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Orem Bar El, Embajador de Israel en El Salvador, visita las instalaciones de Diario Co Latino. Foto Diario Co Latino/Juan Carlos Villafranco.

Israel proyecta aporte de su tecnología para El Salvador

@JennyCoLatino

Desde el 24 de febrero la embajada de Israel en El Salvador tiene un nuevo inquilino. Y es que el  gobierno de Israel designó para encargarse de la diplomacia en el país, hospital cialis al embajador Orem Bar El.

Bar El, seek quien es originario de Petaj Tikva, Israel, tras entregar el mes pasado sus cartas credenciales al presidente de la República,  Salvador Sánchez Cerén, asumió el reto de explorar una nueva cultura.

El funcionario israelí, ha desarrollado la mayor parte de su labor diplomática en Europa y África, por lo que conocer de El Salvador, su primer destino en América, le resulta interesante.

Bar El realizó una visita de cortesía a Diario Co Latino, donde conversó sobre diversos temas,  como las  nociones que tiene de Centroamérica y en específico de El Salvador; la cooperación que su país tiene proyectada y también sobre las elecciones que se realizan hoy en Israel.

Además, el nuevo embajador habló sobre el tema con Palestina y también sobre su valoración sobre el proceso electoral que vive El Salvador.

 Bar El no pasó desapercibido el clima tropical, característico de la región,  así como la gastronomía salvadoreña, que cautivó su paladar con las tradicionales pupusas y el atole de elote.

– ¿Embajador, cuándo llegó a El Salvador?

Hace un mes. En Febrero aún Estaba en España. Mi trabajo allí fue en la segunda jefatura, el número dos de la embajada; allí tenemos una embajada amplia, grande, pero me gustó mucho el cambio, sobre todo, el clima de El Salvador, porque hoy en día en Madrid es muy frío, es invierno y entonces el paso al clima más o menos mediterráneo me da mucho gusto.

¿Cuánto tiempo estuvo en España?

Tres años. Pero ahora tengo que aprender mucho más de Centroamérica donde nunca había estado.

-¿Antes de España dónde estuvo?

En Francia. Empecé en África, entonces conozco muy bien África Central. Para mi estar en Centroamérica es un descubrimiento, y bueno, tengo que aprender muchas cosas, sobre todo,  cómo funcionan las instituciones, las relaciones entre los países, en diferentes niveles de integración. Centroamérica no es como la Unión Europea, pero no es como en el Medio Oriente, que cada uno por lo suyo. Entonces es interesante.

– ¿Qué nociones, desde el mundo diplomático había tenido sobre El

Salvador y Centroamérica?

Lo que yo sé sale de la experiencia israelí, y desde mucho tiempo hay una amistad, una cercanía. Hay diferentes razones para explicarlo, por el pequeño, tamaño del país, una historia dolorosa, una amistad de raíces bíblicas, digamos una cercanía.

Durante muchos años, seguimos haciéndolo ahora, hay una actividad de cooperación bastante amplia, eso también es parte de nuestra ideología, nuestra visión diplomática, de compartir con otros países nuestra experiencia y aprender también.

Israel es un país muy interesante en diferentes ámbitos; en asuntos de desarrollo tenemos cosas que son muy avanzadas, en sectores como agricultura, todo lo que es tecnología, el avance es muy grande.

Pero al mismo tiempo, hoy por ejemplo tenemos una situación que no hemos tenido antes, que es la desigualdad que ya hace unos veinte, treinta, cuarenta, cincuenta años Israel era un país  como sociedad muy  igualitario, pocos ricos pocos pobres, pero la mayor parte eran casi los mismos. Si conocen un poco la historia  del Kibutz, que eran comunidades dentro del mismo país.

– ¿Eso se ha ido perdiendo?

Ahora es como sociedad… un mercado abierto capitalista, ultraliberal.

