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Una niña cruza un puente sobre el río San Sebastián, La Unión, contaminado con metales pesados provenientes de la extracción artesanal de la mina cercana. Foto Diario Co Latino.

“El trabajo de güiricero es de pura fe”: José Granados

Gloria Silvia Orellana
@SilviaCoLatino

La mina Santa Elena se encuentra rodeada de rocas, broza y una alta capa de polvo, un paisaje agreste, que remata el sonido resonante del motor que lleva ventilación a los “güiriceros” (mineros artesanales) que se encuentran en las entrañas de la tierra, en busca del preciado metal.

Se ordenan en grupos de tres o cuatro güiriceros, que sacan en carretillas de metal la roca picada, la jornada es de alrededor de una hora a 30 minutos, a fin de soportar las altas temperaturas de la mina.

“Aquí venimos todos los días, este grupo acá (mineros) es de 28 personas, el túnel que trabajamos tiene 300 metros de longitud, y este trabajo solo lo hacemos en verano, porque en invierno es peligroso, los derrumbes por las lluvias. El trabajo de güiricero es de pura fe y es por esto que no queremos que nos quiten esta forma de subsistir, porque aquí no hay nada más que hacer”, reseñó José Carlos Granados, minero artesanal desde hace cuatro años.

No obstante, aclaró que la reforma a la ley debería ser solo el tema de los mineros artesanales, “yo no estaría de acuerdo que entrara una transnacional minera tampoco, porque entonces sí nos dejaría, en dos meses, sin el cerro. Porque el túnel que hemos trabajado nosotros tiene 300 metros de longitud y nos hemos tardado dos años en construirlo”, acotó.

La decisión de país de contar con una Ley de Prohibición de la Minería Metálica, aprobada por 70 votos de la Asamblea Legislativa, ha generado descontento entre las comunidades del cantón San Sebastián, municipio de Santa Rosa de Lima, departamento de La Unión, quienes consideraron que esta decisión les afecta en la obtención de ingresos económicos.

Muchos de los güiriceros, que por generaciones han vivido de la extracción artesanal del metal, no comparten la idea de protección del medioambiente, ni del río que lleva el mismo nombre y que por ahora es una inmensa “canaleta” del drenaje ácido heredado de la incursión minera de la Commerce Group, en la década de los años cincuenta hasta los años ochenta, en el inicio del conflicto armado.

Entre las disposiciones del nuevo marco jurídico está la prohibición de las actividades de exploración, extracción y explotación, procesamientos a cielo abierto o subterráneo o el uso de químicos tóxicos de cianuro o mercurio. Se une la de reconvertir a los mineros artesanales en otras actividades con apoyo estatal.

Fredy Flores, líder comunitario, valoró la necesidad de reformar la nueva ley de prohibición de la minería, y permitirles seguir trabajando como güiriceros, a falta de un trabajo estable en la zona que les permita llevar ingresos a sus familias.

“Todo esto es un mal entendido, todos trabajamos con una ONG, que nos dijeron que vendrían grandes proyectos de compañías extranjeras a dejarnos sin el cerro, y contaminar la región y por eso me metí para apoyarlos, pero vienen y prohíben toda la minería y dan dos años para cambiar nuestro trabajo. ¿Cómo es posible?, ni por generaciones lo hemos trabajado. Además, Santa Rosa de Lima es un centro de comercio grande y para qué, me va a enseñar a hacer pantalones, si ya vienen hechos así como las camisas, o ser panadero, si aquí abundan las panaderías, nos moriríamos de hambre”, aseveró.

El municipio de Santa Rosa de Lima es un lugar de mucha actividad comercial formal e informal, al que se une el comercio transfronterizo de Nicaragua y Honduras, que a diario realizan intercambios mercantiles, explotación minera y como captador de remesas familiar.

“Manuel” es un miembro de la comunidad que prefiere guardar su nombre por seguridad personal; su trabajo comunitario en contra de la explotación minera y que anulara la actividad de los “güiriceros” ha generado amenazas a su vida, “esto tiene doble filo”, dijo al afirmar que muchos adultos dudan que encuentren otro trabajo que les permita ingresos económicos para su familia.

“Los güiriceros se sintieron un poco dañados por la ley, que dentro de dos años los va a dejar sin trabajo, esto se ha puesto serio. Ya se han reunido con la comunidad y los apoya, porque muchos de estos sacan de ahí el sustento familiar. Y ahora ellos andan buscando la reforma del artículo donde habla de güiriceros para que los saquen de ahí. Yo digo que los indemnicen, que les den un carro para hacer viajes, porque la elaboración de pantalones o camisas no les va a dar ahí, que es un gran centro de comercio”, puntualizó.

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