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Ciudadanía y anti política

JOSÉ GUILLERMO MÁRTIR HIDALGO

El filósofo chileno Maximiliano Figueroa es el editor del libro “Poder y Ciudadanía: estudios sobre Hobbes, Foucault, Habermas y Arendt”1. En él se pretende responder la relación entre poder y ciudadanía.

El poder, desde el punto de vista social y político, es la capacidad para influir en el comportamiento de otras personas y organizaciones2. La existencia y uso del poder se deriva de la interdependencia entre los sujetos y su ambiente. Puede expresarse “hacia arriba” y “hacia abajo”. Por ejemplo, un directivo puede influir en sus subordinados, para alcanzar los objetivos organizacionales. Igualmente, los subordinados pueden influir en las decisiones de sus líderes.

Asimismo, el poder puede ser blando, en referencia a un poder sin coerción. Y el poder duro, el cual usa la coerción. El poder puede hacer posibles acciones sociales, también, restringirlas o prevenirlas. Por tanto, el poder requiere habilitación y restricción.

Un ciudadano o ciudadana es un miembro activo de un Estado, titular de derechos políticos y sometidos a leyes3. “Ser ciudadano” es participar, con potestad, en decisiones colectivas. La ciudadanía civil, está vinculada a la libertad y a los derechos de propiedad. La ciudadanía política, ligada al derecho al voto y a la organización social y política. Y la ciudadanía social, relacionada con los sistemas educativos y el Estado de Bienestar.

PODER Y CIUDADANÍA

El politólogo Diego Rosello explica que Thomas Hobbes es el padre intelectual del Estado soberano moderno4. Éste plantea que el ser humano, en el estado de naturaleza, que es un estado pre político y sin ley, hay una condición  brutal y anárquica. Impera la muerte y no existe la propiedad privada. Solo se puede salir de esa vorágine mediante un contrato de transferencia y cesión de derechos entre individuos. Al pactar, se arriba a una comunidad política. Éste ámbito político solo se logra mediante el discurso y la razón.

Este pacto consensuado brindará un fuerte poder al gobernante, quien subyugará a los ciudadanos, para que predomine cierta paz y orden necesarias, para que la civilización progrese y los individuos no amenacen, ni sufran amenazas o ataques por parte de otros individuos.

Rosello dirá que Hobbes propugna la humanización de la política, pero, la tendencia licantrópica humana genera malestares políticos contra gobernantes y tiranos.

Para el sociólogo Chileno, Omar Aguilar, en la obra de Michel Foucault cobran relevancia el tema de las instituciones y el tema del poder5. Para Foucault, el problema de la normatividad, ordenamientos mediante los cuales los individuos son dirigidos, es poder, es decir, un tipo de relación entre individuos. El poder es la acción de un individuo en otro, que genera en él una determinada acción. El poder actúa en una extensa y densa red de relaciones, a lo largo y ancho del cuerpo social. El ejercicio del poder consiste en “conducir conductas”. El poder describe la forma en que se dirige la conducta de los individuos. El poder, mediante la disciplina, opera como instrumento de control.

Las dos dimensiones fundamentales de ejercicio del poder son anatomopolíticas, usos de castigos y tormentos para doblegar enemigos, indeseables y a todo aquel considerado un peligro. Y biopolítica, que trata de una política que actúa en relación a la vida biológica, controlando a la sociedad y regulando los procesos vitales en sus poblaciones. Tras las instituciones se oculta este poder disciplinario. El poder, entendido como relaciones de fuerza, depende de su anclaje institucional. La función del poder político sería, insertar esa relación de fuerza en las instituciones. El poder disciplinario genera una forma de resistencia. Una resistencia organizada al poder hegemónico.

El filósofo chileno, Pablo Salvat, indica que a Jürgen Habermas le preocupan los déficits del capitalismo tardío, que se muestran en la alienación política de los ciudadanos frente a un poder social y administrativo6. En otras palabras, el predominio de la racionalidad burocrática, genera inesperados límites a la participación, a la crítica y a la organización ciudadana.

El juego político termina estrechando la participación real en la toma de decisiones. La democracia hoy no persigue racionalizar el poder social, mediante la participación de los ciudadanos, sino, posibilitar “compromisos” entre las “élites dominantes”. El proyecto alternativo de Habermas se mueve entre un liberalismo progresista y un republicanismo socialista. Su proyecto es un Estado de Derecho democrático. Para cumplir con tal propósito, se tiene que trabajar en una reconstrucción del derecho. Hay democracia cuando el derecho resulta reflexivo, cuando las reglas discursivas, por medio de las cuales el derecho se instala, se basan en el principio de igualdad, libertad y reconocimiento. Se trata de una “recuperación y movilización de la dimensión normativa subyacente del derecho” y, también, de la democracia y lo ético-moral. Los principios del derecho, garantizan las libertades fundamentales.

