Torturas fueron «mucho peores» que lo admitido por la CIA (Senado de EEUU)

Washington/AFP

Las torturas utilizadas por la CIA contra sospechosos de pertenecer a la red Al Qaida fueron «mucho peores» de lo admitido hasta ahora, cialis sale y la agencia ocultó información clave al Congreso y la Casa Blanca, medical afirma un informe del Senado estadounidense divulgado el martes.

En la introducción del documento, la senadora Dianne Feinstein, líder del Comité de Inteligencia, no dejó dudas sobre el resultado de las investigaciones: «es mi conclusión personal que, en cualquier acepción del término, los detenidos de la CIA fueron torturados».

El demoledor informe de 525 páginas, con numerosos párrafos cubiertos con tinta negra para ocultar información confidencial, es apenas una resumen de una versión de más de 6.000 páginas que se mantiene en secreto.

El texto toma mucho cuidado de utilizar la palabra «tortura» y prefiere el eufemismo de «técnicas reforzadas de interrogatorio», que había sido adoptado en el gobierno del presidente George W. Bush.

La CIA impugnó inmediatamente las conclusiones del informe, redactado entre 2009 y 2012. Una versión reducida del mismo, de 525 páginas con 2.725 notas, fue la que se divulgó el martes.

La comisión acusa a la agencia de inteligencia de haber sometido a 39 detenidos a técnicas de interrogatorio especialmente duras, aprobadas por el gobierno de la época, y que muchos asimilan a torturas.

El informe describe cómo los detenidos permanecían atados durante días en la oscuridad, sometidos a duchas heladas, eran privados de sueño durante una semana, golpeados y hostigados psicológicamente. Un detenido fue amenazado con un taladro. Al menos cinco sufrieron lo que el informe describe con el eufemismo de «rehidrataciones rectales».

Jaled Cheij Mohammed, presunto cerebro de los atentados del 11 de setiembre de 2001, fue sometido tantas veces al llamado «submarino» (inmersión forzada hasta el límite del ahogamiento) que estuvo a punto de morir durante los interrogatorios.

En reacción al informe del Senado, el abogado del ahora detenido en la base de Guantánamo, estimó que su defendido no debía ser condenado a muerte durante su próximo proceso ante un tribunal militar especial.

El entonces presidente George W. Bush fue informado en abril de 2006, es decir al cabo de cuatro años de los hechos, que los detenidos eran torturados en prisiones secretas de la CIA, reveló el informe.

El expresidente republicano «expresó su turbación» cuando descubrió «la imagen de un detenido encadenado al techo, encapuchado y obligado a hacer sus necesidades encima», se puede leer en la página 40.

«Ninguna nación es perfecta», declaró Barack Obama, quien en el pasado utilizó el término tortura para referirse a los «interrogatorios reforzados».

«Pero una de las fortalezas de Estados Unidos es nuestra voluntad de enfrentar abiertamente nuestro pasado, enfrentar nuestras imperfecciones y cambiar para mejorarnos».

Métodos eran «brutales»

El documento presentado afirma categóricamente que los métodos de interrogatorio aplicados por la CIA fueron «brutales y mucho peores» de lo que se había admitido hasta el momento.

Sin embargo, apunta el documento, esas torturas «no fueron una forma eficiente de adquirir información precisa u obtener la cooperación de detenidos», aunque la CIA insistía en la eficacia del sistema.

Al analizar los argumentos de la CIA sobre la eficacia de la tortura, el comité investigador «revisó 20 de los más frecuentes ejemplos de éxito antiterrorista que la CIA atribuyó al uso de técnicas reforzadas de interrogatorio, y llegó a la conclusión que estaban equivocados en aspectos fundamentales».

De acuerdo con la investigación, la CIA «no estaba preparada cuando comenzó a operar su Programa de Detención e Interrogatorio, más de seis meses después de haber recibido autorización para mantener detenidos».

El estudio del Senado también denuncia que la CIA «no condujo un conteo profundo o preciso del número de personas que detuvo, y del número de detenidos que no reunían el mínimo de condiciones de ser detenidas».

Además, los programas de «métodos mejorados de interrogatorio» fueron diseñados por dos psicólogos contratados. «Para el año 2005, la CIA dependía pesadamente de operaciones tercerizadas ligadas al programa», apunta el documento divulgado este martes.

