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Milagro Alvarado, coordinadora territorial en la región oriental de la Asociación Colectiva Feminista para el Desarrollo Local informó que, durante la Emergencia Nacional por COVID-19 se ha registrado 26 feminicidios. Foto Diario Co Latino/Cortesía

Violencia contra la mujer se agudiza durante cuarentena COVID-19

Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino

Milagro Alvarado, coordinadora territorial en la región oriental de la Asociación Colectiva Feminista para el Desarrollo Local expresó la preocupación por la situación de violencia a las mujeres, que se agudiza en el marco de la Emergencia Sanitaria por la pandemia de la COVID-19.

“Desde enero al 2 de mayo, hemos registrados 26 feminicidios de los cuales son 25 feminicidios de mujeres y 1 feminicidio de una mujer trans, reportado en el departamento de La Unión”, señaló en una entrevista exclusiva a Diario Co Latino.

-¿Por qué el alza de feminicidios?

La Colectiva de Mujeres Feministas -como organización- hicimos una encuesta con 969 mujeres de distintos territorios del país, que son mujeres que también forman parte de las organizaciones locales de mujeres, con las que trabajamos, y pudimos encontrar hallazgos importantes. El tema de los feminicidios es bastante alarmante porque existe y viene a ser como el final o la reacción última o extrema de un ciclo de violencia; en casos que hemos conocido, además de haber hecho investigaciones, nos hemos dado cuenta que la mayoría había puesto previo una denuncia por violencia ejercida contra ella, por violencia de género. Y, en otros casos, pues las comunidades sabían de toda la violencia que la víctima enfrentaba, pero es una lástima que presenciar o saber de esto se vea de forma  naturalizada por todos y de los agresores.

-¿Cuántos feminicidios han registrado entre marzo a mayo, tiempo del confinamiento obligatorio?

En cuanto al número de feminicidios dentro de la cuarentena por la emergencia sanitaria, hemos registrado 15 feminicidios, desde ese confinamiento del 2 de marzo al 2 de mayo.

-¿Cuál ha sido la respuesta de ustedes, ante esta realidad?

Como respuesta de las instituciones, a partir de la investigación que hemos realizado, es buscar la coordinación con instituciones de justicia y con instituciones del Gobierno central para que funcionen en la atención a las mujeres y, en específico, con las Unidades Especializadas de Atención a Víctimas de Violencia de la Policía Nacional Civil (PNC); las Oficinas Locales de Atención de Violencia (OLAV), que muchas veces estaban trabajando en los hospitales en coordinación con las municipalidades, y también hemos coordinado para seguir promoviendo el tema de la Educación en Sexualidad como parte de un derecho. Y también, promover con el Ministerio de Educación toda la parte de seguir promocionando los derechos a la niñez y adolescencia; hemos estado trabajando a partir de estas acciones. Creemos que al trabajar con las instituciones, de alguna forma, se ha logrado establecer mecanismos de coordinación que, a partir de la emergencia sanitaria, hemos seguido a partir de todo el trabajo en reuniones virtuales y que estamos intentando para situar todo el tema de la situación que las mujeres estamos enfrentando para hacerlas visible y se tomen las medidas de prevención y protección, a partir del trabajo coordinado con las instituciones.

-¿Cuál ha sido la respuesta institucional?

Creemos que todavía la respuesta de las instituciones es insuficiente, pero tenemos que seguir insistiendo y promoviendo el accionar de las responsabilidades del ISDEMU, que no se ha pronunciado a todo el tema de violencia y feminicidios, o el programa Ciudad Mujer, que demanda un refuerzo económico para que pueda seguir atendiendo toda esa parte de formar a las mujeres en emprendimientos económicos, atención a la salud y el tema de violencia con las mujeres para hablar de una respuesta integral de las instancias de Gobierno.

-¿Qué otros hallazgos encontraron frente a la violencia que enfrentan las mujeres?

En la encuesta encontramos otros datos que evidencian -en relación a las mujeres- que están viviendo violencia en sus hogares, nos llamó la atención el alto número de mujeres que manifestaron no estar viviendo en violencia; sin embargo, al cruzarlo con las respuestas de las mujeres -que dijeron- estar viviendo solas con sus hijas e hijos en sus hogares, interpretamos, entonces, la coherencia de ese dato. La mayoría de nuestras encuestadas viven solas con sus hijas e hijos la cuarentena y son las que principalmente respondieron no vivir violencia; pero del 36.4 % que sí respondió estar viviendo con sus parejas, un 17.8 % de ellas sí está enfrentando una situación de violencia en el período de confinamiento. Y aquí se confirman nuestra hipótesis, que la violencia de género es ejercida por hombres y que la enfrentan principalmente las mujeres en hogares donde hay presencia de hombres. No es un dato absoluto, porque también hay un dato importante de gente que no enfrenta violencia; estos datos son importantes porque, a veces, prefieren decir que no es violencia de género, sino familiar; entonces, tiene que ver con toda la interpretación que hemos hecho del problema.

-¿Cuál sería la interpretación que deberían tener las autoridades del Estado?

Sencillo, es un tema del cumplimiento de los derechos humanos y en este punto, en un contexto de pandemia, las autoridades no pueden manejar una visión de las mujeres como “pobrecitas” o “necesitadas”; sino que tienen que ser tratadas con dignidad y desde una perspectiva de derecho, no generar la violencia a estos derechos que tiene obligación de garantizar el Estado salvadoreño. Todo está relacionado al tema del reconocimiento de garantizar que las mujeres que están en situación de violencia puedan ser atendidas, que no haya suspensión de audiencias, que las medidas de protección a ellas se decreten y, si hay necesidad de resguardo, pues que el Estado salvadoreño abra espacios; ya verificamos que el Gobierno tiene capacidad de instalar albergues en hoteles y distintos lugares. Entonces ¿por qué no a las víctimas de violencia, sus hijas e hijos?

Lo más importante -en el contexto de la emergencia sanitaria- es la subsistencia alimenticia; no es válido decir ‘quédese en casa tranquila por tres meses’ y ella está sola, en el desempleo o porque tiene un autoempleo. Hay que seguir promoviendo que la empresa privada, desde la corresponsabilidad social, asuma un compromiso con toda la parte de la subsistencia con un trabajo de las personas, cuyo salario es del que sobrevive su familia, y no solo atender el tema de la COVID-19; y, claro, sin olvidar la atención de la salud mental, que es muy importante.

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