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Camelia Cartagena, escritora y defensora de derechos humanos, presentó su libro Verdades Ocultas. Foto: Diario Co Latino /Cortesía.

“La ciudadanía puede resarcir moralmente a las víctimas”: Camelia Cartagena

Redacción Nacionales
@DiarioCoLatino

Camelia Cartagena, defensora de derechos humanos con una amplia experiencia en la “Pedagogía de la Memoria”, para crear las dinámicas y construir espacios para el resarcimiento moral de víctimas sobrevivientes de procesos de represión estatal, en la presentación de su último libro “Verdades Ocultas”, dice que ha querido retribuir a la dignidad de las personas que por motivos políticos o ideológicos, fueron víctimas de la persecución, tortura y encarcelamiento político.

“En 30 años de trabajar en instituciones como la CDHES y el IDHUCA, atendiendo a las víctimas de la tortura; los presos políticos, a los que iba a visitar en las cárceles, y con personas que fueron víctimas sobrevivientes de ejecuciones sumarias, desapariciones forzadas, me llevó a pensar que no solo era necesario luchar por ellos, en el momento de denuncia e investigación”, dijo en exclusiva en entrevista con Diario CoLatino.

– ¿Cuál ha sido su vida laboral en esos 30 años?

Comencé a escribir de la Memoria Histórica a partir de mi trabajo, desde 1980, en la Comisión de Derechos Humanos de El Salvador (CDHES) y luego me convertí en defensora de derechos humanos. Luego pasé en la Comisión para la Defensa de los Derechos Humanos en Costa Rica, era refugiada en ese país, porque fui perseguida política también.

Posterior, volví al país e ingrese a la UCA, en 1996, como documentalista porque mi profesión es bibliotecóloga, pero después Benjamín Cuéllar me puso en el área de educación y así fue como ingresé a trabajar sobre la Pedagogía de la Memoria. Donde escuché testimonios muy valiosos y este libro “Verdades Ocultas”, trata de esto.

– ¿Cómo fue en el IDHUCA este trabajo?

Cuando trabajé en la UCA, fue en la Reparación Psicosocial de las Víctimas, y me tocó trabajar con los miembros de COPES (Comité de Presos Políticos de El Salvador), desde seminarios y talleres, y en una oportunidad los escuché y algunos no se consideraban víctimas y eso me llamó la atención. Además, se ha escrito sobre las desapariciones forzadas, ejecuciones sumarias, pero nadie había tocado el tema de los presos políticos.

Y aunque la CDHES presentó un libro sobre la tortura en El Salvador , pero no estaba relacionado directamente a los presos políticos, entonces, tratando de indagar sobre lo que significa la tortura como Crimen de Lesa Humanidad, decidí trabajar “Verdades Ocultas”.

– ¿Por qué, Verdades Ocultas?

Es necesario que la gente conozca de estos testimonios y es difícil encontrar testimonios, porque habrá muchas personas que fueron sometidas a estos procesos de tortura, que no son fáciles de superar. Lo sé, muy bien, porque hay mucha gente que no quiere volver a relatar ese sufrimiento y mucho menos si hubo violación sexual u otro tipo de situaciones abusivas o denigrantes.

He escrito sobre la tortura del siglo pasado también, para hacer referencia que no solo ha sido una práctica en los años setenta y ochenta en nuestro país, sino que, ha sido histórica esta práctica de los gobiernos de torturar.

Por eso abordo la tortura que se dio en diferentes momentos de la historia del país y me refiero en la primera parte del libro al Siglo 19 (1811), investigué el proceso de tortura y persecución de los próceres, que en unos casos se ha exaltado su vida, pero no hay mayores datos sobre la práctica de la tortura y encarcelamiento.

– ¿Qué encontró de estas personas que fueron presos políticos?

Muchas de estas personas aun no han pasado por una reparación psicológica, por lo que se encuentran incapacitados de hablar sin quebrarse emocionalmente y esto debe ser atendido.

Tengo los testimonios de los más valientes y no era el propósito que fuera solo un libro testimonial, sino de investigación para hacer conciencia, para sensibilizar a la sociedad, Realmente ese es el propósito de este libro que esta trágica historia no se vuelva a repetir.

Yo les llamó “víctimas del sistema”, porque ha sido el sistema opresor, esa dictadura que hizo tanto daño causó a las personas que se involucraron en la oposición a esos abusos. Y que pagaron también personas que las consideraron sospechosas la dictadura. Arrasaron con dirigentes sindicales, líderes estudiantiles, líderes políticos, personas defensoras de derechos humanos, sacerdotes, todos fueron víctimas del sistema opresor.

– ¿Por qué incluir a los próceres?

Nunca se ha hablado de las cosas que pasaron a los primeros patriotas, que han exaltado como independentistas pero sin mayores datos que fueron víctimas de la tortura y porqué no hablar de eso, de estas acciones sistemáticas e institucionalizadas por parte de los diversos gobiernos.

Y para que el lector llegue a la conclusión que el pasado es importante para no cometer los mismos errores en el presente y futuro, el libro es una mezcla de investigación e historia, vivencias, es una reparación a la dignidad de estas personas.

– ¿Cómo puede la sociedad retribuir la dignidad de las víctimas?

Lo importante de la Pedagogía de la Memoria es que la gente hable y traslade su historia, su vivencia a más gente que duda, que no cree, no conoce o se resiste a creer y centrar la importancia al Estado.

La reparación la deben dar los ciudadanos y ciudadanas, un partido político en el poder desgraciadamente pueda que no lo haga, sin importar la ideología puede ser izquierda o derecha. Pero la gente si puede aportar para que estas víctimas sanen.

Porque educar es hacer conciencia -digo-, y todo lo hecho en materia de resarcimiento a las víctimas, han sido las víctimas sobrevivientes de la guerra, tenemos el mausoleo con 30 mil nombres de víctimas en el parque Cuscatlán, eso fue iniciativa de la sociedad civil.

En Arcatao (Chalatenango) se hizo un mausoleo, también 11 exhumaciones para enterramientos cristianos, fueron cosas tan significativas y preciosas a las víctimas, y ahí comenzó la reparación psicosocial. Y el Bosque de los Sonidos, en donde cada árbol del bosque lleva el nombre de la víctima, son cosas que se pueden hacer y honrar a las víctimas. Devolvamos a las víctimas su identidad, su dignidad y no esperemos que sean los gobiernos.

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