Página de inicio » Editorial » En el Día Internacional del Trabajador, el pueblo se tomó las calles

En el Día Internacional del Trabajador, el pueblo se tomó las calles

El ministro de Trabajo, y exdirigente sindical, Rolando Castro, dio a entender a través de sus declaraciones del jueves pasado, que si los trabajadores y los movimientos populares participaban en la marcha de este uno de mayo, con motivo de celebrar el Día Internacional del Trabajador y la Trabajadora, podrían ser capturados, dado que El Salvador, por órdenes del presidente Nayib Bukele, vive en un Estado de Excepción.

Pero el Estado de Excepción no fue el único argumento que esgrimió el ministro y exsindicalista Castro, sino que acusó de antemano a quienes marcharían, afirmando que “las personas que asistirán a la marcha a desarrollarse el primero de mayo como parte de la conmemoración del Día del Trabajador, irán para defender a las pandillas”.

“Los que están convocando a la marcha, (en) cualquier punto de partida, quedará claro ante la historia de El Salvador que son familiares, colaboradores y financistas de los grupos criminales (pandillas) de El Salvador”, dijo el funcionario ante los medios de comunicación. Por lo tanto, dijo Castro, se les debe de ver y describir “como lo que son, son grupos financistas, colaboradores o familiares de las pandillas en El Salvador”.

“Los que saldrán a marchar el domingo, son vinculados a grupos criminales, que están queriendo desnaturalizar el Día Internacional de la Clase Trabajadora por ir a defender las pandillas, (…) estos delincuentes serán capturados en cualquier momento y bajo cualquier circunstancia”, amenazó el ministro Castro.

Criminalizar a los trabajadores por salir a conmemorar el Día Internacional de la Clase Trabajadora, al vincularlos a grupos de pandillas, es sencillamente un acto criminal, una acción represiva que no solo debería ser condenada por los distintos sectores del país, principalmente los trabajadores, sino también por los organismos internacionales. El uno de mayo se estableció para conmemorar las luchas sindicales de las y los obreros de Chicago, y se fijó durante el Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París en 1889. Los también llamados Mártires de Chicago eran un grupo de sindicalistas que fueron condenados a muerte por su participación en una huelga, que inició el 1 de mayo de 1886 en Estados Unidos con 200,000 trabajadores.

Es decir, el uno de mayo o Día Internacional del Trabajador es producto de la sangre y las luchas de obreros y obreras a escala mundial.

En un principio, las luchas de los trabajadores eran para establecer las ocho horas de trabajo, en vez de 12 o 16 como era regido a escala mundial.

En Estados Unidos, a pesar de que en 1968 se habían establecido las 8 horas la jornada laboral, las patronales hacían caso omiso de la ley, y por eso las jornadas de lucha de 1886.

El Salvador se ha destacado por un historial de lucha reivindicativa del movimiento obrero nacional. Y producto de esas luchas surgieron no solo importantes sindicatos, sino también federaciones sindicales muy importantes como la FUSS, FESTIAVCES, que hoy son solo parte de la historia, pero dejaron grandes legados en cuanto a reivindicaciones laborales.

Hoy la clase trabajadora en general, pero sobre todo los y las valientes que salieron a marchar, pese a las amenazas, tenían otros propósitos para salir a las calles. Por un lado, claro está, conmemorar el legado de los Mártires de Chicago, por el otro, la simple celebración del Día Internacional del Trabajador.

Además, para protestar contra los atropellos a la democracia en El Salvador, como el de criminalizar las marchas y hacer acusaciones falsas para llevar a cualquiera a la cárcel.

Los salvadoreños y los trabajadores están claros que los delincuentes deben estar presos, pero meter a cualquiera, aprovechándose del Estado de excepción, es reprochable.

Los trabajadores, en el Día Internacional del Trabajo, han protestado, además, por la carestía de la canasta básica, por las bajas pensiones, y la falta de empleos dignos. Pero, también, se ha protestado por el inmenso poder que tiene el presidente Bukele, que sólo ordena al Órgano Legislativo para que haga leyes a su medida, o al Órgano Judicial para que encarcele a los opositores del régimen. Y no digamos el uso y dominio que tiene de la Fiscalía General de la República, de la Fuerza Armada y la Policía Nacional Civil.

En este uno de mayo, la clase trabajadora también ha pedido el respeto al Estado de Derecho y de la incipiente democracia que inició tras la firma del Acuerdo de Paz, que puso fin a la guerra civil de doce años, el 16 de enero de 1992.

Ver también

¿Despertará la UES del encanto bukeliano?

Un alto porcentaje de los estudiantes de la Universidad de El Salvador aún reciben sus …