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Las debilidades institucionales del sistema estadístico

Ricardo Olmos
Economista

Douglass North, premio Nobel en 1993, considera que el cambio institucional está motivado por el papel de las ideas y de las ideologías. El rol del sistema de valores, ideas e ideologías es propuesto como la fuente del desempeño económico, así como de las ineficiencias de los mercados. Para ello llega a determinadas conclusiones, por ejemplo: a) que las diferentes instituciones y las diferentes realidades u organizaciones políticas, económicas, sociales que conforman las organizaciones en sus múltiples interacciones y competencias pueden generar el cambio institucional, b) que las organizaciones se enfrentan a continuos niveles de competencias por lo que deben de invertir en habilidades y aprendizajes nuevos para mantenerse en el mercado, y c) las organizaciones en el marco institucional previsto participan en virtud de determinados incentivos que permiten motivar a cada uno de los participantes. Además, los niveles de aprendizajes son valorados cada vez más para elevar los niveles de productividad. Finalmente, indica que es urgente tener presente que el desarrollo económico de nuestros pueblos exige entender el cambio institucional y el cambio económico. ¿Lo estamos haciendo? ¿Qué estamos haciendo?

El autor ha estudiado la evolución de la sociedad occidental a lo largo de los siglos logrando determinar las motivaciones en la construcción de las instituciones por el ser humano, y ha concluido que la eficacia de las instituciones no es el resultado de determinado tipo de sociedad, sino que es el resultado de haber creado, ideado y construido a lo largo del tiempo esas instituciones, el compromiso de haber sido compartidas para que en efecto hayan funcionado con eficacia más que otras, promoviendo así el desarrollo de los pueblos.

El autor recomienda que se debe superar la visión que el funcionamiento institucional depende de aspectos económicos exclusivamente, y enfatiza la importancia del rol del liderazgo y de la historia económica de cada país entre otros factores. ¿Estas conclusiones tienen alguna relación explicativa de las debilidades del sistema estadístico nacional salvadoreño?

Veamos un caso ejemplarizante. Me refiero a las debilidades institucionales que enfrenta el sistema estadístico nacional. Los resultados se encuentran en relación al planteamiento de North, en el sentido que un país es relativamente fuerte en virtud del funcionamiento de sus instituciones.

El Salvador, como el resto del mundo, se desempeña en virtud del funcionamiento de determinadas instituciones nacionales e internacionales, participa como miembro de las Naciones Unidas, y se alinea a determinadas conclusiones y acuerdos en donde algunos son vinculantes para el mejoramiento del funcionamiento del país. Una de las oportunidades para el fortalecimiento de las instituciones estadísticas se ha dado en el marco de la última sesión de la Comisión de Estadística de las Naciones Unidas, en la que hace relación a la importancia de actualizar los censos de población y de vivienda, así como al resto de estadísticas que conforman el Sistema Estadístico Nacional.

En ese sentido por ejemplo, desde hace algunos años se han realizado investigaciones sobre el sistema de cuentas nacionales habiendo constatado la desactualización de ese sistema en El Salvador, el cual ya contaba de un atraso de siete años desde que se inició ese proyecto. Hoy, en el año 2016 llevamos 13 años de rezago cuando ese sistema en otros países lo han actualizado de cinco a seis años. Ya la conciencia pública identifica la problemática que esto encierra, así como las consecuencias de mantener una débil institucionalidad del sistema estadístico nacional.

La Secretaría Técnica y de Planificación de la Presidencia de la República mantiene la idea de generar la institucionalidad del sistema estadístico nacional, proyecto que tiene la ilusión de modernizar el sistema de estadísticas nacionales que es la base para la formulación y evaluación de las políticas públicas, iniciativa tan necesaria que vendría a sentar las bases para la nueva generación de proyectos estadísticos como son los censos económicos que se realizaron en el año 2005 y que se requiere sean actualizados cada cinco años; la Encuesta de Ingresos y Gastos que se realizó en el año 2006 y cuyo levantamiento se recomienda sea cada cinco años, y por citar el Censo agropecuario levantado en el año 2006 y que se recomienda igual período para su levantamiento. También se realizó el levantamiento del VI Censo de Población y V de Vivienda de 2007. Esa estadística de base se le proporcionó al BCR y hasta el momento éste no entrega el sistema de cuentas nacionales actualizado.

Todas estas actividades de generación de estadísticas de base en la mayor parte de los países son realizadas por las oficinas de estadísticas, así como la actualización de las cuentas nacionales y la estimación del PIB, pues no es una función de los bancos centrales. Eso lo podemos constatar en el caso de México, Colombia, Argentina, Brasil, Venezuela, Perú, etc.

El argumento en el pasado fue que el sistema de cuentas nacionales no se actualizaba debido a la inexistencia de la estadística de base. Ésta se actualizó y no se adoptó ni el SCN1993 ni el SCN2008. ¿Estamos dispuestos como país a continuar con ese atraso, midiendo la actividad económica con la revisión del SCN de hace 48 años, es decir de 1968 y que sea el Banco Central el que continúe con esa función o responsabilidad?

Existe la confianza que la nueva institucionalidad del sistema estadístico que se genere tenga como responsabilidad y misión fundamental la de sentar nuevas bases sobre las cuales se edifique el sistema estadístico nacional. Ello significará que la Ley del Servicio Estadístico Nacional que data del año 1956 sea actualizada. Hay que dejar ese legado al país. Se requiere de una nueva institucionalidad.

Los nuevos censos por realizarse deben llevar un componente de fortalecimiento institucional que posibilite la creación del Instituto Nacional de Estadística. Hagamos realidad el lema de las Naciones Unidas cuando en relación al día mundial de la estadística convino en: “Datos mejores. Vidas mejores”.

La primera conclusión que se refiere a  nuestro país es que las sociedades como la salvadoreña todavía no se le adjudica el poder que posee la eficiencia institucional para la mejora en la prestación de los servicios públicos y de los bienes públicos, pues estos todavía son atendidos con débiles liderazgos que limitan ampliar su cobertura y de esa manera resolver de forma pronta la demanda social creciente en materia de ese tipo de servicios.

La segunda se refiere a lo pertinente  de la hipótesis sobre la que North deja escuela cuando incorpora en el análisis, además de otros enfoques, que la teoría de las percepciones, los valores, el papel de la ideología y de una nueva teoría del Estado son elementos fundamentales. Debemos revisar y evaluar los resultados de las instituciones para superar esas debilidades para hacer posible que el sector público funcione y sirva al cambio institucional y económico que El Salvador exige.

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