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Ficción y Finanzas

Orlando de Sola W.

Las finanzas, ambulance según los que se dedican a eso, advice son para hacer valer el dinero, drugstore o hacerlo que valga mas. Son para que las cosas valgan mas, no las personas. No toman en cuenta que el valor es subjetivo y no depende del precio, sino del aprecio. Hacer que con finanzas el dinero y las cosas valgan mas, por consiguiente, puede resultar oneroso.

Las finanzas dependen de la contabilidad de doble partida, una técnica inventada hace siglos para ordenar y contar riqueza. La lectura e interpretación de los cuadros que resultan de la técnica contable es importante, principalmente el Balance de activos y pasivos, que compara riqueza y deudas, así como el Cuadro de Resultados, que compara ingresos y egresos.

El método contable se aplica a empresas, incluidos los gobiernos, y a personas naturales. Pero una simple anotación puede cambiar los resultados a favor, o en contra, de una gestión administrativa. También puede cambiar el valor de la empresa. Por eso los gobiernos exigen a los contribuyentes individuales y empresariales una auditoría externa que certifique la veracidad de los cuadros presentados.

Las finanzas se expresan en dinero, que también es ficción. El dinero tiene tres funciones, que son: medio de intercambio, expresión de valor y método de atesoramiento. Eso explica porque ya no cambiamos conchas por plumas, como antes, o frijoles por maíz. También explica porque decimos esa casa vale tantos dólares, antes colones, en lugar de decir vale tantos carros, o carretas.

Cuando los gobiernos manipulan el dinero para financiar sus deudas, este pierde su valor y se vuelve poco confiable para atesorar riqueza. Esto es evidente cuando comparamos su poder adquisitivo antes y ahora. Esa constante devaluación, o desvalorización, se debe a la inflación monetaria que todos los gobiernos, incluido el de Estados Unidos, practican, al emitir dinero inorgánico, sin respaldo, como los Letes y Cetes que el gobierno salvadoreño emite para aliviar su iliquidez, que es de todos.

Hay personas naturales y empresas que gustan utilizar esos malabarismos financiero-monetarios para crecer, llegando a peligrosos extremos que pueden resultar en bancarrota. Pero lo mas pernicioso de las finanzas es que no valorizan las personas, sino las cosas. Y ese es uno de los mayores problemas de El Salvador, donde nos preguntamos, como en El Plebeyo, ese conocido vals peruano: “Señor, ¿porque los seres no son de igual valor?”.

El dinero es para las finanzas lo que la sangre para los humanos. La diferencia es que el dinero puede ser diluido, o sustituido con engaños, como la dolarización. Pero en la vida real, como en el citado vals peruano, “mi sangre aunque plebeya también tiñe de rojo”, a pesar que muchos creen tenerla azul, por superioridad. En el visible inframundo del dolor y la miseria, sin embargo, nadie contabiliza, ni financia la escasez, ni el sufrimiento.

En el gélido mundo de las finanzas no hay compasión ni misericordia, solo hipocresía y cinismo con números fríos, ahora mas que antes sujetos a manipulación. Con un impulso electrónico un genio de las finanzas puede premiarse a si mismo y a sus amigos con ganancias extraordinarias provenientes del engaño en la bolsa de valores, donde se transa codicia y avaricia, además de arrogancia y envidia. Ese mismo impulso electrónico que sirve para premiar a unos pocos especuladores, puede significar el menosprecio y la muerte de millones de personas que no habitan en el ciberespacio financiero, sino en la tierra. Por eso hay que cuidarse de las ficciones financiero-monetarias, tanto públicas como privadas, pues tienden a desvalorizar nuestro ser, hacer y tener, que después de confiar, esperar y amar son los verbos mas importantes de nuestra humanidad.

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