Pacífico Chávez
En todo el mundo hay gobernantes que para mantenerse o ampliar su poder utilizan la ley como método para legalizar sus excesos, erosionan aun mas lo poca imparcialidad que los sistemas de justicia puedan tener en estas latitudes, países donde lamentablemente nunca se ha tenido una justicia real.
Este método “legal” donde se auto-recetan mas poder lo han utilizado en Venezuela, Turquía, Nicaragua por mencionar algunos recientes.
Este proceso retorcido donde los autócratas usan seudoleyes para afianzar el poder y nunca dejarlo tiene tanto peligro que cuando se van del poder, porque siempre llega el dia en que se van, sus adversarios sin duda pueden tener la tentación de dejar “el nuevo marco legal” que les permitiría a ellos quedarse en el poder, total ya todo el sistema esta readecuado al gusto del cliente amante del poder.
¿Como funciona la seudoley? Sencillo, utilizando el mismo sistema los autócratas aprueban decretos que aunque van en contra de la democracia les dan el maquillaje de legal.
Todo inicia con ganar las elecciones en un sistema mas o menos democrático, claro para ganar usaron la critica antisistema y una sarta de promesas de una tierra prometida de leche y miel. Una vez envestidos con la banda presidencial, viene la fase de quiebre del balance de poder, desmantelar el sistema de contrapesos al poder ejecutivo es primordial, su verdadero plan autocrático esta oculto a los ojos, detrás de un disfraz demócrata. Empiezan de una forma suave y se esfuerzan por mantener las apariencias, mientras socavan la democracia a escondidas.
¿Como lo logran? Con mucho populismo, le dicen al pueblo lo que quieren escuchar, no importa si hoy les toca tener un discurso y después otro, lo importante es que la gente se emocione con lo que escuchan de boca del autócrata. También es importante enfrentar la sociedad entre buenos y malos con odio, no se trata solo de no estar de acuerdo, sino de generar el sentimiento de odio contra todo aquel que piense diferente al autócrata, esta polarización, este enfrentamiento es clave. Y la otra táctica, con la que se completa este trinomio maquiavélico, es la mentira constante para enturbiar tanto las aguas para que sea muy difícil distinguir la verdad de la falsedad, en esta misma estrategia se incluye el cuento de realidades inexistentes.
¿Cómo va nuestro país en esta receta autocrática? Pues definitivamente quien gobierna hoy llegó al poder por medio de elecciones con cierto nivel de credibilidad la primera vez en el 2019. En cuanto recibió el poder se encargo de aplicar el trinomio populismo, polarización y postverdad. En campaña lanzó un Plan Cuscatlán que tenía un listado de promesas y compromisos que ha ido desechando cada vez mas, tanto que ha implementado políticas públicas contrarias a ese plan, una de las promesas ejemplarizantes de su incumplimiento y aplicación contraria era que subiría el FODES de 8% al 10%, de todos es conocido que termino eliminando este fondo para las alcaldías. En ese plan había promesas como el de eliminar el IVA a las 100,000 familias mas necesitadas, implementar un IVA diferenciado para bienes de lujo, canasta básica y medicinas, de esto nada.
En el tiempo han aparecido mas promesas como: el satélite Cuscatlán, nuevas sedes de la UES, 5 escuelas por día, que hoy ha pasado a 2 escuelas por dia, Ciudad Bitcoin, Cambio del modelo AFP, Bitcoin como moneda, y mas.
En cuanto a la polarización, el nivel de fanatismo a su figura no deja margen para el diálogo con la oposición, los puentes están dinamitados gracias a su discurso que incluso difama y descalifica a cualquier opositor, discurso que es amplificado por una red de replicadores de contenido en redes y de granjas de trolles que ademas insultan de manera vulgar, tergiversan mensajes e inventan cuentos, todo sazonado con emociones de odio y violencia, porque todo opositor es enemigo del cambio a la nueva patria, donde es impensable la alternancia al poder, pilar básico de la democracia, mantener un discurso que no hay opciones es crucial en esta estrategia, quieren eliminar lo que es natural, normal, saludable y necesario en una democracia, cambiar presidentes es vital.
Consolidan su poder detrás de un muro de secretismo, confusión, subterfugios seudolegales, manipulación de la opinión publica, hostigamiento y descrédito de opositores y adversarios.
Sus campañas mediáticas de un catastrofismo exagerado que si ellos se van del poder el mundo se caería a pedazos.
También a los autócratas les encanta militarizar la sociedad, los hacen visibles por todos lados, les compran armas, botas, tanques, les ponen capas elegantes para glorificar las fuerzas armadas y de alguna manera todo esto intimida en primer lugar la disidencia pero a la larga también la sociedad comienza a crear un temor a la autoridad que impone un militar empoderado, respaldado, protegido por el poder de quien gobierna, ya se escuchan casos de excesos y abusos de ciertos elementos militares a ciudadanos.
Poco a poco se construye un mesianismo, la imagen de un personaje casi divino que encabeza la transformación de la nación de una manera nunca vista, que lucha contra las elites corruptas del pasado que nunca dejaron avanzar al país, todo este cuento ha requerido destruir cualquier medio de comunicación que lo investigue, descubra y evidencie sus malos pasos. ¿Se puede luchar contra este constructo? Claro que si, porque tiene una debilidad fundamental, el peso de la realidad termina botando los muros del populismo, el dolor del otro abre huecos de solidaridad en el tejido de la polarización sin sentido y la verdad aunque lenta siempre llega para desamarrar los nudos de mentiras.
Un gobierno necesita el poder para hacer cosas, pero ese poder debe limitarse de alguna forma para que no se descontrole y domine a toda la sociedad, recuperar los contrapesos y vigilantes al poder es el camino.
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