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Poesía de Fernando Pessoa

De Fernando Pessoa
AUTOPSICOGRAFÍA 

El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente
Que hasta finge que es dolor
El dolor que verdaderamente siente.
Y los que leen lo que escribe
En el dolor leído sienten duro,
No los dos dolores que él tuvo,
Sino sólo el que ellos no tienen.
Es así como en los palos de la rueda
Gira, distrayendo a la razón
Ese juguete de cuerda
Que se llama corazón.

 

De Alberto Caeiro
XLVII DE EL GUARDADOR DE REBAÑOS (EN UN DÍA EXCESIVAMENTE NÍTIDO)

En un día excesivamente nítido,
Día en el que quiso la voluntad haber trabajado mucho
Para luego no trabajar nada en él,
Entrevi, como una avenida a través de los árboles,
Lo que tal vez sea el Gran Secreto,
Aquel Gran Misterio del que los poetas hablan.

Vi que no hay Naturaleza.
Que la Naturaleza no existe.
Que hay montes, valles, planicies,
Que hay árboles, flores, hierbas,
Que hay ríos y piedras,
Pero que no hay un todo al que todo eso pertenezca,
Que un conjunto real y verdadera de las cosas
Es una dolencia de nuestras ideas.

La Naturaleza es partes sin un todo.
Esto es tal vez el tal misterio del que hablan.

Esto fue lo que sin pensar ni parar
Acerté que debía ser la verdad
Que todos quieren creer y que no creen
Y que sólo yo, porque no quiero creer, creo.

 

De Álvaro de Campos
TRAPO

El día ha desembocado en lluvia.
La mañana, con todo, estaba bastante azul.
El día ha sido lluvioso.
Desde la mañana he estado un poco triste.
¿Anticipación? ¿Tristeza? ¿Ninguna de las dos?
No sé: desde que me acuerdo ya estaba triste.
El día estuvo lluvioso.

Bien sé que la penumbra creada por la lluvia es elegante.
Bien sé que el sol oprime, por ser tan ordinario, al elegante.
Bien sé que ser susceptible a los cambios de luz no es muy elegante.
Mas ¿quién le dijo al sol o a cualquier otro que yo quiero ser elegante?
Denme un cielo azul, un sol visible.
Niebla, lluvia, oscuridades – eso ya tengo en mí mismo.
Hoy sólo quiero sosiego.
Hasta añoraría mi hogar, si no tuviese uno.
Hasta llego a soñar con tener deseos de sosiego.
¡No exageremos!
Sólo tengo sueño, sin necesidad de explicación.
El día está lluvioso.

¿Cariños? ¿Afectos? Son sólo memorias…
Es preciso ser un niño para tener algo así…
¡Mi madrugada perdida, mi cielo azul y verdadero!
El día está siendo lluvioso.

La linda boca de la hija del casero,
Pulpa de fruta de un corazón a punto de ser devorado…
¿Cuándo fue eso? No lo sé…
En el azul de la mañana…
El día será siempre lluvioso.

Ver también

«Orquídea». Fotografía de Gabriel Quintanilla. Suplemento Cultural TresMil, 20 abril 2024.