Ganamos en la riqueza pero perdimos en este sentido de la cohesión social, lo cual tenemos que tratar y es todo un desafío. Eso va a ser un desafío hoy que vamos a  las elecciones, porque los candidatos también hablan de cómo podemos mejorar la situación. Permitir, sobre todo a los jóvenes adquirir un apartamento. Ahora es muy caro comprar un piso en Israel; es mucho más caro que en Madrid por ejemplo. En España el problema más común es el paro (desempleo), pero comprar un piso no es problema. Hablo de la situación de los jóvenes, quienes tienen este problema de encontrar un empleo y por eso emigran para buscarlo fuera de España.

En Israel es al contrario, empleo es casi pleno; tenemos el nivel desempleo entre 5 o 6%, es algo estructural, casi nada. (…) Pero para nosotros este problema de comprar piso es nuevo, por eso sentimos que tenemos que hacer algo, no de imponer política económica socialista, es hacer un capitalismo más humano.

-¿Hay muchos teóricos que cuestionan la posibilidad de que el capitalismo se humanice, porque por naturaleza es deshumana?

No sé. Lo que si puedo decir eso es en parafrase como lo que decía

(Winston) Churchill sobre democracia, que dentro de todos los otros modelos económicos el capitalismo es el menos peor. Pero vivimos en un mundo que se cambia, y cada siglo, cada generación tenemos que

mejorar las cosas. Ahora el desafío es cómo darle al capitalismo esta cara humana. Es interesante, porque al mismo tiempo queremos preservarlo y tenemos que admitir que el capitalismo es un útil muy fuerte para hacer avanzar las economías de las sociedades.

– ¿Cuándo son las elecciones en su país, embajador? ¿Cuál es el partido con más posibilidad de ganar?

Mañana (hoy). Sin ser comentarista, porque soy diplomático, hablamos de un empate. El sistema electoral israelí es completamente proporcional. Es un sistema parlamentario, es decir, no es el presidente el que gobierna el país, por eso no elegimos el presidente sino que elegimos el parlamento. Es el parlamento el que elige quien será el primer ministro; es más parecido al modelo británico, italiano, y menos al modelo del  continente americano o francés. Ahora es claro que ninguno va sacar la mayoría. Incuso, ni la mitad de la mayoría, entonces el cuarto de los votos eso es lo mejor que pueden esperar los dos grandes partidos.

– ¿Cuáles son los grandes partidos?

Está el partido en el poder, el Likud (partido de centro derecha),

liderado por el Primer Ministro, Benjamín Netanyahu; el segundo es el partido Laborista Israelí (centro izquierda), liderado por Isaac Herzog, y su acompañada  Tzipi Livni. Yo no digo tampoco grandes partidos, sino que son los más grandes. Cada uno de ellos, según los sondeos, no van a tener mayoría de votos y serán obligados a negociar para fomentar un gobierno de coalición.

Aquí es un ejercicio largo, con muchos negocios. Tenemos 34 partidos que se representan en el parlamento, como es completamente proporcional podemos decir que la mitad si van a tener diputados. Un escenario político con 15 o 18 partidos, habrá mucha negociación. La gran ventaja del sistema político israelí es que es muy representativo, cada ciudadano que si podría elegir a alguien que es muy cercano a él, no es elegir entre dos grandes como en otros países, pero el inconveniente es que perdimos estabilidad, porque al final no sale un gran ganador con mayoría absoluta de parlamento (…). Tenemos muchos partidos y cada uno con su ideología. Desde partidos comunistas, pasando por partidos religiosos, partidos de derecha, de la gente de los asentamientos, y  con diferentes aspectos y miradas hacia las cuestiones sociales, económicas, políticas, religiosas, estatales.

-¿Cómo se está ventilando en la campaña el tema de Palestina?

El tema de Palestina tenemos que  mirarlo en dos ángulos: Uno, interno; la mayoría de los israelíes ya están de acuerdo con la solución con dos Estados para dos pueblos y la cuestión ahora no es, si o no el Estado Palestino, cómo podremos garantiza la seguridad de estos palestinos. Por eso no hay debate más grande dentro de los partidos políticos israelíes, de si o no, la cuestión es cómo.

