Bruselas/PL
La II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea, store seek celebrada en Bruselas, acordó fortalecer la relación birregional y tuvo un balance positivo para los países al sur del Río Bravo.
Fue una reunión muy fructífera que sirvió para acercar a los dos bloques, expresó el jefe de Estado ecuatoriano y presidente pro tempore de la Celac, Rafael Correa, en la clausura del evento, al que asistieron más de 40 mandatarios y delegaciones de alto nivel de 61 países.
Durante dos días los líderes de ambos mecanismos analizaron una amplia gama de temas que van desde el cambio climático, hasta la lucha contra la pobreza, las migraciones, el comercio para el desarrollo y el acceso a las nuevas tecnologías.
Las partes coincidieron en la necesidad de trabajar de manera conjunta a fin de lograr acuerdos vinculantes en la conferencia que se celebrará en París este año para analizar los retos del cambio climático.
También abordaron la migración hacia Europa, por falta de oportunidades en los países de origen, y coincidieron en que el problema requiere una evaluación y respuesta internacional concertadas.
Otro asunto sobre la mesa fue la necesidad de ahondar en los vínculos mutuos, a fin de que alcancen todo su potencial y estén dirigidos a lograr un crecimiento fuerte y sostenible.
Nuestra región ya no requiere apoyo para construir una escuelita, sino talento humano, ciencia y tecnología, dijo el presidente pro tempore de la Celac.
Pero, más allá de los asuntos birregionales la Declaración de Bruselas recogió temas de gran interés y preocupación en América Latina.
«El balance es muy positivo para Argentina y para la región», declaró al término de la cumbre el canciller de ese país, Héctor Timerman.
El documento final incluyó por primera vez dos puntos muy vinculados con Argentina, como la necesidad de proteger las reestructuraciones de deuda soberana y el respecto a la integridad territorial, el cual alude al conflicto por las Islas Malvinas.
También hubo muestras de respaldo a Venezuela, con el explícito rechazo de la cumbre a las medidas coercitivas de carácter unilateral que son contrarias al derecho internacional.
El texto final de Bruselas toma nota de la Declaración Especial de la Celac, del 29 de enero de 2015, sobre las acciones unilaterales contra Venezuela, y del comunicado solidario de ese mecanismo emitido el 26 de marzo.
Los mandatarios acogieron con satisfacción el anuncio del pasado 17 de diciembre, hecho por los presidentes de Cuba, Raúl Castro, y de Estados Unidos, Barack Obama, para avanzar hacia el restablecimiento y normalización de las relaciones bilaterales.
En ese contexto, contamos con que se den todos los pasos necesarios hacia el pronto fin del bloqueo, señala la declaración, la cual rechaza también la aplicación de las disposiciones extraterritoriales de la Ley Helms-Burton.
La cumbre acogió con agrado el compromiso adoptado por la Celac en la cumbre de La Habana de declarar a América Latina como Zona de Paz y de resolver las controversias por medios pacíficos.
Asimismo, expresó su beneplácito por el proceso de diálogo entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia e instó a las partes a concluir cuanto antes las negociaciones.
La Unión Europea aprobó la creación de un fondo fiduciario para asistir al país sudamericano, una vez terminado el conflicto, el más antiguo del continente americano.
La cumbre sesionó en el barrio europeo de Bruselas y fue la segunda con la UE desde la creación de la Celac, aunque los contactos entre ambos bloques datan de 1999.
El evento tuvo como lema «Modelar nuestro futuro común: trabajar en pos de sociedades prósperas, cohesivas y sostenibles para nuestros ciudadanos».
De manera paralela, en otro extremo de la capital belga, se realizó la Cumbre de los Pueblos, que contó con la participación de más de mil delegados de 43 naciones, sobre todo de Europa, Latinoamérica y el Caribe.
El apoyo a Venezuela, el rechazo al bloqueo contra Cuba, la devolución de la base de Guantánamo, el respaldo a Argentina en su legítimo reclamo de soberanía sobre las islas Malvinas y a Ecuador frente a los desmanes de las transnacionales, estuvieron presentes en los discursos de los oradores reunidos en la Basílica Nacional del Sagrado Corazón.