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Sin Unión no hay progreso

Lic. Ricardo Aquiles Díaz H.
(Economista y contador público autorizado)

I. ANTECEDENTES

Por siempre ha sido del conocimiento del ser humano que cuando se quiere alcanzar un mejor nivel de vida o alguna obra comunal, ampoule recipe como lo es una carretera, healing ambulance una represa para retener el agua y utilizarla en el hogar o en la agricultura, cure debe contarse con la colaboración de todos los vecinos, ya sea con su fuerza física o facilitando dinero o bienes para su utilización productiva. A nivel microeconómico, cuando se quiere formar una empresa que por su magnitud, una sola persona no puede conformarla, se ponen de acuerdo varios inversionistas o comerciantes y constituyen una sociedad mercantil, mediante una escritura pública y se forma una empresa con alto poder económico. Esta empresa genera utilidades, impuestos y empleo a sus codueños y permite el empleo directo e indirecto a otras personas que están fuera de ella, generando riqueza y bienestar para sus dueños, además de la demanda agregada que sin proponérselo, da movimiento a la economía nacional.

De esta forma, en los países se van formando numerosas empresas, cuyos propietarios buscan la obtención de utilidades para seguir invirtiendo y para sostener a sus familias en una forma cada vez más cómoda.

También entre la familia se forman sociedades de hecho que tienen los mismos propósitos. Estas sociedades, si no hay conciencia social, tienen el riesgo de cerrar cuando muere el líder; el negocio se termina y el resto de familiares tienden a reclamar su inversión, o lo que como herederos le corresponde.

Así como se ponen de acuerdo estos empresarios, también se han puesto de acuerdo personas que tienen visión de mejorar sus vidas en el futuro y han formado las cooperativas que en todo El Salvador existen.

Si lo anterior se ha logrado por un esfuerzo colectivo y se han visto los cambios que las personas protagonistas han experimentado y a la vez han contribuido para que otras personas de su alrededor progresen, qué bueno sería que toda la sociedad salvadoreña, a través de sus gremiales o representantes, se reunieran para el desarrollo de una agenda común con el objetivo de alcanzar mejores estándares de vida para toda la población salvadoreña. Aquí se propone una guía para establecer un plan de país, el cual debe ser bien conceptuado y aceptado por todas las fuerzas productivas de nuestro país. Entiendo que no pude enfocar todos los contribuyentes en este documento, pero bienvenidos sean todos los que quisieran colaborar en la elaboración del mejor camino para que salgamos del mismo círculo que no nos deja avanzar, para que la población pueda vivir en forma satisfactoria y ser un país ejemplar, no sólo en obtener la paz, sino alcanzar al menos la satisfacción de las necesidades primarias para vivir en una paz verdadera.

Todos somos complementarios en esta sociedad. Unos tienen los medios de inversión; otros tienen la preparación académica para vender sus servicios; otros, su fuerza de trabajo; otros, la experiencia en los negocios; otros, el desarrollo de los cultivos y crianza de animales domésticos y otros, los medios de comunicación para dar a conocer cómo avanzamos. En resumen, hay mucha gente con ánimo positivo y experiencia para el progreso. Así como se hace un plan de trabajo para una empresa, se puede establecer un plan de trabajo a nivel de país, en donde los departamentos de una empresa, estén representados por grupos de empresarios y grupos de trabajadores dispuestos, unos a invertir y otros a trabajar, bajo programas bien definidos, con sus objetivos y metas.  Con esto tendríamos una visión de país con solución para todos los problemas sociales.

Es conocido que la demanda efectiva es la que hace progresar al empresario. Esta demanda efectiva proviene solamente del trabajo y lo que se le paga al trabajador. El empresario debe conocer que sus ganancias aumentan con el crecimiento de los niveles de ventas y sus costos no dependen tanto, de cuánto le pague al trabajador, sino de cuán eficiente sean sus procesos de producción y de la aceptación de sus productos y servicios por los consumidores.

En América Latina, por costumbre y en muchos casos, las empresas se hacen crecer no sólo por el esfuerzo propio, sino también por pasar por encima de los demás o utilizando influencias en oficinas del Estado y en algunos casos de la empresa privada. Esto no es recomendable para ningún país que quiera crecer económicamente y solucionar sus problemas sociales, porque no hay competencia y ésta es la que promueve la creatividad.