Ahora hay que verlo desde el otro ángulo, que es el regional. Estamos en sociedad no tan democrática y no tan abierta a otros pueblos. En el Medio Oriente ahora hay movimientos que buscan erradicar el adversario; no de hablar, no de dialogar, no de vivir en paz, pero de erradicar.

Estos movimientos no miran a Israel como su enemigo porque luchan entre ellos y entre diferentes fracciones del Islam, con interpretación terrible del Islam, porque sabemos que eso no representa las aspiraciones islámicas.

El Islam, el Judaísmo y el Cristianismo, todos buscan mejorar la situación humana y aportar un sentido de paz, cada uno según su interpretación.

Pero el fenómeno del llamado estado islámico es de erradicar a todos los otros, incluso otros musulmanes. Ahora ellos matan a todos los cristianos en todo el Medio Oriente y eso es terrible.

Todo este escenario da mucho miedo al ciudadano israelí. Ve lo que pasa a su alrededor y no ve una manera creíble de dialogar o encontrar socios al otro lado.

Lo que si tenemos ahora y que veo como el eje de estabilidad en el medio oriente es el acuerdo de paz entre Egipto e Israel. Con Egipto tenemos muchos intereses comunes para estabilizar la región pero al mismo tiempo está Irán al otro lado que busca desestabilizar todos los gobiernos árabes para imponer sus aliados.

Irak casi funcionó, éste es un gobierno cercano de Irán; el Líbano, su gobierno legítimo no tiene poder, el poder está en manos de Hezbolá, que su milicia chií es financiada por Irán. Incluso, dentro de los palestinos que no son chií, son de la fracción sunita del islam, allí también hay grupos que son financiados por Irán, por el mismo sentido de desestabilizar la zona y debilitar Israel, Egipto y Jordania.

El ciudadano israelí de un lado quiere tener un estado palestino porque eso va a garantizar una situación más estable entre Israel y sus vecinos, pero al mismo tiempo está consciente de lo que pasó en Gaza, donde hemos decidido evacuar completamente; no hay ningún asentamiento, ni un soldado israelí. El problema es que el movimiento terrorista Hamás luchó contra el Fatah.

– ¿Qué proyectos trae para El Salvador?

Con humildad diría que quiero seguir el paso de mis antecesores. Seguir desarrollando todo el sistema de becarios que ofrecemos a los salvadoreños. Ofrecemos diferentes cursos en cómo fomentar pequeña y mediana empresa, el empoderamiento de las mujeres, salud, educación, agricultura. Israel normalmente no aporta dinero. Nosotros no hacemos grandes proyectos en diferentes países, primero por el pequeño tamaño de Israel y también porque ya hay otros países que lo saben hacer mejor que nosotros.

Lo que si ofrecemos cuando llegamos a los países nuestros es conocimientos, cómo hacer las cosas. A veces hay proyectos, pero hay que saber cómo manejarlos, su infraestructura y hay que saber cómo manejarla.  Ese es el aporte israelí.

También será de mi interés personal, identificar cuáles son los sectores de actividad económica en El Salvador donde un aporte de la tecnología de Israel podría cambiar las cosas.

Un sector que han tenido mucho éxito mis antecesores es el lechero, es un sector que hoy funciona muy bien. Hace muchos años este sector recibió una ayuda muy importante de Israel para crecer y llegar  a la situación actual.

Esta es una muestra de la contribución israelí a largo plazo.

– ¿Sobre las elecciones, cómo las ha visto?

Yo participé como observador. Vi un proceso muy tranquilo, muy cordial, aunque un poco complejo si lo comparo con el de Israel. Allá tenemos una papeleta, aquí he visto tres, una muy grande. Lo que si hay que esperar resultados finales. Entiendo que hubo problemas técnicos, ahora diferentes partidos tienen diferentes modos de ver las cosas. El grupo de los embajadores que están aquí en El Salvador hemos tenido reuniones con el FMLN y ARENA, para aprender de cada partido su modo de ver las cosas. Lo más importante es tener confianza y respetar los resultados.

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