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Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino
El paso de la Tormenta Tropical Julia en el territorio nacional no solo dejó a su paso 10 muertos, un mil albergados, inundaciones, anegamientos, derrumbes y el colapso de vías de comunicación y puentes, sino que dejó a la vista que el peligro continúa presente en las comunidades rurales y periurbanas de El Salvador.
Esmeralda Villalta, lideresa de CRIPDES, Tecoluca, San Vicente, manifestó la preocupación de más de 3 mil habitantes en el Bajo Lempa, tras el paso de la Tormenta Julia, que golpeó más el oriente del país, el pasado fin de semana y el lunes pasado.
“Estamos preocupados por los 7 puntos críticos que tiene la borda, que es el medio de protección que resguarda las familias del Bajo Lempa. Hemos venido haciendo diversas denuncias sobre el deterioro que la borda ha tenido y no hemos sido escuchado por las entidades responsables del gobierno para intervenir en esta situación”, alegó Villalta.
Para la lideresa, el paso de la Tormenta Tropical Julia no ha terminado, porque el “riesgo es latente” de inundaciones es real por la falta de infraestructura que les permita prevenir este tipo de anegamientos.
Además, hay que sumar el peligro que representan las descargas de la presa 15 de Septiembre, que ha llevado a niveles críticos el límite de defensa de la borda que impide que el río llegue a las comunidades que suman alrededor 22 asentamientos humanos en el municipio de Tecoluca, San Vicente. “Son más de 3 mil habitantes que estamos en riesgo latente por las descargas de la presa 15 de septiembre, aunque las lluvias disminuyan, estamos en incertidumbre por algún desbordamiento. Por eso estamos realizando monitoreo constante porque estábamos recibiendo cada hora y media altas descargas de CEL”, señaló.
“También, tenemos el otro problema de los asolvamientos en los drenos que llevan aguas del río al mar. Lo que disminuye la ayuda para proteger a los habitantes de esta zona. Por esta razón, estamos demandando del gobierno que interponga sus oficios, y la municipalidad, y reconocemos al alcalde que acompaña las comunidades y organizaciones, para que sigamos sumando esfuerzos para mantener a salvo a estas familias”, agregó Villalta.
Similar preocupación manifestó Arely Ulloa, presidenta de la Comunidad “Octavio Ortiz”, en cantón la Canoa Bajo Lempa, Jiquilisco, Usulután, quienes se encuentran trabajando interrumpidamente en el monitoreo del río Lempa desde el domingo 9 de octubre, por las lluvias intensas en la zona.
“Es una comisión de 20 personas entre mujeres y hombres que se encuentran evaluando el caudal del río y se ha notado que incrementó, siendo casi una amenaza inmediata”, afirmó.
“Se ha habilitado una iglesia para albergar a la población con prioridad a niñez, adultos mayores y mujeres embarazadas, el tamaño del lugar no permitiría que estemos todos y nos preocupa también que no contamos con colchonetas y víveres para atender a todas las familias”, dijo Ulloa.
La petición al gobierno del presidente Nayib Bukele, por parte de la lideresa de la Comunidad Octavio Ortiz, es clara: “un reconocimiento a la habilitación del albergue comunitario”, para recibir insumos como corresponde.
“No importa que nuestro albergue no esté administrado por la CEL o cualquier otra institución o lo está prestando alguna organización o instituciones. Lo que necesitamos es el apoyo que puedan brindar a la comunidad”, alegó.
“Le hacemos un llamado a las autoridades de gobierno, porque esto no es solo este momento de crisis por las lluvias, estamos hablando de los problemas de alimentación de los jornaleros que no van a trabajar por las inundaciones e igual para las mujeres que lavan ropa, porque no tendrán ingresos para subsistir, es una situación difícil, entonces, necesitamos apoyo en víveres, ropa y medicamentos en las comunidades”, sostuvo Ulloa.
Mientras, el reporte de Asociación Intercomunal de Comunidades Unidas para el Desarrollo Económico y Social del Bajo Lempa (ACUDESBAL), a través de sus redes sociales compartieron la situación de las bordas en las comunidades en las cercanías de la Bahía de Jiquilisco, Usulután.
Elmer Portillo, presidente de ACUDESBAL, recalcó que la falta de 4.5 kilómetros de borda en la comunidad Mata de Piña eleva el riesgo de inundaciones o anegamientos de hogares y terrenos de familias en las comunidades de la zona rural.
“Hacemos un llamado al gobierno a que hagan inspecciones para identificar los tramos que faltan de la bordas por la situación en que se encuentran a lo largo de esta y que hemos identificado tres puntos en Brisas del Mar (Babilonia), la Canoa y otras partes de la principal borda”, advirtió.
“Consideramos que hay necesidad -al cese de estas lluvias-, que hagan una inspección en el territorio sobre las filtraciones de las bordas y la intervención que hace falta en Mata de Piña que necesita 4.5 kilómetros de borda que no se han construido y se necesita para manejar posibles inundaciones”, acotó Portillo. En el occidente del territorio nacional la Red de Monitoreo Climático Comunitario (ROCC), con la participación de MESAMA, METSUTSO y UNES, presentaron un registro sobre los estragos de la Tormenta Tropical Julia, señalando la cantidad de lluvia acumulada en en estas áreas rurales.
Las dos estaciones pluviométricas en la Región Hidrográfica del Río Paz reportaron un registro de 90 milímetros de lluvia en Bola de Monte y en El Porvenir 100mm, señalando que las lluvias mayores a los 40mm son reconocidas como “altamente dañinas” para medios de vida y cultivos de la población.
“La región hidrográfica Río Cara Sucia -San Pedro Belén las 3 estaciones pluviométricas, señalan 32.1mm de lluvias, en El Roble 53.2mm y Guaymango 88.1mm, que ha impactado los medios de vida y cultivos”, señala la información. En cuanto al departamento de Sonsonate, reportaron que en el municipio de Acajutla los ríos Cauta, Metalío y Madre Vieja se desbordaron por las lluvias intensas, por lo que las comunidades están pidiendo atención inmediata del gobierno. Así también, la evacuación de 29 familias de las comunidades de El Astillero y Terraplén, que se encuentran resguardadas en la casa comunal.
Mientras, Izalco, Salcoatitán, Nahuizalco, y San Julián, las comunidades enfrentaron caídas de árboles, destrucción de sus inmuebles, incomunicación de vías de acceso, telecomunicaciones y deslizamientos de tierra y colapsos de puentes.
En el departamento de Ahuachapán, los daños registrados en el ROCC fueron en San Francisco Menéndez. Por la persistencia y fuertes lluvias, el municipio de Jujutla se enfrentó a una posible inundación por el desborde del río El Naranjo y Guaymango. Además hubo corte del servicio de agua potable y energía eléctrica por fuertes vientos y lluvias, y se mantienen aún sin esos servicios por lo que hacen un llamado a las entidades y autoridades a solventar esta situación.
Las autoridades de Protección Civil mantienen la “Alerta Roja”, y la evaluación del desarrollo de este sistema por la presencia de “lluvias intermitentes” en todo el territorio. No obstante, organizaciones ambientalistas han reiterado que estos estragos pueden prevenirse, de contar con una “gestión prospectiva, correctiva y reactiva de riesgos”, lo que significa planificación y organización de las autoridades gubernamentales junto a los actores sociales a nivel nacional.
