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EL MITO DE “UN NUEVO EL SALVADOR”: UN PROYECTO POLÍTICO DE UNA SOCIEDAD FALLIDA

Hugo Fajardo Cuéllar*

Sociólogo. Docente investigador UES.

El gobierno del partido político Nuevas Ideas, que asume la dirección del Estado de El Salvador, a partir del año 2019, y que impone la reelección inconstitucional de su presidente, para un nuevo periodo: 2024-2029, ha tenido como bandera política publicitaria la idea o consigna de la construcción de “Un nuevo El Salvador”. Esa idea constituye a la luz de un somero análisis sociológico un mito que busca posicionar en la mentalidad colectiva la idea de un nuevo pais, que se ha convertido en el más seguro, feliz y próspero de todo el mundo.

Sin embargo, ese mito, de un nuevo El Salvador, tiene como contrapartida la realidad de una sociedad fallida, en tanto que desde su inicio y cada día que pasa, el gobierno de Nayib Bukele encamina a la sociedad salvadoreña a un proceso de crisis generalizada en los diferentes aspectos de la vida social, política y económica, crisis que está adquiriendo las características de una sociedad fallida.

Partimos de la noción fundamental de Sociedad Fallida, como aquella sociedad en donde la dignidad humana en tanto sentido esencial de la existencia de toda persona y de toda sociedad, se ve constantemente amenazada y disminuida a consecuencia de un régimen de gobierno que anula de manera sistemática las normas fundamentales de una convivencia democrática e impone un sistema autoritario y dictatorial en donde impera la voluntad de un solo personaje y su elite de aliados por encima de los intereses y aspiraciones de las grandes mayorías populares. Dentro de ese contexto el proyecto gubernamental de:” Un nuevo El Salvador”, tal y como se está implementando desde la palestra pública del gobierno de turno, constituye un proyecto basado en una simbiosis o combinación de fantasía publicitaria y realidad autoritaria, es decir que al mismo tiempo que se impone la tiranía y la violencia de un gobierno déspota, se promueve la fantasía y la algarabía de un pais que pareciera ser el pais de las mil maravillas.

Este mito tiene muchas manifestaciones en la vida cotidiana, pero para fines de una fácil comprensión se destacan   tres dimensiones básicas de dichas manifestaciones: La  Económica, la Política y la Social.

EN LA DIMENSION ECONÓMICA.

La precaria situación económica de la población salvadoreña, siempre ha sido el déficit de los diferentes gobiernos de turno en El Salvador, y con la llegada del gobierno de Bukele dicha situación lejos de mejorar ha empeorado. Desde el primer periodo gubernamental la política económica del gobierno ha consistido en la continuidad de la aplicación de las políticas neoliberales, centrada en el endeudamiento del pais ante los acreedores financieros internacionales, principalmente el Fomento Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) para invertir en proyectos del gran capital, mientras que hay una drástica reducción de la inversión social.

En lo que va de los dos periodos de gobierno de Bukele, la precaria situación económica de los salvadoreños, sigue profundizándose como resultado del acelerado incremento del costo de la vida y los bajos salarios que devengan las grandes mayorías; Los cuales se mantienen estáticos sin experimentar un aumento acorde con ese alto costo de la vida. En tal sentido la situación económica esta fallida o negativa para los pobres y solo es bonancible y positiva para los ricos.

La política económica implementada durante los dos gobiernos de Bukele, bajo esa lógica neoliberal se ha centrado en la inversión millonaria en proyectos de infraestructura, sobre todo en la construcción de puentes, carreteras y algunas obras de modernización del Estado, como decir el Centro Histórico de San Salvador, el Aeropuerto Internacional, al Puerto de Acajutla, el Viaducto de los Chorros, entre otros, mientras que la inversión en las áreas sociales de beneficio para la población pobre como Salud, Educación, Agricultura y otras han sido recortados en sus presupuestos y disminuidos en su cobertura de a tención a la población.

EN LA DIMENSION POLÍTICA.

