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Despojo y abusos laborales en zona franca textil: Mujeres Transformando

Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino

“Queremos visibilizar y evidenciar los impactos que viven las mujeres en la maquila. Y como, ellas se ven al formar parte de un modelo productivo tremendamente explotador y expoliador”, dijo Monserrat Arévalo, directora de la Asociación Mujeres Transformando, al dar a conocer un estudio sobre el trabajo en las maquilas.

Arévalo agregó que “con este estudio queremos posicionar el hecho de que existen otros tipos de extractivismo como los saberes y las enfermedades profesionales en los cuerpos de las mujeres”.

El Informe Mujeres en la Maquila Textil: Cuerpos, Vidas y Resistencias”, presentado por Yadira Minero, consultora e investigadora social, junto Monserrat Arévalo, directora ejecutiva de Asociación Mujeres Transformando, aborda el tema de la “defensa y vigencia de los humanos y laborales de las mujeres en la maquila textil y del bordado”, también visualiza la precariedad laboral, en especial la relacionada con la discriminación de género en el trabajo.

“La empresa textil y de confecciones instaurada en el Sur global, expolia y extrae de los cuerpos de las mujeres todo lo que puede, dejando tras de sí, una secuela de cuerpos enfermos, mentes estresadas, relaciones familiares, sociales y comunales muy rotas”, expresó.

“Porque al ser cuerpos maquiladores, implica que no van a tener ni el tiempo ni energía ni capacidad o ánimo, de poder aspirar a superar los retos que implica una familia, retos de querer y aspirar algún nivel de educación o querer sacar hacia adelante a sus hijos o hijas”, alegó Arévalo.

Al visibilizar la situación de las mujeres en la maquila, la directora de Mujeres Transformando, dijo que es una realidad “precaria”, en donde las mujeres les pagan menos del salario mínimo ($359.16). Y cómo desde esta realidad no alcanzan a cubrir la “Canasta Ampliada”, pese a trabajar horarios de 12 horas, de lunes a sábado y los domingos deben lavar y planchar ajeno porque su salario no alcanza a cubrir las necesidades familiares.

“¿Qué significa que sea sólo ella la responsable del cuidado familiar? o sea, la única responsable del cuido y sostenibilidad integral de su vida, porque muchas son madres solteras”, añadió.

“Este estudio trata de medir el nivel de impacto para las mujeres, algo que es muy importante. Son 20 años que venimos hablando del respeto de los derechos humanos y laborales de las mujeres en la maquila. Y cuestionar el ¿Por qué se violentan sus horas extras? ¿Por qué trabajan más de 8 horas?, y ¿Qué significa para la obrera este tipo de trabajo?, este modelo productivo explotador y expoliador”, reiteró Arévalo.

Sobre la industria de la maquila transnacional, Yadira Minero, investigadora y responsabel del estudio, afirmó que este modelo productivo se “comporta por picos”, en los cuales registra alta demanda o recesión en la producción de sus productos.

“Como ahora, estamos viviendo en una etapa de recesión, y estamos siendo golpeados por efecto de la guerra en Ucrania o el ataque a Gaza. No obstante, de moverse por ciclos, esta industria tiene una gran capacidad de recuperación, eso se ha demostrado en los momentos de bonanza o estabilidad de la inversión y los pedidos del Norte global”, indicó.

En cuanto al modelo empresarial, identifican a las zonas francas como parte de “cadenas globales de producción textil y vestuario” que dirigen empresas transnacionales que fraccionan su producción en distintos países.

“En estas últimas décadas, las Cadenas Globales de Producción controlan una gran parte de la fuerza de trabajo. La Confederación Sindical de Trabajadores y Trabajadoras de las Américas (CSA), informó que en 40 países, el 66% de la fuerza del trabajo mundial está asociado a estas cadenas globales”, explicó.

“Las zonas francas donde se instalan las trasnacionales y algunas empresas nacionales que venden sus productos para las empresas transnacionales, son verdaderos paraísos fiscales, garantizando además poca vigilancia sobre el impacto ambiental y las condiciones laborales. Y los gobiernos compiten por crear condiciones para reducir los costos de operación de dichas empresas”, agregó Minero.

