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César Ramírez
@caalvasalvador
La reciente orden de captura contra el Dr. Rubén Zamora y otros personajes históricos, connota un nuevo modelo de lectura de la legalidad e ilegalidad en nuestra realidad social y política, esa lectura de los eventos de la guerra implica una visión unilateral del modelo de gobernación, una voz desde las alturas del poder, pero excluye la visión de los gobernados.
Nos encontramos en un esquema de interpretación de aplicación de justicia que implica la culpabilidad de acontecimientos del siglo pasado, bajo una interpretación sin posibilidad de apelación, sin defensa, sin diálogo entre los actores, pero que condena específicamente a personalidades opositoras al régimen.
Se trata del Dr. Rubén Zamora que fue perseguido por los gobiernos militares en el siglo pasado y ahora se efectúa una neopersecución en el mismo estilo de aquellos modelos autoritarios, ahora treinta años después es expuesto a la opinión pública como ejecutor de ilegalidades que no existen.
Es conocido que el desarrollo de las sociedades tiene relación directa con los Derechos Humanos, en nuestra nación parece que es lo contrario, así mientras menos derechos posean los ciudadanos la gobernación de la nación es mejor, según podemos observar en nuestra historia, así parece que nos encontramos en este momento, bajo la prolongación del Régimen de Excepción, el mensaje es claro entonces, todo opositor es potencialmente perseguible bajo las leyes vigentes, lo cual es muy similar a la interpretación de todos los gobiernos autoritarios de las generaciones anteriores, lo cual llevó a la guerra civil y posteriormente un Acuerdo de Paz.
Una nación no debe poseer una única iniciativa de poder porque esta se convierte en dictadura y Estado Policial, debe existir también iniciativa social que dialogue con cada propuesta de gobernación, al no existir oposición tampoco existirá alternancia política, justicia independiente, partidos opositores, contrapesos en la gobernación, será un partido único, un único gobernante por décadas, que al final provocará la muerte de la República y las consecuencias catastróficas para todo sector popular que reivindique sus mínimos requisitos al desarrollo social.
La neopersecución contra el Dr. Rubén Zamora inaugura un capítulo de reinterpretación jurídica que convierte lo legal en ilegal, nos enfrentamos a una “nueva ilegalidad histórica”, de tal forma que los eventos considerados pilares de la actual condición de la República pueden ser interpretados a discreción de los gobernantes, una verdadera circunstancia de peligro contra todo aquél que defendió los derechos humanos o intervino en el proceso de paz del siglo pasado.
La neopersecución política convierte entonces a todos los políticos del proceso de paz en potenciales víctimas de seguimiento, al igual que cualquier ciudadano que opine en contra de la actual situación… es increíble este evento.
Las autoridades deben corregir este absurdo jurídico, de lo contrario se puede ordenar la captura de los próceres de la independencia, por las insurrecciones populares de 1811 y 1814.
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