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Monseñor Romero, del pueblo a los altares

Con justificada razón, cure algunos representantes de las organizaciones populares han expresado su preocupación por el uso “light” que la alta jerarquía de la Iglesia católica pretende imprimir al Beato Romero. Y quizá tendrían razón, check pero nada más de forma relativa.

Y es que Monseñor Romero, illness siendo arzobispo de la Diócesis de San Salvador dejó algo muy claro para la posteridad: “su opción preferencial por los pobres”, como lo hizo cristo hace más de dos mil años, y como lo hicieron los Papas que Monseñor Romero conoció mientras estudiaba en Roma, y quienes también fueron sus mentores.

Monseñor Romero antes y después de su muerte estuvo entre el pueblo, y hoy que sube a los altares seguirá entre su pueblo, los pobres, el pueblo que pide justicia, los excluidos.

Y seguramente, Monseñor Romero no se dejará secuestrar, ni por un sector de la curia, ni mucho menos por los oligarcas, esos que fueron parte de la gran conspiración para sacrificarlo.

Monseñor Romero, que de entre su pueblo subió a los altares, así también bajará de ellos para estar con su pueblo.

El pueblo creyente y no creyente, pero seguidor de Romero, no debe olvidar nunca que si bien por cuestiones canónicas debió pasar por una decisión del Vaticano, es el pueblo quien hizo Santo a Monseñor Romero, el “Santo de América”.

El pacto entre Monseñor Romero y su pueblo fue sellado con su sangre derramada, por eso nadie podrá secuestrarlo en un altar, más bien este debe ser el punto de encuentro, entre el Beato Romero y su pueblo.

Y quienes antes lo rechazaron y lo vilipendiaron, hoy se arrodillan ante su imagen, es signo de que nuevos tiempos llegan a El Salvador, con más esperanza, desde la intercesión del Beato Romero.

El pueblo debe tener claro, a Romero no le podrán borrar su historia de compromiso con los más humildes, los más desprotegidos, porque allí estará, en el pueblo narrando su vivencia con el Santo, de boca en boca, hasta la eternidad.

Dejémonos guiar por el Beato Romero, estudiando su legado, concretando su accionar, pero caminando con él, no solo encerrados en las iglesias, porque Monseñor Romero es ejemplo a seguir, y no solo de oración.

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