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Bogotá/Prensa Latina
La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) calificó este miércoles el inicio del 2021 en Colombia como el más violento en cuanto a masacres, enfrentamientos armados, y asesinatos desde la firma del Acuerdo de Paz.
En estudio de la situación en el país realizado del 1 al 24 de enero por una unidad de esa instancia, registró 13 amenazas de muertes a líderes sociales y 14 asesinatos de estos actores, cinco asesinatos de guerrilleros desmovilizados y seis masacres.
La JEP estimó que a partir de esos datos ocurre una masacre cada cuatro días, un líder social muere de forma violenta cada 41 horas, y un exguerrillero pierde la vida cada cinco días.
A estas manifestaciones de violencia el estudio suma los enfrentamientos entre grupos armados y el ejército, acciones que además de las víctimas directas genera otros resultados negativos como el desplazamiento de las comunidades localizadas en las zonas de conflicto.
En Colombia operan decenas de estos grupos armados entre fuerzas guerrilleras, paramilitares, y bandas vinculadas al narcotráfico.
Las operaciones militares en el país suramericano en los días cubiertos por el estudio dejaron 57 familias y 200 personas desplazadas de manera forzosa, no siempre a lugares donde tiene garantizada la seguridad.
Tras el Acuerdo de Paz firmado entre el Estado y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 2016, se previó una disminución significativa de la violencia en el país, en tanto el principal grupo insurgente decía adiós a las armas para siempre.
Este pronóstico se vio reforzado cuando comenzaron las negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional con el mismo fin.
Sin embargo la desmovilización de las FARC fue aprovechada por grupos criminales, en especial paramilitares y bandas narcotraficantes, para establecer áreas de influencias que escapan al control del Estado.
