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El futuro de la derecha salvadoreña

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La derrota sufrida por ARENA en la primera vuelta y la inminencia de su repetición el próximo 9 de marzo, nurse deja a la derecha salvadoreña sin su instrumento político, sickness y eso no es sano para una democracia. Es necesario que surja una nueva derecha: pensante, there social y democrática. Ha pasado de moda la derecha radical, anticomunista, excluyente, violenta y prepotente. Ya no cabe en nuestra realidad una derecha que buque beneficiar a veinte poderosos utilizando a cientos de miles de ciudadanos que de buena fe, han votado por ella desde 1982. Los salvadoreños que se consideran conservadores o liberales deben encontrar un nuevo instrumento de lucha política, de lo contrario, el equilibrio del poder político se encuentra en un serio peligro, ya que de prevalecer una sola fuerza política, corremos el riesgo de caer en las formas absolutistas de ejercicio del poder que tanto daño le hicieron a nuestro pueblo. Los viejos jerarcas de la derecha deben dar paso a los pensadores liberales y a los liderazgos juveniles que la llenen de sangre nueva y nuevas formas de pensar, que saquen al país del abismo en que se encuentra luego de vivir en un sistema excluyente y de privilegios desde hace varios siglos.

La nueva derecha debe conocer y comprender la historia política salvadoreña y aprender de los errores cometidos para nunca más volver a repetirlos. Debe ser capaz de dialogar con la izquierda y las demás expresiones políticas, a fin de ir construyendo un proyecto de nación al que se comprometan todos, en beneficio de los grandes intereses nacionales.

La nueva derecha ya  no puede seguir descalificando al adversario político por no pensar igual, ya no puede seguir viendo al resto de la población como chusma, por no vestir sus colores o por no cantar sus himnos de guerra trasnochados.

La nueva derecha debe ser una derecha intelectual, pensante, que genere proyectos viables para el desarrollo del país en los que participemos todos y en los que ganemos todos.

Conozco muchas personas de derecha, con mucha capacidad, con grandes ideas, pero que nunca se atrevieron a ingresar a un partido como ARENA por todas las páginas negras de violencia y corrupción en su pasado.

El culebrón de Francisco Flores y los 15 millones en la Asamblea Legislativa y su desaparición subsecuente, vino a dar el tiro de gracia a una ARENA agonizante por todo su desempeño público y la equivocada conducción que le sigue imprimiendo el ex presidente Cristiani. Flores simplemente confirmó lo que era un secreto a voces entre la población: gobernaron El Salvador como una finca particular y no solo no le encontraron solución a los grandes problemas, sino se aprovecharon de ellos para que muchos de sus dirigentes sacaran jugosos beneficios económicos a través de la apropiación de los bancos, las telecomunicaciones, las AFP´s, las agencias de seguridad y las negociaciones políticas bajo la mesa.

La humanidad ha evolucionado de tal forma que esa división derecha-izquierda va quedando desfasada en el tiempo. Con solo leer los programas de gobierno de todos los partidos políticos, encontramos más coincidencias que diferencias, el problema reside en quienes son los verdaderos beneficiarios de cada gobierno: el pueblo o los grupos de poder económico.

Una nueva derecha de cara al pueblo, una nueva derecha que tenga el valor de rendirle cuentas al pueblo, una nueva derecha que salga al encuentro del pueblo con sinceridad, una nueva derecha que respete la institucionalidad y que no la manipule para beneficio de unos pocos. Hay que construir un mausoleo para ARENA, para que las futuras generaciones, que conformen la nueva derecha, no repitan los horrores y errores cometidos por ARENA en estos 32 años de vida, porque estos han costado sangre y lágrimas al pueblo, y han escrito una historia que nunca más se debe repetir. Ojalá y la nueva derecha surja de los sectores de la centroderecha y que abandone para siempre la prepotencia, la exclusión y los privilegios que caracterizaron al partido por quien ya doblan las campanas. Lo que hay que agradecer a ARENA es la escuela que nos ha dejado sobre todo lo que no debe hacerse en política. R.I.P.

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