Maximiliano Figueroa asevera que el totalitarismo es el centro de la obra de Hannah Arendt7. Comprender como fue posible, reconocer las señales que lo anunciaban y las circunstancias que lo posibilitaron. Arendt alude que los regímenes totalitarios, emergieron, en sociedades que ya se encontraban debilitadas en su esfera política y en las capacidades humanas que dan vida a aquella. Las condiciones pretotalitarias se traslucen en destrucción de la esfera política, a través de dinámicas de aislamiento y desvinculación política de los individuos.

La instalación del totalitarismo fue posibilitado por un largo proceso de despolitización. Por eso Arendt propone la política, como dique de contención frente a las posibilidades totalitarias. El poder aparece donde los hombres se reúnen, con el propósito de realizar algo común. No es el gobierno, sino, la sociedad, quien introduce una “alianza” entre todos los miembros individuales, quienes se contratan entre sí, para gobernarse, tras haberse ligado. Los pactos y acuerdos descansan en esta reciprocidad, que liga a cada miembro con sus conciudadanos. Recursos irrenunciables de la política son el debate y la tarea de convencer.

Por tanto, la tarea del poder es generar y mantener el espacio público, que es el lugar de encuentro y comunicación, de conversación y debate deliberativo. El espacio público asegura el anti autoritarismo y anti dogmatismo. Debe haber un compromiso con el espacio público, una vigilancia activa, para así evitar los discursos absolutos, discursos que exigen una perspectiva única, que exigen adhesión incondicional, prescindir del debate y renunciar a la revisión crítica.

Completa la visión de Arendt, la categoría de la acción. Actuar significa tomar una iniciativa, comenzar y poner algo en movimiento. La acción funda el poder y,  es la posibilidad que la esfera política se convierta en la esfera de la esperanza.

ANTI POLÍTICA

El político y médico español Gaspar Llamazares dice que vivimos un clima populista en la que forma parte, la personalización y espectacularización de la política en la opinión pública8. Se prima los asesores de imagen frente a las direcciones de los partidos y, la dinámica de agitación y antagonismo por encima de la negociación y el pacto.

El político socialista español Rafael Simancas considera que, aquellos que promueven la anti política, procurando desacreditar las instituciones democráticas, persiguen objetivos políticos: sustituir la política democrática por una política autocrática, tecnocrática, plutocrática o mediocrática9. Hay dos vertientes de la anti política, la populista, denigra la política democrática para sustituirla por el poder del autócrata, del taumaturgo, del falso salvador o del demagogo. La tecnócrata, denigra la política democrática para restaurar la aristocracia, es decir, los pocos pero mejores.

La novelista alemana Juli Zeh, citada por el periodista alemán salvadoreño Paolo Luers, hace una crítica radical a la anti política: lleva a destruir la democracia y crea espacio al autoritarismo10. En El salvador, la anti política empezó con la llegada de Nayib Bukele a la Presidencia. Con él se ha dado una ruptura del orden democrático11.

(Endnotes)

1. Figueroa, Maximiliano. Poder y ciudadanía: estudios sobre Hobbes, Foucault, Habermas y Arendt En: https://laasociacion.files.wordpress.com/2016/08/poder-y-ciudadania-estudios-sobre-hobbes-foucault-habermas-y-arendt-figueroa-maximiliano.pdf

2. Poder (Social y político). En: https://es.wikipedia.org/wiki/Poder:(Social_y_político)

3. Ciudadano. En: https://es.wikipedia.org/wiki/Ciudadano

4. Figueroa, Maximiliano. Opus Citatum.

5. Figueroa, Maximiliano. Op.Cit.

6. Figueroa, Maximiliano. Ibídem.

7. Figueroa, Maximiliano. Ibíd.

8. Llamazares, Gaspar. El pos populismo y la anti política. En: https://www.eldiario.es/opinion/tribuna-abierta/postpopulismo-antipolitica_129_6268574.html

9. Simancas, Rafael. Política y anti política. En: https://fundacionsistema.com/politica-y-antipolitica/

10. Luers, Paolo. Columna Transversal: contra la anti política. En: https://www.elsalvador.com/opinion/editoriales/constitucion-nayib-bukele-autoritarismo/885215/2021/

11. El populista y anti política Nayib Bukele destituyo a los jueces de la Corte Suprema, El Salvador oficialmente se convirtió en una dictadura. En: https://www.gamba.cl/2021/05/el-populita-y-antipolitica-nayib-bukele-destituyo-a-los-jueces-de-la-corte-supre,a-el-salvador-ofocialmente-se-convirtio-en-una-dictadura/

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