Desde la sociología y las ciencias políticas, se entiende por política, el arte o ejercicio del gobierno de una sociedad, por un grupo que, al llegar al poder del Estado, tienen en sus manos las riendas o conducción del destino de la vida de dicha sociedad, De ahí que la política constituye un asunto de gran trascendencia para la vida y el futuro de los habitantes de cualquier sociedad.

Así entendida la política, en El Salvador, esta ha sido históricamente un instrumento no para servir de manera directa, honesta y noble a las grandes mayorías; sino que, lamentablemente se convirtió en un instrumento de beneficio, y corrupción para los reducidos grupos de poder que llegan en cada periodo de gobierno a dirigir el Estado. De ahí que el eslogan publicitario del régimen de Bukele:” Hagamos historia, construyamos un Nuevo El Salvador”, no es más que una publicidad en beneficio de las nuevas elites del poder.

“Un nuevo El Salvador”, es la principal consigna o eslogan publicitario del régimen de Bukele y su grupo de poder, que tiene a la base todo un sistema de propaganda oficial que busca ideologizar a las masas alrededor de un proyecto de dominación que se vende mediante la mentira, como el pais más cool y seguro del mundo, como una sociedad moderna y democrática, como un pais con libertad de expresión, entre otras mentiras; mientras la realidad dice otra cosa muy diferente.

Contrario a es falsa realidad publicitaria, El Salvador se ha convertido con el actual régimen autoritario y dictatorial en un pais donde se violenta la libertad de expresión y se persigue y encarcela al que es crítico del gobierno, se encarcela a defensores de Derechos Humanos, se cierran espacios de discusión y participación ciudadana, se elimina la autonomía municipal, se cierran espacios de desarrollo para la juventud, se denigra con propaganda sucia a los partidos políticos de oposición, entre otros.

EN LA DIMENSION SOCIAL.

Es en las condiciones reales de la vida social, en donde se expresan las diferentes condiciones o situaciones económicas y políticas que se han mencionado anteriormente. Es decir, no es necesario hacer grandes análisis teóricos para entender y comprender la realidad de crisis, incertidumbre, y miedo por el que atraviesa actualmente la sociedad salvadoreña, como resultado de la implementación de un régimen de gobierno autoritario antidemocrático que tiene como pilar fundamental un régimen de excepción permanente que so pretexto de una supuesta seguridad tiene intimidada   a toda la población.

Como resultado de ese régimen autoritario que vive El Salvador bajo el régimen Bukeliano, estamos presenciando la destrucción acelerada del sistema democrático y la configuración de una sociedad fallida para las grandes mayorías. Es decir, se han aniquilado las bases que sostenían el antiguo régimen democrático y se están imponiendo de manera autoritaria y dictatorial las nuevas condiciones de una sociedad que solo beneficia a las nuevas elites de las minorías gobernantes y generan una sociedad fallida para las grandes mayorías populares.

Las actuales condiciones de la vida social en El Salvador, hablan por sí solas de esa sociedad fallida para las grandes mayorías: profundización de la pobreza, grandes despidos laborales decretados sin justa causa por el gobierno, reelección presidencial inconstitucional, sistemática persecución y encarcelamiento para los defensores de Derechos Humanos, destrucción del Estado de Derecho, persecución al periodismo crítico, prorrogas permanentes del Régimen de excepción como instrumento de control político contra todo tipo de oposición al gobierno, aumento de los reos políticos, desabastecimiento de medicinas en los hospitales, inseguridad financiera para los ahorrantes del sistema cooperativo, malversación de los fondos de pensiones de los trabajadores, entre otras condiciones.

En Síntesis y aunque el tema no se agota con estas reflexiones, hay que decir finalmente que pese a que El Salvador ha caído en las manos  de los destructores de la democracia verdadera, en donde pareciera que el actual régimen autoritario y dictatorial yegó para largo, hay que recordar que nada es para siempre, que  todo cambia, nada permanece y por tanto el pueblo salvadoreño tiene el gran desafío de unirse en la lucha para volver a un El  Salvador con verdadera paz, democracia y justicia social para todos y todas.

* El autor es Sociólogo, Abogado y Notario, Profesor en Ciencias Sociales, Master en Derechos Humanos y Educación para la Paz. Docente  a tiempo completo en la Universidad de El Salvador.

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