Un padre, bien padre

UN PADRE, BIEN PADRE
Por: Marlon Chicas, El Tecleño Memorioso

“Tu sonrisa franca me anima, tu consejo sabio me guía. Abro el corazón y te digo, mi querido, mi viejo, mi amigo. Yo he dicho casi
todo, y casi todo es poco, frente a lo que yo siento”, fragmento de la canción escrita por Erasmo Carlos e interpretada por Roberto Carlos Braga en 1979, en honor a su padre Robertino Braga quien falleciera de enfisema pulmonar.

La labor de un padre responsable no debe verse como una tarea fácil, siempre y cuando se realice como un verdadero apostolado, superando obstáculos por doquier en pro de su descendencia, reconociendo que su función no se limita al hecho de la concepción o dotar de bienes materiales a la prole, al contrario, se caracteriza por brindar tiempo de calidad a sus hijos, ser su amigo, confidente y mentor, guiando sus pasos por la senda del bien, contribuyendo a su salud, educación, diversión y amor.

En lo personal agradezco a Dios el haberme permitido compartir tiempo de calidad con mi padre Salomón Rodas (+), disfrutando momentos gratos e inolvidables que guarda mi corazón, forjando las bases de un futuro próspero, enfrentando con fe los embates de la vida, convirtiéndome en persona de bien al servicio del necesitado.

Mi padre ejerció la profesión de tenedor de libros (contador), en la extinta casa de empeño “Las Tres Bolas de Oro”, dicha profesión
era considerada en su tiempo como ahora de mucho respeto por lo delicado y serio del cargo. Por otra parte, mi progenitor heredó el
don por el canto y la declamación, los cuales realizaba de manera excepcional llevándolo incluso a las lágrimas.

No puedo obviar el hecho que en su vida nunca hizo mala cara al trabajo digno, aún rememoró la temporada de cortas de café, cuando dispuso anotarse para tal labor, haciéndose acompañar de mi madre y hermanos para lo cual nos proveyó de ricas viandas que mi abuelita Simona de Rodas (+), suministraba de manera regular, encomendando a mi familia ubicarse en un lugar descampado mientras él realizaba su trabajo de manera eficiente, apersonándose constantemente ante la preocupación de que no faltase nada.

Y que decir cuando enfermé de mi eterno problema de oídos, siendo cargado entre sus fuertes brazos, brindándome palabras de consuelo, preocupado por mi estado de salud, acompañando segundo a segundo mi recuperación, velando mi sueño, con una sonrisa en su rostro tras días de lucha con mi enfermedad.

Las tardes de juego interminables enseñándome un mundo mágico de príncipes y princesas, inculcándome valores para la vida, invitándome a luchar por mis sueños y metas, forjándome un futuro próspero con respeto, solidaridad, amor a Dios y a mis semejantes, educándome que  en la vida nadie es más que nadie.

Han pasado los años, pero siempre agradeceré tu noble labor para conmigo y mis hermanos, te extraño tanto, pero seguro estoy que, desde el cielo me cuidas con tu característica sonrisa, animándome alcanzar mis metas, teniendo siempre en cuenta que lo que más cuesta en la vida es lo que más se disfruta ¡Te amo Papá!,

Dedicado a los padres responsables, a las mamás papá e in memoriam a quienes viven en la presencia del Creador y la eternidad de
nuestros corazones.

Ver también

«Orquídea». Fotografía de Gabriel Quintanilla. Suplemento Cultural TresMil, 20 abril 2024.