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Un mendigo con garrote

Salvador Ventura

El periodista tiene límites en el ejercicio de su profesión impuestos por la ética, viagra medical el honor, pills health la lealtad a sus fuentes y, help por supuesto, a la verdad. El director de El diario de Hoy reclama y exige respeto a la libre expresión y al derecho a criticar y enjuiciar la obra de un gobierno y la conducta de los funcionarios.

En los últimos cinco y siete meses ha tenido plena libertad no solo para enjuiciar o criticar la labor de los dos gobiernos del FMLN, o para difamar o faltarle el respeto a los funcionarios, pues bien se recuerda cuando calificaba a la alcaldesa de San Salvador, doctora Violeta Menjivar, como “La reina de la basura”.

Más allá de hacer uso de “su” derecho a la libre expresión ha caído en el libertinaje es decir las violaciones a la moral y la falta de respeto a las instituciones y las personas. Y no sólo con funcionarios salvadoreños, también arremete contra el presidente de Bolivia a quien califica como “Evo, el emplumado” o “Evo Suéter”.

En las páginas de este matutino jamás hemos leído noticias o comentarios favorables a las magnificas obras realizadas desde el gobierno central, como el declarar libre de analfabetismo a 27 municipios del país, la fundación de seis sedes de Ciudad Mujer, un programa reproducido en varios países del mundo, Brasil últimamente.

Los programas sociales como los paquetes escolares y agrícolas de enorme beneficio para miles de familias salvadoreñas del campo y de la ciudad, nunca han merecido la atención de este periódico, por el contrario han sido calificados de populismo y de despilfarro, sin tomar en cuenta el impacto favorable en la población más vulnerable del país.

La reforma integral de salud llevando servicios a los más apartados lugares del país, la eliminación de la mal llamada cuota voluntaria en hospitales y unidades de salud o la entrada en vigencia de la Ley de Medicamentos, que ha bajado hasta en un 60% el precio de las medicinas, no son importantes para el director de El Diario de Hoy.

Con los gobiernos del FMLN se aprobó la Ley de Acceso a la Información Pública y la de Derecho de Respuesta, además de administrarse con honestidad, transparencia y eficiencia los bienes del Estado, argumentos suficientes para descalificar esos permanentes señalamientos de “amenazas a la libre expresión” formulados por el señor director.

En su editorial del viernes 30 de enero, vuelve a la carga, a difamar, calumniar y faltar a la verdad  cuando dice: “Desde que tomaron el poder político los comunistas vienen presionando, coartando y amenazando una libertad esencial para la democracia, la libre expresión: persiguen y amenazan a periodistas, bloquean publicidad”.

“El poder político”, ciertamente, porque el económico y el derecho a denigrar sigue bajo los dominios de la oligarquía, este gobierno del FMLN es un fiel defensor de la libertad de prensa y de la libre expresión  del pensamiento, no coarta ese derecho otorgado por las leyes a los medios de difusión, ni mucho menos amenaza a los periodistas.

Ni usa la publicidad como medida de presión para “obligar” a los medios a difundir mensajes favorables al gobierno, a pesar de cumplir con eficiencia y responsabilidad el mandato constitucional, El Diario de Hoy, a pesar de su permanente campaña de desprestigio y difamaciones, reciben la mayoría de anuncios emanados del Ejecutivo.

Es, como dicen los salvadoreños, un mendigo con garrote, pues mientras recibe con una mano su derecho a gozar de una tajada publicitaria, con la otra sigue maldiciendo, lanzando improperios, faltando a las normas éticas del periodismo y plegándose descaradamente a una agenda partidaria de Arena.

El editorialista le molestan las declaraciones de la diputada Norma Guevara, quien afirma: “Es un deber de todos contribuir a que seamos cada vez una sociedad leal a la verdad, menos promotora del miedo y la desesperanza”.  No se trata de “envolverse en una bandera moral”, sino de proclamar un hecho cierto: El Salvador necesita de la unidad y la fortaleza moral, de una prédica constante de la verdad, de combatir el accionar malévolo de las pandillas y el narcotráfico, con mensajes positivos, lejos del amarillismo y el sensacionalismo pues es una forma directa de favorecer la impunidad y “arropar” la actividad al margen de la ley de los delincuentes.

“Los comunistas (?) Se llenan la boca hablando de información veraz”, dice en su nota editorial, ojalá fuera la regla general para toda la sociedad, pues aquí es permisible la falacia mediática, los comentarios tendenciosos y la ausencia de veracidad en muchas informaciones, sobre todo las difundidas por El Diario de Hoy.

La difamación y la injuria van de la mano en este medio de difusión atentan diariamente contra la dignidad y el honor de muchas personas y no sólo de los funcionarios. Como en su momento lo hicieron los jesuitas con Pascal, nosotros también calificamos a El Diario de Hoy como “tizón del infierno”. Buenas tardes.

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