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La revista académica bajo el tema “El Salvador: Entre la guerra y la paz (1980-1992)”, fue objeto de un conversatorio sobre el contenido de la edición que reúne una serie de ensayos escritos por investigadores nacionales y extranjeros distribuidos en cinco secciones.
Esto para los editores es un aporte que da continuidad a lo hecho en un número anterior de la revista, que estuvo dedicado al tema “Memoria y conflicto armado salvadoreño”.
Joel Arriola participó con su ensayo que aborda un ciclo de protestas multisectoriales, ocurridas previamente al conflicto armado y que terminaron dando vida a grupos guerrilleros y organizaciones civiles de base.
Además, le acompañaron en el conversatorio Irma Serrano y Allan Martell, quienes conversaron con el historiador Israel Cortez que condujo el intercambio de opiniones frente a un público que se mostró muy interesado, informado y participativo.
Serrano y Martell aportaron a la publicación con un trabajo sobre las Fuerzas Universitarias Revolucionarias 30 de Julio (FUR 30), en el que también participa Ana María Murgas.
Los diferentes ciclos de luchas democráticas a lo largo del siglo XX, y las movilizaciones populares de la segunda mitad de siglo, se les considera como periodos de acumulación de fuerzas (recursos organizativos, experiencia política y formación de cuadros) para lo que se terminó convirtiendo en un conflicto armado, agregó Arriola. Ese planteamiento fue sustentado con la participación de los miembros de la Red de Exmilitantes del FUR 30, organización surgida a principios de 1975, en el seno de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) y tras ser disuelta en 1981, incorporó a muchos de sus miembros al movimiento guerrillero.
Es de destacar que la marcha universitaria de 1975, que incluyó a estudiantes de la UES y de la UCA, y terminó con una represión, es uno de los eventos que abordaron los panelistas al analizar el ambiente político y social del país previo a la guerra. Martell se refirió a ella como un “elemento catalizador para crear ese movimiento estudiantil”.
La audiencia aportó al conversatorio al opinar sobre el rol de las universidades: “La universidad para el pueblo es una universidad abierta para las capas populares, o sea para toda la población, con programas de estudio que tengan un sentido de conciencia social y para resolver los problemas nacionales desde una visión democrática, de progreso y para el bien común”.
Y compartieron experiencias sobre los acontecimientos: “en todo el 80, la represión fue tan fuerte e hizo que el movimiento popular se replegara, pero eso no quiere decir que la lucha se paró, la gente pasó a nuevas formas de lucha porque se vio que si seguían en manifestaciones las fuerzas de seguridad los estaban golpeando muy fuerte; entonces se pasó a las guerrillas”. Una mujer que se identificó como parte del movimiento estudiantil de la UCA, recordó: “teníamos una oportunidad de estudios políticos grande, nos sentábamos a estudiar, no éramos los locos y las locas revolucionarias, teníamos esa parte de estudio tenaz”.
Esta revista de Identidades surgió en 2011 dedicada a las ciencias sociales y humanidades. Es publicada por el Ministerio de Cultura bajo el sello de la Dirección General de Investigaciones, Acervos Documentales y Ediciones (DIGIADE). El próximo número, el trece, estará dedicado al tema “Género y feminismo en El Salvador y Centroamérica”.
