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“Ayuda humanitaria”: Caballo de Troya

Carlos Girón S.

Es una tremenda vergüenza, el que un congresista se reduzca a la condición de caballo -aunque con esta comparación se ofenda a este noble hermano menor tan servidor del hombre- con el propósito de perpetrar la alta traición que viene maquinando junto a sus titiriteros, contra la Patria de Bolívar, convirtiéndose en un Caballo de Troya para deslizarse furtivamente en territorio venezolano y querer sorprender a sus dirigentes legítimos.

Como es bien sabido y según la historia, el Caballo de Troya fue un subterfugio con forma de enorme caballo de madera (se menciona en el relato de la guerra de Troya) que fue usado por los griegos como una estratagema, para introducirse en la ciudad fortificada de Troya. Incautamente los troyanos introdujeron el caballo dentro de los gigantescos muros de su ciudad, sin sospechar que en su interior se ocultaba un buen número de soldados enemigos, quienes durante la noche salieron del caballo, mataron a los centinelas y abrieron las puertas de la ciudad para permitir la entrada del ejército griego, lo que provocó la caída definitiva de Troya. Homero menciona en su obra Odisea, ese episodio del Caballo de Troya.

En nuestros días vemos cómo ese pobre congresista Juan Guaidó, se ha autoproclamado un subterfugio como aquel de Troya -sin imaginar ni sospechar la gravedad del papel de Judas Iscariote- que está encarnando en contra de la tierra que lo malparió.

Todo el mundo ve claro que la “ayuda humanitaria”, que ese Judas pretende introducir por la fuerza a Venezuela es un verdadero Caballo de Troya. Con los paquetes de comida –migajas- que entrarían para repartir a los “muertos de hambre que tiene Maduro”, irían armas y soldados disfrazados de “voluntarios” para abrir la punta de lanza a una invasión a gran escala al territorio venezolano, entronizar al aguado Guaidó en el poder para que éste les entregue los ricos pozos petroleros, de gas natural y otros valiosos recursos naturales. Este es el último y único propósito de la escalada difamatoria y bélica contra el Gobierno constitucional de Nicolás Maduro.

También en un Asno de Troya se ha convertido ese fulano: Iván Duque; vergonzoso presidente de Colombia, pues igualmente está prestando el territorio de su país para el acopio de las vituallas (y armas) para que pudiera materializarse la invasión militar fraguada por el traidor Guaidó con sus titiriteros -elementos de la oposición al gobierno legítimo de Maduro, enquistados en Miami, que  supuestamente han recabado la “ayuda humanitaria”-. El Judas se ha desplazado desde el súcubo donde se mantiene en Estados Unidos hasta la frontera colombiana con Venezuela para adentrarse por la fuera a suelo venezolano, seguido de contingentes de mercenarios.

Recuérdese que desde el primer momento, el presidente Maduro ha rechazado esa “ayuda humanitaria”, considerándola “comida podrida” y para impedir su ingreso furtivo ha reforzado las fronteras de Venezuela con Colombia, enviando batallones de las Fuerzas Armadas Bolivarianas, cuyos altos mandos han ratificado una y otra vez su lealtad al Gobierno legítimo de Maduro, jurando defender con su vida la del pueblo venezolano y la integridad y soberanía del suelo de su Patria. Con Brasil también ha cerrado temporalmente el tránsito terrestre en previsión de que pueda haber otro punto de peligro para el pueblo venezolano.

Pero este pueblo no va a aguantar hambre: tiene amigos sinceros y generosos que no quieren invadir su suelo para robarle sus cuantiosos recursos naturales. Rusia ya le ha mandado aviones con grandes toneladas de alimentos y medicinas, con equipos médicos, enviados por el Presidente Vladimir Putin, aliado y defensor del pueblo y el Gobierno Constitucional de Maduro. Así mismo están China, Cuba, Bolivia, Nicaragua, y muchos otros países, que igualmente están del lado de la justicia y no dejarían perecer al pueblo venezolano.

No es broma: el conflicto desencadenado por el polichinela vendepatria Guaidó podría -Dios no lo quiera ni permita- llegar hasta desatar una guerra en gran escala. Podría comenzar con la penetración de tropas colombianas y mercenarios extranjeros a suelo venezolano ”apoyando la entrega de la ayuda humanitaria”, ante lo cual el ejército venezolano no se quedaría en sus cuarteles y protegería a su pueblo, sus fronteras, la integridad territorial y la soberanía nacional.

No se descarta que Bolivia, Cuba y Nicaragua -que ya lo han anunciado o insinuado- pudieran enviar contingentes militares en apoyo de los venezolanos. ¿Y Rusia y China (…)? los gobiernos de ambos países han estado y siguen pendientes y preocupados de la evolución de este caso que ha sido provocado por poderosos intereses foráneos,  con el claro, único y ulterior propósito de derrocar al Gobierno legítimo y constitucional para luego asaltar los grandes pozos petroleros del suelo bolivariano. Todo eso, señores, sería la obra diabólica de ese moderno y detestable Caballo de Troya, Juan Guaidó, aupado por otros asnos iguales a Iván Duque, el chileno Sebastián Piñera, el paraguayo Mario Abdo Benítez y el jamelgo uruguayo Luis Almagro.

En estos momentos, la ONU debería convocar de urgencia a los gobiernos miembros para tomar una pronta acción positiva y concreta para evitar una invasión militar a Venezuela, en aras de la Paz, no sólo regional, sino también mundial…

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