o generalizadas a los derechos humanos), también en materia económica y como marco de referencia de respeto a la población, sino las cosas o acciones que creemos ya superadas pueden volver al escenario social y eso sería muy lamentable.

-¿Qué desafíos presentan los Acuerdos de Paz?

Esto plantea un reto para la sociedad civil, porque de todas las contradicciones y escenarios adversos, sale algo positivo. Esa posición del presidente Nayib Bukele y funcionarios de no reconocer los Acuerdos de Paz hizo reaccionar a la sociedad como nunca antes se había visto, en cuanto a defender ese punto de la referencia histórica de los Acuerdos de Paz, esa manera de abordar los conflictos de la sociedad.

Es un reto, entonces, no permitir que se estanque el tema de la atención de las víctimas y la profundización de los Acuerdos de Paz. Es como el caso de las declaraciones del arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, solo estaríamos pidiendo a monseñor Romero, que toque el corazón de este representante de la Iglesia católica, para que lo oriente y se ponga al lado de las víctimas, que es lo que representa el martirio de monseñor Romero, como población debemos abonar todos a la justicia y por tanto a la paz.

-¿Cuáles oportunidades existen si desde el Ejecutivo, se trata de cambiar la nominación de día de los Acuerdos de Paz?

Hay una instrumentalización por parte del presidente Bukele, en el marco de su estrategia político electoral, hay una manipulación de las víctimas en todos los temas sociales y en el marco de esa estrategia -plantea- la existencia de dos bandos opuestos buenos y malos -así con esa simpleza- en la sociedad salvadoreña. Y en ese sentido, trata que en esa estrategia política en diferentes escenarios ser el bueno y quienes no están de acuerdo, pues los malos.

Con su rechazo a la fecha de la firma de los Acuerdos de Paz, tildándola de farsa, se dio cuenta de la reacción de la sociedad en general que tomó una postura y la expresó en públicamente; entonces, emite un decreto ejecutivo cambiando la nominación de la conmemoración de la paz, por el día de las víctimas, -entiendo- que eso fue dar un paso atrás, a lo que ha venido manteniendo, ¿por qué? Porque se dio cuenta que el ideario de la sociedad y los Acuerdos de Paz, si representan algo en colectivo.

Si el presidente de la República, Nayib Bukele, quiere apoyar a las víctimas y contribuir a la justicia, pues debería comenzar con una simple acción, girar el instructivo para autorizar el acceso a los archivos militares, y cumplir esa orden que dio la Sala de lo Constitucional (CSJ), que empiece por eso y creeríamos que está pensando en las víctimas.

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