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La actividad fue organizada por Raíces Indígenas El Salvador (RIES) con apoyo de la Asociación de Arte y Cultura para el Desarrollo Social (As-Arte). Foto Diario Co Latino/Ivan Escobar.

Las comunidades indígenas siguen en resistencia en El Salvador

Iván Escobar
@DiarioCoLatino

El agradecimiento a la madre tierra por sus bondades y su protección, fueron algunos de los puntos centrales durante el encuentro de las comunidades indígenas el pasado fin de semana, en el municipio de Santiago Texacuangos, al sur de la capital. La actividad además incluyó una jornada cultural e intercambio de artesanías, comida típica, cerrando con la ceremonia ancestral.

A este encuentro asistieron delegaciones invitadas provenientes del oriente y occidente del país, así como de la zona central, las cuales reiteraron el compromiso de continuar trabajando en unión por la defensa de los derechos de las poblaciones originarias. Cabe destacar que en la jornada se tomaron medidas de bioseguridad, para evitar contagios de COVID-19, de acuerdo a los organizadores.

La actividad fue organizada por Raíces Indígenas El Salvador (RIES) con apoyo de la Asociación de Arte y Cultura para el Desarrollo Social (As-Arte) El Salvador – Internacional, y la Escuela Alternativa TIMUWEYALTIKAN, quienes promueven la cultura, las artes y el resguardo de la identidad ancestral, los derechos de las poblaciones indígenas.

El Tata Sebastián Morales, de Santiago Texacuangos anfitrión del encuentro, y representante de RIES agradeció el acompañamiento de las comunidades de: San Ramón, Cuishnahuat, Santa Catarina Masahuat, de Sonsonate; Tonacatepeque, Santiago Texacuangos, de San Salvador; Olocuilta, Zacatecoluca y San Juan Nonualco, de La Paz; Yucuaiquín, La Unión; así como representes de la Asociación Nacional Indígena Salvadoreña (ANIS), entre otros.

El gran encuentro fue el pasado sábado 9 de octubre, en el Jardín Botánico comunitario, del cantón Chaltipa, de Santiago Texacuangos; lugar sagrado en el cual cada uno de los asistentes compartió un momento de encuentro con la naturaleza, y hermandad con los demás.

“Este es un espacio que por más de 30 años ha estado preservando la identidad de nuestros pueblos originarios aquí en Santiago Texacuangos. Después de 30 años, RIES, que antes se llamaba RAIS, seguimos luchando, seguimos en pie. Somos un mismo pueblo, y unidos reivindicamos nuestra lucha”, expresó Manuel Fernández, de RIES.

El Tata Sebastián dijo que este es el resultado del trabajo que por años ha estado encaminado al rescate de la identidad indígena, un esfuerzo que viene desde los años 80´s, junto a otras personas, algunas de ellas ya no están, pero él continúa cumpliendo su misión, y trabajando con el interés de aglutinar a las comunidades indígenas del país. “Hace tres años se creó está idea (RIES), paso a paso. Desde el momento en que fuimos administradores y guardianes de la naturaleza, somos raíces y eso quiere decir: milenarios”, remarcó.

Por su parte, Yamar Durán, presidenta de AS-ARTE, expresó su agradecimiento por ser parte de la actividad, ya que como organización que trabaja en la promoción del arte y la cultura en el país, el acompañar estas iniciativas contribuye a preservar las tradiciones originarias, y se promueven los derechos de las comunidades. “Nos alegra haber apoyado, y contar con la presencia de representaciones indígenas de la zona oriental, occidental y central del país, así como artistas que se han solidarizado con nosotros”, expresó.

Una ceremonia de agradecimiento

Al caer la tarde, a las seis en punto el fuego comenzó a arder en el altar dedicado para la ceremonia ancestral. Los encargados para llevar a cabo la ceremonia se ubicaron en sus espacios correspondientes, representando a los cuatro elementos naturales: el aire, la tierra, el fuego y el agua.

Luego se pidió permiso a los cuatro puntos cardinales, y elementos centrales de energía, para dar paso a la ceremonia.

El espacio asignado para la ceremonia, que previamente se ambientó, al entrar la noche cobró un valor central. La noche marcaba el espacio en el cual la energía fluirá para materializarse en la ceremonia. El Tata Sebastián, fue la voz de mando de la ceremonia Maya, propia de agradecimiento por lo recibido, pidió por la salud, por la convivencia de nuestros pueblos, pidió humildad y sobre todo que el despertar llegue a la mayoría de personas, “para comenzar a valorar lo que se tiene”.

Junto a él, Nana Rosario Amparo, proveniente de Yucuaquín, La Unión, en representación de la población Lenca y Tata Hilario Crespín, proveniente de Sonsonate, dieron paso a la ceremonia, que además contó con la presencia de los invitados y pobladores que llegaron de diversas zonas para ser parte del encuentro espiritual.

La presencia de los elementos: tierra, aire y agua, así como las ofrendas correspondientes a la jornada de agradecimiento a la madre naturaleza por la vida, por el acompañamiento, por la salud y fuerza para garantizar después de mucho tiempo las tradiciones de los abuelos.

Danzas y reverencias fueron parte de la ceremonia, en la cual además se saturaron artículos de los asistentes, y la preparación de nuevas generaciones de líderes que darán continuidad a la lucha emprendida desde hace muchos años por los Tatas, en representación de las y los abuelos que heredaron el amor a la tierra, y el respeto a los elementos.

Además se reivindicó la voz de los ancestros, y poblaciones originarias en particular expresaron no sentirse contentos con conmemoraciones como el Bicentenario de la Independencia Centroamericana, que no se reflejó en las poblaciones indígenas, ni se sienten orgullosos por fechas próximas como “el 12 de octubre”, conocido hoy como Día de la Hispanidad, es un día de resistencia para las poblaciones de América que fueron invadidas por España, expresaron.

Este tipo de encuentros más que cuestionar los problemas que han enfrentado las comunidades indígenas en El Salvador, buscan hermanar a los pobladores actuales, que siguen en resistencia, guardando y compartiendo entre ellos, sus tradiciones, sus saberes, sus cotidianidades, y que compartan entre los demás para garantizar su preservación en el tiempo. Un ejemplo, es el estudio y enseñanza de la lengua materna, del náhuat.

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