El estudio estableció que las mujeres en las cadenas globales de producción en Centroamérica, especial en la global textil y vestuario, es donde han prevalecido condiciones de trabajo precarias, gran intensidad de trabajo, jornadas extensas, bajos salarios y precaria o ninguna seguridad social o laboral.

“La CEPAL ha documentado que las mujeres trabajan en las Cadenas Globales de Producción en espacios de menor valor agregado, como la textil, el cultivo de flores u hortalizas. Y que las mujeres se incorporan a sectores que son una extensión de las tareas del cuidado y servicio, como hoteles, turismo y comida”, reiteró Minero.

Las trabajadoras de la maquila se encuentran insertadas, indicó Minero, y constituyen un aporte “importante en las exportaciones de EL Salvador”. Datos de la Cámara de la Industria Textil, Confección y Zonas Francas (CAMTEX) , a junio 2023 anunció que las exportaciones del sector textil y confección constituyen un 35% (un millón 202.03 millones de dólares) de las exportaciones totales de país. Y que estas exportaciones tienen el destino hacia Estados Unidos (72.2%), seguido de la región centroamericana con un 22.3%. Y en relación al empleo generado en marzo de 2023, hubo 73 mil 603 personas ocupadas en ese sector (56% mujeres y 44% hombres).

“Estas trabajadoras hacen vida en un contexto marcado por la pobreza, la inseguridad alimentaria, desigualdad de género y un estado de bienestar con importantes desafíos. La pobreza en El Salvador ha incrementado en los últimos años pasando de un 22.8% de hogares pobres (BCR/2019) a 26.6% en 2022 (BCR/2022), de los cuales el 8.6% está en pobreza extrema y el 18.1% en pobreza relativa”, afirmó.

Entre los hallazgos de efectos en la vida y en los cuerpos de las trabajadoras, la investigadora social, señaló que el modelo y organización de estas empresa textiles inciden en los derechos humanos y laborales de sus trabajadores.

“Se observó que el 56% de las trabajadoras del textil no pueden alcanzar la meta asignada, y cómo ésta aumenta de forma continua en un 72%, además, un porcentaje bastante alto (64%) es amenazada si no cumple la meta. Y en el caso de las bordadoras a domicilio, la asignación del trabajo que determinan las empresas va más allá de sus capacidades”, señaló.

“En el caso de bordadoras a domicilio, al pagar en centavos por cada pieza, un 85% de las mujeres se ven forzadas a solicitar más piezas.

En consecuencia, el trabajo es ejecutado de forma gratuita por la familia (38%) y un (9%) su compañero de vida, esta situación es ocultada por las empresas transnacionales”, denunció Minero.

Otro de los hallazgos significativos del estudio es el referido a las “enfermedades laborales” que desarrollan las trabajadoras textiles, como el 74% asma, bronquitis, neumonía por calor, motas y polvo de las telas; un 73% dolor de columna y espalda; un 50%  dolor del túnel carpiano o ligamento en la palma de la mano, y un 54% por el manguito rotador, que son los músculos y tendones que sujetan la articulación del hombro al brazo.

“Las últimas afectaciones las padecen el 50% de las trabajadoras, si extrapolamos la muestra y para las bordadoras a domicilio las enfermedades más frecuentes son: dolor de espalda (77%), estrés (78%) y dolor de cabeza con un 68%. Las enfermedades están relacionadas a los movimientos repetitivos, posición al trabajar en largas jornadas”, informó Minero.

En las conclusiones Yadira Minero manifestó que estos datos confirman que “trabajar en las empresas de zonas francas no genera condiciones de una vida digna para las trabajadoras” y que debido a la escasez de recursos económicos las trabajadoras se convierten en “máquinas maquiladoras”, en un contexto de carencias y abusos por parte de las empresas textiles y el silencio cómplice de las autoridades de gobierno.

“La tutela de los derechos humanos laborales por parte del Estado salvadoreño es débil, producto del desequilibrio de poder entre las Empresas Transnacionales y el Estado mismo. Las personas trabajadoras quedan solas y en indefensión frente a estas empresas”, añadió.

 

“Recomendamos, priorizar siempre y para siempre el fortalecimiento de las mujeres y de sus organizaciones , que les permita minimizar los impactos negativos del modelo económico patriarcal. Y fortalecer los espacios propios de sororidad, solidaridad, autocuidado y cuidado colectivo”, puntualizó Minero.

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