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Dos candidatos que simulan

Rigoberto Palma

En las campañas electorales de cualquier país, los candidatos de derecha se dedican a simular o fingir, o sea, a presentar como real algo que no lo es. La derecha simula porque nunca dirá que quiere los votos del pueblo para gobernar para los ricos. En la campaña electoral que se desarrolla en nuestro país, los principales candidatos de derecha no paran de simular.

El candidato de ARENA pide que no lo juzguen por los errores de su partido. No menciona esos errores, pero a lo mejor se refiere a los 152 casos de corrupción durante los gobiernos de ARENA que la Fiscalía se rehúsa a investigar; o tal vez se refiera a la dolarización, que se impuso bajo la promesa de que habría dos monedas y desaparecería la pobreza. Pero Calleja simula, ya que por su origen social no puede ser diferente a sus tutores. Además, en su partido dirigen los que se robaron el abono japonés, la donación de Taiwán, los bancos y otras empresas públicas.

El señor Calleja calificó de “especulación” el hecho verídico de que el ex Mayor Roberto d’Aubuisson, fundador de ARENA, asesinó a Monseñor Arnulfo Romero, quien fue declarado Santo por el papa Francisco. Calleja también afirmó que “el 14 de octubre, mi esposa y yo estaremos celebrando que vamos a tener un santo”. Pero el informe de la Comisión de la Vedad de 1993 demostró que d’Aubuisson le ordenó a un criminal bajo su mando asesinar a Monseñor Romero. Si Calleja defiende al líder espiritual de su partido y dirigente de los escuadrones de la muerte, su pose de romerista es fingida.

En un documento del Vaticano titulado “Congregación para la Causa de los Santos, San Salvador en América, Declaración A Cerca del Martirio del Siervo de Dios, Oscar Arnulfo Romero, Arzobispo de San Salvador en América, Asesinado por Odio a la Fe el 24 de marzo de 1980, Posición A Cerca del Martirio que tiene la Iglesia”, se asegura que “…sobre el odio profundo de la derecha oligárquica por Romero no puede haber duda alguna (…) se veía a los opositores de la oligarquía como enemigos de la patria. Más tarde, estas mismas ideas políticas serían las del partido de derecha, ARENA…”. Ese partido, despreciado por el Vaticano, es el que postula a Carlos Calleja, quien se dice católico pero niega la declaración del Vaticano.

Muy a tono con el estilo fingido de Calleja, su compañera de fórmula, Carmen Aída Lazo, afirmó que si ganan las elecciones romperán relaciones con la “dictadura” que gobierna en Nicaragua. Su simulación es total. Es obvio que si llegaran a ganar no harían lo que dicen. Pero lo más importante es que mientras el FSLN liquidó la dictadura de Somoza, democratizó a Nicaragua y redujo a la mitad la pobreza en ese país, el partido que postuló a Carmen Aída, el PCN, fue el instrumento electoral de las dictaduras militares de 1962-1979. Además, ARENA, que también la postula en su boleta, apoyó los golpes de Estado al expresidente Hugo Chávez, en 2002, y al expresidente Manuel Zelaya en 2009. La candidata que se autoproclama “demócrata” está al servicio de lo peor.

El otro candidato de derecha, el de GANA, se autodefine como un político democrático, pero el agrupamiento Nuevas Ideas, que en un principio respaldó su candidatura, es de su exclusiva, donde nadie se le puede oponer porque sería como contradecir a un ser divino. Cuando andaba con ese experimento dijo que ningún otro partido podía ser un vehículo para sus aspiraciones, pero luego se pasó a Cambio Democrático, donde se autoproclamó candidato a la presidencia sin que nadie lo eligiera, y finalmente terminó militando en GANA, el partido de los millonarios salidos de ARENA, entre ellos el expresidente Antonio Saca, quien admitió haber usurpado 301 millones de dólares.

Como a Bukele le avergüenza que lo vinculen con GANA, no aparece públicamente con los dirigentes de esa organización y pide que voten por una bandera sin color partidario. Sin embargo, como se hizo militante de GANA, es camarada de Will Salgado y de los millonarios que dirigen ese grupo. Además, creó a su alrededor una especie de hampa política.

Bukele afirma que tiene ideas nuevas pero plagió documentos de instituciones públicas para simular un programa de gobierno. Acusa de corruptos a los dirigentes del FMLN pero no presenta pruebas en la Fiscalía. Simuló ser amigo del FMLN cuando lo hicieron alcalde y provocó su expulsión del Frente porque no lo postuló a la presidencia. Su última ocurrencia es atacar a la Revolución Venezolana y pedirle el voto a la militancia del FMLN.

Pronto el pueblo escogerá entre la profundización de los cambios iniciados por los gobiernos del FMLN o el retroceso que significaría una victoria de la derecha, en su vertiente oligárquica o en la no oligárquica. Aunque los partidos de derecha no tienen programas, su propósito esencial es controlar el Estado para fortalecer a sus grupos económicos. Esperemos que el pueblo escoja bien.

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