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En Caruaru, noreste brasileño, el pueblo también ocupa las calles contra los recortes del dinero de la educación promovidos por el gobierno de Bolsonaro. ‪[‬André Vieira‏ ‪@AndreteleSUR‬]

Estudiantes y trabajadores brasileños a las calles en defensa de la educación

TelesurTv / Prensa Latina / AFP / RT

De norte a sur, cientos de miles estudiantes, docentes y trabajadores, se movilizaron el jueves en Brasil para protestar contra el recorte en educación impulsado por el Gobierno de Jair Bolsonaro.

La movilización convocada por la Unión Nacional de Estudiantes con el respaldo de movimientos sociales y sindicatos, rechaza un recorte de 30 por ciento en el presupuesto discrecional de las universidades federales y el bloqueo de becas de investigación anunciado por el gobierno.

Bolsonaro en su ofensiva contra ‘el marxismo cultural’ autorizó ese recorte del presupuesto destinado a las sedes universitarias del país y que incluye no otorgar recursos para servicios básicos como agua, gas y electricidad.

También son afectados el transporte escolar, las becas, los postgrados y estudios científicos.

El gremio señala que la propuesta de reforma de la Previdencia del Gobierno Bolsonaro también amenaza el derecho a la jubilación y favorece el sistema financiero.

Desde tempranas horas medios locales y a través de la red social de Twitter con la etiqueta #30MpelaEducacao se reseña cómo están las calles llenas de estudiantes y profesores alzando su voz para mantener una educación gratuita y de calidad en el país.

Estudiantes y profesores del municipio Limoeiro del estado de Pernambuco, ubicado en la región central de Brasil, mostraron su fuerza y dijeron que no a los recortes en la educación del Gobierno de Bolsonaro en este 30 de mayo.

«Los manifestantes han detenido la reunión legislativa del Consejo con el gremio», reseñó la cuenta de Twitter de Brasil de Fato.

Brasilia, Belo Horizonte, Salvador, Sao Paulo, Rio de Janeiro y muchas otras ciudades del país parecen arder hoy ante la efervescencia del pueblo que se sumó a esta protesta nacional.
También destaca que miles de personas ya se concentran cerca de la biblioteca nacional en Brasilia. Mientras que al menos 40.000 personas están las calles de el Salvador, estado Bahía.

Entretanto, una estudiante graduada en estadística de la Universidad de Brasilia (UnB), Barbara Costa, expresó que «el perfil de los estudiantes cambió en gobiernos anteriores, con el acceso de las mujeres y las personas de color. Estos recientes ataques son una reacción a los avances que hay en la educación».

Estoy aquí por todos aquellos que son de la periferia y merecen tener el derecho a estudiar, de tener una educación pública de calidad», dijo a la AFP Kaio Duarte, un estudiante de Servicio Social de 21 años, que participó por la mañana en la marcha en Brasilia, una de las primeras en arrancar.

«Me preocupa que la próxima generación no tenga todos los derechos a la educación que yo tuve», añadió en la concentración que reunía a varios miles de estudiantes.

La movilización de hace dos semanas fue convocada contra los planes del ministro de Educación, Abraham Weintraub, de bloquear recursos, incluyendo el 30% del presupuesto no obligatorio de las universidades federales por la congelación de los gastos.

Ya durante las marchas de hace dos semanas, convertidas en el primer movimiento social de envergadura enfrentado por Bolsonaro, los estudiantes anunciaron su intención de regresar a las calles. No cambió su opinión la decisión del gobierno de liberar algunos fondos para la educación.

«Estuve en la Cámara de Diputados en una audiencia pública la última semana para tratar de argumentar con el ministro de Educación contra los cortes, pero él rechaza oírnos. Entonces tendrá que entenderlo a través de las calles», afirmó la presidenta de la Unión Nacional de Estudiantes (UNE), Marianna Dias, en un comunicado de la organización.

Pese a que Bolsonaro bajó ligeramente el tono del enfrentamiento con los estudiantes -pasando de calificarlos de «idiotas útiles» el día de las protestas a «inocentes útiles» durante una entrevista hace unos días-, el ministro de Educación volvió a culpar el miércoles a los profesores de estar «coaccionando» a los alumnos para que acudan a las protestas, en un mensaje publicado en las redes sociales.

Isabella Ribeiro, estudiante de Ingeniería Ambiental en la Universidad Estatal Paulista, explica por qué considera «imprescindible» participar de la protesta junto a sus compañeros: «Este es un país que posee muy malos índices educativos y que prefiere cortar aún más el dinero de un sector precario, en vez de, por ejemplo, gravar grandes fortunas y cobrar a los bancos su evasión de impuestos».

Además, acota que «las universidades públicas son las principales instituciones que producen investigaciones científicas en Brasil, contribuyendo al avance tecnológico del país».

Muy polémico por sus críticas al trabajo de las universidades federales y enfrentado a los colectivos de estudiantes, Weintraub aseguró igualmente que su cartera está «haciendo un esfuerzo muy grande para que el ambiente escolar no sea perjudicado por una guerra ideológica que perjudica el aprendizaje de los alumnos».

El pasado miércoles 15 de mayo se produjo una primera movilización masiva por estudiantes en diversos puntos del país, con el objetivo de repudiar el recorte que prevé ejecutar el Gobierno de Jair Bolsonaro sobre la educación. La movilización tuvo una gran importancia ya que es la primera muestra de rechazo a las políticasde Bolsonaro en las calles.

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