A salvo de cualquier supervisión

El texto acusa también a la CIA de haber presentado «información incorrecta» entre 2002 y 2007 al Departamento de Justicia sobre el alcance y los efectos de la tortura, e impedir que el Congreso logre supervisar la aplicación de ese método de interrogatorio.

De esa forma, «la CIA impidió la supervisión por parte de la Casa Blanca y la toma de decisiones», añade el informe.

La propia administración del programa de interrogatorios por parte de la CIA «complicó, y en algunos casos impidió» la acción de otros departamentos del Poder Ejecutivo.

Un párrafo del informe también señala que «la CIA coordinó el filtrado de información clasificada para la prensa, incluyendo información incorrecta sobre la eficacia» de los interrogatorios bajo tortura.

Poco después de conocerse el documento, el presidente Barak Obama emitió una nota donde afirmó que la tortura era «contraria a nuestros valores».

El gobierno que debió diseñar una respuesta a los ataques del 11 de septiembre de 2001 enfrentó «opciones difíciles», apuntó Obama.

«Como ya he dicho antes, nuestra nación hizo muchas cosas bien en esos años difíciles. Pero al mismo tiempo algunas de la acciones tomadas eran contrarias a nuestros valores», apuntó.

Por ello, añadió, «he prohibido la tortura cuando asumí la presidencia».

Técnica ayudó a «impedir ataques»

A su vez, el director de la CIA, John Brennan, insistió este martes en que la aplicación de métodos brutales de interrogatorio ayudaron a prevenir atentados.

Brennan admitió que se cometieron errores, pero añadió que la revisión de los métodos iniciada por la propia CIA llegó a la conclusión de que esos brutales interrogatorios «produjeron inteligencia que ayudó a impedir ataques, capturar terroristas y salvar vidas».

Dirigentes del opositor Partido Republicano han cuestionado la conveniencia de la divulgación y el costo excesivo del informe (40 millones de dólares) para los contribuyentes estadounidenses.

Uno de ellos, el presidente de la comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Mike Rogers, dijo el domingo que la divulgación era «una pésima idea» y que «nuestros aliados nos dicen que provocará violencia y muertes».

Embajadas estadounidenses en diversos países fueron colocadas en situación de alerta ante eventuales reacciones a las revelaciones del informe.

Demandas y condenas

La reapertura de este capítulo negro de la «guerra contra el terrorismo» suscitó una ola de condenas en el mundo y en Estados Unidos.

El relator de  la ONU sobre derechos humanos, Ben Emmerson, pidió que se presenten demandas judiciales contra los responsables.

«Desde los niveles más altos de la administración Bush se ha orquestado una política que permitió (que se cometieran) crímenes sistemáticos y violaciones flagrantes de los derechos humanos» a escala internacional, declaró.

«Los responsables de esta conspiración criminal deben ser llevados ante la justicia», afirmó.

Sin embargo, el departamento de Justicia estadounidense indicó que el caso seguiría cerrado por falta de pruebas suficientes.

La organización británica de defensa de los derechos humanos Cage también exigió demandas judiciales. Afirmó que «hay (en el informe) pruebas evidentes que justifican las demandas judiciales».

El expresidente poloco Aleksander Kwasniewski, cuyo país albergó prisiones secretas de la CIA, declaró por su parte que los interrogatorios violentos por parte de la CIA en territorio polaco habían cesado tras las presiones de Varsovia en 2003, y que «al principio Polonia ignoraba que se estaba torturando».

En Estados Unidos el director general de la poderosa Unión de Defensa de las Libertades Civiles (ACLU), Anthony Romero, condenó «los crímenes atroces».

«Es un informe escandaloso y es imposible leerlo sin indignarse por el hecho de que nuestro gobierno perpetrara estos crímenes atroces», dijo.

Sin embargo, hay voces discordantes entre los republicanos. El senador John McCain, quien fue prisionero de guerra y torturado en Vietnam, saludó la difusión del informe. «La verdad es a veces difícil de digerir», dijo y que «a veces es utilizada por nuestros enemigos para hacernos daño.

Pero los estadounidenses tienen derecho a conocerla».

Ciento diez y nueve personas fueron capturadas y mantenidas en prisiones secretas de la CIA en diferentes países –nunca identificados–, muy probablemente Tailandia, Afganistán, Rumania, Polonia y Lituania entre otros.

Barack Obama abolió oficialmente el programa secreto de interrogatorios de la CIA a su llegada al poder en 2009.

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Fotografía: Reos en la base de los Estados Unidos en Guantánamo.

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