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Saúl Martínez
Colaborador
@DiarioCoLatino
Entre niños que piden caramelos a los nazarenos, quienes encabezan la procesión de la Virgen de Dolores este Martes Santo, así fue el inicio del recorrido que salió de la parroquia Nuestra Señora de Dolores, en los alrededores de Sevilla, España.
Ubicarse sobre las distintas calles para ver el recorrido de la imagen, adornada por múltiples sirios blancos, por más de 16 horas es un acto de amor y fe para cada feligrés.
Yolanda Pérez, quien se abocó desde las 11:30 de la mañana a ver la procesión comentó que en Sevilla las personas son muy devotas, los actos religiosos enriquecen la educación que los padres inculcan a los hijos desde temprana edad, pues asisten familias enteras.
«En Semana Santa, todo mundo sale a la calle, hay personas que hacemos promesas, no importa lo largo que sea el recorrido, ni la cantidad de horas que esté tenga, ya que el amor a la fe prevalece en cada día de la Semana Mayor» sustentó Pérez.
Agregó que luego del confinamiento por el COVID-19 los sevillanos «lloraron» toda la semana, ya que no pudieron vivir el fervor.
A su paso por las distintas calles, muchos de los presentes aprovechan a expresar diversas plegarias a la imagen de la Virgen de Dolores, así también dan un breve toque a la urna y se persignan en nombre de las tres divinas personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
