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Insólito. Absurdo.

Carlos Girón S.

Insólita ha sido la resolución de la Cámara Primera de lo Penal de San Salvador, eximiendo de toda culpa a un fulano llamado Eduardo Jaime Escalante Díaz, quien –para más señas- es actualmente Magistrado de la Cámara Tercera de lo Civil de la Corte Suprema de Justicia –de El Salvador, por supuesto.

El delito -que los magistrados favorecedores de su colega consideran nada más que “una falta”- del cual lo ha acusado la Fiscalía General de la República, es haber manoseado y agredido sexualmente a una menorcita de apenas 10 años, tocándole sus genitales.

Los magistrados que han evitado que el despreciable fulano vaya –solo por el momento- a dar con sus huesos a la cárcel son: Guillermo Domínguez, Martín Rogel Zepeda y Marta Lidia Peraza. Hay que retener en mente estos nombres por su despreciable e insólita actuación. También hay que tomar debida nota de ver en manos de quiénes está nuestra administración de Justicia.

El quídam ese de Escalante es sencillamente un pedófilo (la paidofilia o pedofilia es una parafilia que consiste en la atracción sexual hacia niños o niñas preadolescentes). Por eso, tras el tocamiento de la niña estaba oculta la intención de perpetrar completo el estupro, para lo cual el pedófilo pudo habérselas ingeniado hasta lograrlo, tal vez incluso raptando a la criatura. No hizo esto dado que la madre de la víctima lo descubrió a tiempo, ante lo cual el pedófilo se dio a la fuga… Dejando abandonado el vehículo de placas nacionales en el que andaba merodeando –según las crónicas informativas-.

Desgraciadamente, al ser llevado a la audiencia judicial, los juzgadores le vieron cara de ángel y echaron a la basura la acusación inicial de agresor sexual, declarándolo inocente. Insólito. Ante eso, la FGR arremeterá de nuevo apelando la deleznable resolución de los insignes magistrados de la Cámara Primera de lo Penal. Con ello la FGR se hace eco de la demanda de numerosas organizaciones civiles volviendo por los derechos de la niñez. También el Gobierno pide lo mismo. Hay que enmendar, es urgente, este vergonzoso caso insólito en un ámbito, no de simples jueces, sino de magistrados.

Por otro lado tenemos un hecho de lo más absurdo (además de insólito también): la expulsión del cuerpo diplomático completo de Venezuela en el país. Esta penosa acción pareciera haber sido tomada de manera arrebatada, ya que fue en un día no laborable oficialmente cuando se emitió el comunicado anunciando la expulsión.

Se dijo que tal decisión va en concordancia con el voto que la representación salvadoreña emitió, junto con otros veinte miembros de la OEA (Organización de Estados Americanos) de la cual se retiró voluntariamente hace más de dos años el gobierno de Nicolás Maduro por considerarla espuria, por desnaturalizar los fines para los cuales fue creada. La expulsión se ha hecho alegando que en Venezuela no se respetan los derechos humanos –acusación que han repetido hasta el cansancio todos sus enemigos gratuitos- quienes vienen conspirando desde hace ratos, a capa y espada, para invadir y derrocar con fuerzas foráneas al presidente legítimo, el mismo Maduro, y de esa manera poder saquear la riqueza petrolera, de agua potable y minerales valiosos propiedad del pueblo venezolano -cuyos derechos humanos pretendidamente no son respetados sino “violados”- tal vez por la ayuda que el Gobierno del actual heredero de Bolívar le proporciona con subsidios en los principales renglones de las necesidades de la población…

Y, para remachar el absurdo –que muchos preferirían tildar de estupidez- se reconoce “la legitimidad del ‘presidente encargado’ de Venezuela, Juan Guaidó (el Gran Traidor), mientras se realicen elecciones libres, en concordancia con la Constitución venezolana”. La ignorancia pasa por alto u olvida adrede que fue en base precisamente a la Constitución de Venezuela que Nicolás Maduro fue reelecto presidente de la República Bolivariana de Venezuela, en mayo del 2018, con un alto porcentaje –más del 60 %- de los votantes. Esto lo reconocen más de cien (no pírricamente veinte) gobiernos de todo el mundo representados en la Organización de Naciones Unidas, no de la OEA, mangoneada por el pelele de Luis Almagro. Todos esos gobiernos vuelven por los fueros de la democracia y la decencia, por lo cual mantienen sus relaciones diplomáticas y comerciales con Venezuela –Nación- que tiene su buen peso en el concierto de los países.

¡Ah hechos insólitos y absurdos (estúpidos, como dirían otros) los que se dan en este mundo, en nuestros tiempos de una civilización tan avanzada, en el ámbito material, no en el espiritual!

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