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Corrupción de empresarios

Eugenio J. Ríos

Un alto empresario de este país me contó que la había retirado la amistad a Alfredo Cristiani, ex presidente de la república, porque su laboratorio Santa Lucía, ganaba la mayoría de licitaciones y vendía medicinas vencidas al Seguro Social y a los hospitales públicos.

El segundo motivo, porque en ocasión de celebrarse en San Salvador los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe, fundó rápidamente un restaurante de comida rápida y ganó la licitación para proporcionar alimentos a más de cuatro mil atletas, en menoscabo de no menos de seis establecimientos que habían participado en el concurso.

Lo traemos a cuenta porque desde el primer gobierno del FMLN se ha tratado de que la Asamblea Legislativa apruebe leyes para publicar la lista de evasores de impuestos y aplicarles penas de cárcel, sin embargo no se ha podido por la oposición de Arena o porque la Sala de lo Constitucional ha declarado inconstitucional los decretos y leyes aprobados.

La corrupción de los empresarios, como lo hemos visto  en el caso de Cristiani, no es sólo evasión de impuestos, sino también la violación de leyes laborales, venta de productos vencidos y otros mecanismos fraudulentos, como negar un aumento digno al salario mínimo de los trabajadores.

La corrupción privada es mucho más grande que la pública, lo más grave su incidencia en la existencia de la pobreza, impacta a los trabajadores y al Estado al privarlo de recursos para invertir en la salud, en la educación, en la infraestructura y en todos aquellos programas sociales en beneficio de la población.

No es nuevo esto, los antecesores de la actual oligarquía, lo vienen haciendo desde el siglo XIX, expropiando tierras, robando, evadiendo impuestos, violando leyes laborales, haciendo publicidad engañosa. La gente común y corrientes, los asalariados y consumidores no lo pueden hacer, como suelen defenderse los grandes empresarios, veamos porque:

1. Si una persona trabaja en una empresa y recibe un salario un salario de $600.oo al mes, le descuentan el 10% o sea $60 por el impuesto sobre la renta. Si compra alimentos en un comercio paga 13% de IVA. Si compra cigarrillos cancela un tributo para financiar FOSALUD.

Lo reiteramos son los empresarios quienes evaden impuestos: no declaran todas sus rentas, no trasladan al Estado el cobro de impuestos que hacen de sus rentas al consumidor final y del descuento de los salarios. Y no son los micros ni pequeños, pues estas no le colocan impuestos a los bienes y servicios que venden, ya que la mayoría de ellas no son agentes de retención fiscal.

En 2002 la evasión de la renta empresarial y de IVA fue de $2,559 millones; en 2006, el embajador de Estados Unidos en El Salvador, Douglas Barclay, reveló que los grandes empresarios se quedaban con el 39% del IVA cobrado y con el 59% de la renta por sus ganancias. En ese año la evasión de esos dos impuestos fue de un mil 778 millones de dólares.

En 2009 cuando Arena entregó el gobierno al FMLN, las grandes empresas evadían impuestos por un mil 866 millones de dólares. El Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) establecieron que la evasión del IVA era del 38% y de la renta empresarial del 47.7%.

Los patrocinadores del partido Arena nunca le han jugado limpio a este país, son fundadores de empresas y generan empleo; pero no dejan de cometer delitos con el contrabando, la evasión del IVA y de la renta y por supuesto negarse a pagar un salario mínimo digno a “sus” trabajadores.

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