Es impostergable, so pena de quedarnos como el país más pobre de Centro América, que los protagonistas del desarrollo económico se pongan de acuerdo y hagan un pacto sincero, en donde todos salgamos gananciosos de acuerdo a nuestras propias capacidades.

En el país se detectan los siguientes grupos como factores de la economía nacional: a) el Gobierno Central; b) los industriales; c) los comerciantes; d) los agricultores; e) los ganaderos; f) los colegios de profesionales; g) los trabajadores; h) el sistema financiero; i) los transportistas; j) las universidades y colegios privados; k) los medios de comunicación,  y otros más pequeños, pero no menos importantes. La Asamblea Legislativa y la Corte Suprema de Justicia tienen un papel de mucha importancia a desempeñar. Aunque las iglesias cristianas no son factores de la economía nacional, habrá que tomarlas en cuenta por su importancia e incidencia en el comportamiento y decisiones de la población.

Estos grupos deben formar cuantas mesas de trabajo sea necesario, para hacer un plan (maestro) de largo, mediano y corto plazo, bajo marco lógico. A cada uno de estos grupos lo acompañaría una dependencia del Ejecutivo que tenga funciones a desempeñar para la facilitación y mejora de las operaciones de este grupo.

Cada grupo establecería su plan de trabajo a largo plazo coordinado con el Plan Maestro, del cual se desprenderían los planes a mediano y corto plazo.

Habría una última mesa de expertos economistas, para integrar estos planes en un solo plan maestro de largo plazo, medible con las unidades de medida o indicadores, establecidos en el Marco Lógico. En el caso que haya de crear, modificar o derogar leyes, debe conformarse un equipo  de abogados que estaría trabajando en esta área.

En el financiamiento de este plan integrado de la economía habría que establecer lo que corresponde al corto, mediano y largo plazo; así como, lo que corresponde a financiamiento local y financiamiento extranjero.

El marco lógico nos revelaría un diagnóstico de los elementos que intervienen en el desarrollo económico, así como su incidencia que hasta hoy ha sido positiva o negativa, de donde se hará el plan positivo para abolir estos obstáculos.

El objetivo principal es alcanzar un desarrollo económico sostenido de al menos del 3% anual, lo cual requiere que se revisen, entre otros elementos: a) cuáles son nuestras ventajas competitivas como país; b) leyes de incentivos fiscales; c) leyes educativas; d) contenido de programas de educación media, tecnológicos y universitarios; e) cuáles han sido nuestros fracasos como país; f) contenidos curriculares de todos los estudios aprobados por el Ministerio de Educación, etc.

Habría que formar un equipo multidisciplinario de todos los que intervienen en la formación del plan, a fin de que se hagan las evaluaciones periódicas y hacer las recomendaciones para introducir cambios en pro del alcance de los objetivos comunes.

Caminando en esta forma, con un objetivo común a nivel nacional, el triunfo será de todos y el bienestar abarcará a todos los que trabajen. Si no se alcanzan los objetivos propuestos, no será por influencias internas sino del exterior, las cuales habrá que analizar y optar por  sobrellevar entre todos y formar un plan para prevenir o eliminar riesgos, convivir con ellos o compartirlos, si el caso lo permite.

El Salvador ha sido pionero de la integración centroamericana y sus leyes laborales, fiscales, municipales, institucionales, migratorias y de educación están preparadas para esa integración. Si alcanzamos nuestros objetivos, estaremos preparados para formar el bloque centroamericano de países integrados.

En la década de los sesenta del siglo pasado, El Salvador estuvo en la cima de las exportaciones intracentroamericanas, privilegio que se ha perdido en las últimas décadas, por problemas de carácter interno y que sólo nosotros los salvadoreños podemos superar.

Antes de pensar en la unión centroamericana, debemos preparar nuestro país con una integración interna vigorosa, comprensiva, tolerante, sincera y con mucha hermandad. Habrá que educar a las nuevas generaciones pensando en la superación salvadoreña. Tenemos la ventaja de ser el país mejor comunicado de Centro América, lo cual nos facilita cualquier comunicación interna o el desplazamiento a cualquier lugar del país, desde la Capital, en dos o tres horas.

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