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“Nuestra lucha es de resistencia y resiliencia”: Sara Guardado, lideresa comunitaria

Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino

“La principal medida es estar organizada. Porque los derechos de las mujeres no están siendo garantizados”, expresa Sara Guardado, lideresa de Guaymango, Ahuachapán, integrante de la Mesa por la Sustentabilidad del Agua (MESAMA), organización local autónoma que defiende los bienes naturales y comparten agenda en común de trabajo con organizaciones ambientalistas a escala nacional.

“Para nosotras es bien difícil la lucha social por el retroceso que tenemos en materia de democracia y muchos más los derechos de las mujeres. Ahora que se acerca el 8 de marzo, vamos a reivindicar más y públicamente nuestros derechos, aunque sea más difícil”, afirmó Sara Guardado en entrevista exclusiva con Diario Co Latino.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU), para este año 2024, ha invitado a celebrar el Día Internacional de la Mujer, el próximo viernes 8 de marzo, bajo el lema “Invertir en las mujeres: acelerar el pogreso”, con el fin de incentivar a los Estados miembros a que aceleren los procesos de igualdad de género y bienestar de las mujeres en todos sus ámbitos.

– ¿Cómo se defienden o viven los derechos de las mujeres en la zona rural?

Es difícil, y tiene muchas variantes de salud, seguridad, trabajo, preservación ambiental y derechos humanos de las mujeres como tal. Si hablamos de salud a nosotros nos toca viajar amplias distancias, digamos, las que viven en las orillas de la playa y tienen que ir a San Salvador por un examen especial o para ir a una Unidad de Salud en la zona, estos son viajes que nos llevan todo el día.

Y, claro, hay mujeres que no cuentan con suficiente dinero para pagar sus pasajes del transporte para trasladarse, aquí no se conocen hospitales que nos den referencia para ir a San Salvador, y porque no conocemos para no perdernos pues, necesitamos de otra persona que nos oriente, es todo un proceso complicado.

Al sumarle la seguridad, tenemos que si bien hay un cese de la violencia de las pandillas, pero la inseguridad sigue y nos vemos expuestas a que se suban ladrones y nos roben en los buses. Tenemos testimonios de mujeres que han sido asaltadas porque viajamos en la madrugada para poder llegar temprano al lugar donde vamos aquí en San Salvador o por una consulta, como ejemplo, para nosotras es más difícil todo.

– ¿La defensa de sus derechos es una lucha constante?

De todos los días, y lo digo como el derecho a la alimentación en la mujer recae encontrar la respuesta para dar el desayuno, el almuerzo o cena a nuestros grupos familiares. Y no todas contamos con alternativas a la soberanía y seguridad alimentaria. Y sólo queda puro consumismo, vas a la tienda y compras embutidos u otros productos que no son alimentos apropiados ni dietas saludables. Todo esto por el mismo impacto del cambio climático y la industria del extractivismo que provocan la disminución de especies, entonces, no tenemos medios de vida para la subsistencia.

Si voy al mar a tirar una atarraya para agarrar unos pescados y hacer una cena, tengo que trasladarme a un lugar más lejano mar adentro para lograrlo, cuando antes se obtenía con mayor facilidad. Porque quienes nos dedicamos a la pesca artesanal sabemos que antes era más inmediato, pero ahora hay grandes barcos pesqueros y camaroneros que se llevan todo y como pescadora artesanal no me queda nada.

Y, lo lamentable, es que estos grandes barcos y empresas no son quienes cuidan el medio ambiente marino o el manglar (bosque salado), eso lo estamos haciendo nosotros y nosotras los defensores del medio ambiente que cuidamos nuestros medios de sobrevivencia de la comunidad.

– ¿Qué han hecho para subsistir?

Hemos buscado otras alternativas como los huertos agroecológicos y también módulos de aves que nos están ayudando a empoderar a más mujeres de la comunidad para generar ingresos económicos de la familia y no estar dependiendo de lo que lleve nuestra pareja al hogar.

Esto nos ha generado un impacto positivo en la comunidad el que nosotras podamos generar ingresos también para nuestras familias y poder decidir sobre ese dinero y qué proyectos realizar en nuestras comunidades.

Y eso nos lleva a compartir en la comunidad con personas de escasos recursos económicos, que no pueden adquirir artículos a los precios de mercado que los venden en las tiendas. Nosotras en nuestras casas vendemos a precios más bajos y nos agrada que nos compren cultivos orgánicos y compartimos semillas. Hemos involucrado a nuestras hijas, hijos, familiares y esto lo hacemos ante falta de políticas del Estado para derechos tan básicos como la soberanía y seguridad alimentaria.

– ¿Qué opinión tiene sobre la violencia a la mujer en cualquier ámbito?

Es terrible verlo en los medios de comunicación o las redes sociales, salen violentando públicamente a las mujeres y hasta las funcionarias que están dentro del gobierno, y no digamos nosotras que nadie está grabando lo que nos ocurre en situaciones difíciles en las comunidades. La violencia permanece porque vivimos en un sistema patriarcal.

La conflictividad que vivimos también está en la comunidad y en la defensa de derechos como la que tenemos contra las invasiones de los monocultivos en el territorio en defensa de nuestros cultivos, y que al final nos ocasiona confrontación social, desplazamiento forzado de nuestras juventudes y de mujeres que van a la ciudad a realizar trabajos domésticos, cuando ellas se han dedicado toda su vida a la pesca y buscar mariscos, eso también es violencia.

– ¿Cuál es su mensaje sobre la defensa de los derechos de las mujeres?

Yo llamo a las mujeres a que nos organicemos. Sí, ese es mi llamado. Y, segundo, realmente nos concienticemos de lo que está pasando a nuestro alrededor, que no nos dejemos llevar por situaciones o discursos que solo pintan espejismos.

Realmente, debemos pensar y preguntarnos ¿qué pasa en mi comunidad? ¿qué puedo hacer para sacar adelante a mi comunidad?, porque al final somos nosotras las mujeres quienes luchamos y defendemos día con día nuestros derechos y somos quienes nos posicionamos en nuestros territorios para preservar sus bienes naturales y poder sobrevivir .

Esta es una situación de resiliencia y resistencia que va vinculada a enfrentar estos sistemas de neoliberalismo, capitalismo y consumismo.

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